Dejamos abierto el libro 4ª de las Meditaciones del filósofo y emperador Marco Aurelio, para continuar hoy con él y, por tanto, con otra entrega, y ya van cinco, sobre los pensamientos de este estoico que yo tengo subrayados del libro que los recoge (remito a entregas anteriores).
LIBRO 4:
XXV
Procura ver si te da buen resultado la vida siendo hombre de bien, es decir, aceptando con resignación la parte que te ha concedido en este mundo el destino, conduciéndote en él con justicia, y poseyendo en tu corazón una benevolencia inagotable.
XXVI
¿Has visto aquello? Pues ve también esto. No te turbes por nada, escudriña lo más profundo de tu corazón y lee únicamente lo que te dicta.
XXIX
Tan extraño es uno en el mundo ignorando lo que hay como desconociendo lo que en él se hace [...] pobre, al que ne cesita de otro y no posee en sí mismo lo que contribuye al bienestar de la vida".
XXXVII
Vas a morir sin tardanza y no posees todavía ni sencillez de alma, ni quietud perfecta.
XLI
Tú no eres más que un alma miserable que sostiene un cadáver, como ha dicho Epicteto.
XLIV
Todo lo que sucede es tan natural y tan poco sorprendente como las flores en la primavera y el fruto maduro en el otoño.
XLVII
Si algún dios viniese a informarte de que deber morir mañana, o lo más tarde, pasado mañana, no te debe importar mucho que sea un día u otro, a no ser que fueses el hombre más cobarde del universo. ¿Acaso, pues, representa algo este plazo? Piensa igualmente que lo mismo da morir mañana que dentro de varios años.
ÁCS (ZRS)
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