por Addison de Witt (@Addisondewitt70)
del blog Rock and More By Addison de Witt
Hace unos meses (no muchos) que este disco llegó a mis manos, lo hizo con el matasellos de calidad garantizada de mi amigo Nikochan, como así lo atestigua la excelente crónica que en su paradisiaca isla musiquera dedicó al trabajo y artista en cuestión (pinchar reseña).
He tardado en pararme a escuchar este "Clover Lane", segundo disco Lp, cuarto si contamos dos EPs, de este artista oriundo de New Jersey llamado Jonah Tolchin por pura y santa (o maldita) saturación disquera, pero finalmente ha llegado el turno de este disco tan elocuentemente elogiado por Niko.
Tenía ganas, más o menos sabía lo que me esperaba, lo explica y refleja muy bien mi amigo en la mencionada reseña, y me pareció un momento idóneo el actual para arrancarme con él, con mi ciudad vacía, callada por la ausencia de vecinos, compañeros de curro y niños hasta hace poco jugando y alborotando en el patio interior, todos en la playa, de vacaciones y dejando Bilbao con la única presencia de turistas y los que seguimos currando en sus calles, parecía que le había llegado el turno a Jonah Tochin.
Y es que este señor, que anda teloneando a Chuck Prophet ha facturado un disco excelente, de sonido eterno y vagabundo, con músicos de talento viandante y callejero...pues a eso me suena, a calle, a músicos ambulantes esparciendo su talento, sus vivencias y sus canciones por las aceras, por los locales repletos de hombres y mujeres alternando countrys-folks con tragos de cerveza y anécdotas de los acontecidos de la semana, de temas esparcidos por el aire, canciones gratis y fugaces...Jonah Tolchin suena a verdad, la que alberga la vida cotidiana del que monta el equipo para vivir, y lo desmonta para seguir creando y viviendo, suena a country, a folk y a camino.
Grabado bajo la producción, tan buena que parece que no existe, de Marvin Etzioni y con esos músicos que parece que sudan libertad: Michael Rinne (bajo), Lucas Hamren (guitarras, dobro, piano), Evan Hutching (batería) y la colaboración extra y glamourosa de Steve Berlin (saxo) y John McCauley poniendo su voz a tres temas.
y empezaremos por los tres temas en los que Tolchin se ve acompañado por el hiper-activo McCauley: "Midnight train", tema fronterizo y de agradable escucha en barra, la brumosa y hermosa balada "How life" y la crepuscular belleza de carretera secundaria, un country macerado en la vida del caminante y las noches de soledad en habitaciones de hotel llamada: "Motel #9", en todas ellas McCauley deja impronta de su suave y aterciopelado timbre.
Pero en el tema hay sones alegres, de los que funcionan, mueven esqueletos y alegran penas, violines, armónicas y percusiones caseras para "Mockingbird", "Atlantic winds" e incluso en el sensacional medio tiempo: "21st. century girl" que es como un airecito en medio del calor abrasador...
Y la electricidad llega derramando blues, con el saxo de Steve Berlin dando el toque de madera crujiente bajo los pies, voz que se arrastra, un tema genial llamado: "Hey baby blues".
"Diamond mind" suena menos cercana, como si el pop hiriese su vocación silvestre, pero esta cantada con mimo, como besando las palabras y claro, mola.
Empieza como sin darse importancia, con un acompañamiento campestre y una tristeza escondida, pero las luces llegan en forma de violines y poco a poco va ganando al oyente, otro corte mágico: "Mansion in Hollywood".
El tema mas peleón y sucio viene precedido de guitarras blueseras y latidos rockeros: "Hybrid automobile" y el punto final lo pone un encantador pop susurrado, que va apagando el disco en un ahogado suspiro de gloria.
El que sabe...sabe, y mis amigos saben. Si, como es mi caso, aún no estáis de vacaciones y el calor hace sudar vuestros cuerpos, ajenos por deseos de las obligaciones laborales, de las playas y montes, no se me ocurre mejor compañía que este disco callejero, delicioso y encantador que hoy traigo aquí y recomiendo sin reservas, country, rock, folk y blues ¿qué más queréis?
©Addison de Witt
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