ZEPPELIN ROCK: Reseña del disco de KYUSS "Welcome to Sky Valley" (1994)

miércoles, 1 de junio de 2022

Reseña del disco de KYUSS "Welcome to Sky Valley" (1994)

 


por JLBM


 

En verdad, para unos tipos que en 1992 se habían marcado un pedazo de artefacto como Blues For The Red Sun únicamente había dos alternativas: bien lanzar un fiasco de álbum en el que las comparaciones con el anterior siempre iban a ser odiosas bien fabricar otro a su altura e incluso superior. Kyuss volvió a hacerlo, y en 1994 publicaba Welcome To Sky Valley, otro de los álbumes icónicos de la mitología stoner.



Ninguna banda ha dominado los elementos del sonido stoner como lo ha hecho Kyuss. Composiciones épicas, ritmos infecciosos y riffs pesadísimos son señas de identidad del rock desértico, cuyo estandarte portan los californianos por razones obvias. Welcome To Sky Valley es un clásico, piedra angular de todo un género.

La producción de Kyuss y una vez más del mítico Chris Goss es absolutamente perfecta, y permite escuchar todos los matices de un sonido tan difuso como es el stoner.

En Welcome To Sky Valley Kyuss amplía su visión, añadiendo momentos acústicos y secciones más tranquilas a su tradicional virtuosismo teñido de influencias setenteras. Los guiños a Black Sabbath y a Led Zeppelin vuelven por supuesto a estar presentes, pero una vez más su importancia se disipa ante la explosión sonora de la que Kyuss hace gala en Welcome To Sky Valle. Los riffs zumban cálidamente en torno a una agradable voz. Rock del desierto teñido de rock progresivo y psicodélico de forma innovadora e imaginativa.



Lo que realmente coloca a Kyuss y a Welcome To Sky Valley en la cima es el talento de sus músicos. Una vez más, el guitarrista Josh Homme inunda el disco de aplastantes riffs, con la suficiente impronta como para resultar memorables. El baterista Brant Bjork vuelve, como ya lo hiciera en Blues For The Red Sun a deleitar con su calculado dominio de los elementos de su instrumento, mientras que Scott Reeder, bajista de The Obsessed y sustituto de Nick Oliveri, añade con sus potentes líneas de bajo un elevado peso adicional a las guitarras. La rasposa voz de John Garcia es de nuevo el complemento perfecto para el sonido de Kyuss.

Kyuss utiliza Welcome To Sky Valley para dibujar unos paisajes sonoros que traen a la mente el desierto californiano, pero por supuesto, sus ideas musicales no son estériles como las arenas de donde vinieron. Sus mentes vagan ahora en territorios nuevos y excitantes en los que tienen cabida todos los lados de su psique musical, incluido el cepillado de dientes.

La confianza de la banda en el álbum y su oposición a las manidas ideas del formato hacen que Welcome To Sky Valley se componga de tres pistas de más de catorce minutos de duración cada una, divididas cada una de ellas en otras tres secciones. El principio y el final de las pistas son más o menos arbitrarios, y cada uno es rico en experimentación y en una variedad que nos traslada sin pestañear desde el metal más pesado hasta algunos suaves pasajes acústicos pasando por improvisadas jams y psicodelia. De este modo el oyente se ve obligado a escuchar el bloque entero en lugar de saltar de un corte a otro.

Kyuss crea diferentes atmósferas a lo largo de esas tres suites, y el oyente va quedando embaucado por ellas, incapaz de salir, atrapado en la inmensidad sonora que propone la banda. Una conjunción de riffs abrasadores y pasajes melódicos difícil de encontrar y que aquí cobra nuevas dimensiones.



El primer movimiento se inicia con "Gardenia", de una intensidad feroz que se eleva considerablemente con "Asteroid" y que se remata con esa auténtica obra de arte de título impronunciable que es "Supa Scoopa And Mighty Scoop", el brutal ritmo del rock desértico en su versión más fehaciente.

Todo parece transformarse de pronto en una alucinante jam de blues a lo bestia cuando abre el segundo movimiento, con la clásica "100 º", tras la que "Space Cadet" es algo así como el "Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band" de los Beatles en formato stoner, y ofrece calma y tranquilidad. El movimiento finaliza con "Demon Cleaner", un viaje espectacular de equilibrados espacios sonoros lleno de melancolía.

"Odyssey" abre a tope de fuerza el tercer movimiento, para que después la hilarante "Conan Troutman" acabe con tus pelotas en el suelo. "N.O.", con guitarra de Mario Lalli de Across The River, banda a la que el tema rinde tributo finaliza la tercera suite.

"Whitewater" traslada al punto de partida y su final permite un merecido descanso tras 52 minutos de inmensa música y viaje místico de la mano de Kyuss. Una magna obra absolutamente coherente de principio a fin. El álbum termina con "Lick Doo", un corte escondido que pone algo de excentricidad en el álbum.

Decir que Kyuss presenta el mismo tipo de lírica que una banda como Pink Floyd o que sus riffs son tan pesados como los de Black Sabbath no hacen realmente justicia a una banda que incomprensiblemente no gozó en su momento de los beneficios del gran público. A pesar de ello su legado les ha generado una leyenda justificada en base a un grandioso sonido, una de las mejores bandas de rock de los 90, que han transcendido al género al que impulsaron y definieron.

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