ZEPPELIN ROCK: Roadhouse Dogs - 29 Palms to Pimlico (2014): Review Crítica del disco

miércoles, 1 de abril de 2015

Roadhouse Dogs - 29 Palms to Pimlico (2014): Review Crítica del disco




por Addison de Witt (@Addisondewitt70)




Vuelvo a mirar el reloj, es de noche, pero no hablo de la noche que recibe tal nombre debido al descenso en la intensidad de la luz...no...hablo de la noche que recibe su nombre, además de por la cualidad de oscuridad evidente, por el descenso en la intensidad del sonido, del ruido...todos duermen, y a través de la ventana se dibujan los edificios de enfrente, oscuros y callados, fantasmagóricos, insinuándose troquelados sobre el cielo gris-azul de amenazantes nubes negras.


Y yo escribiendo, con los cascos puestos y repitiendo una escucha, la misma que vengo repitiendo de forma terca desde hace un par de días, escribo a pesar de la hora, del cansancio y de las amenazas de Morfeo de tomarse despiadada venganza cuando el trabajo y la luz del sol me obliguen a permanecer con los ojos abiertos.

Y es que cuando actúo de esta manera malo, es que algo me empuja a desafiar al sueño y a dejarme llevar por la falsa libertad de recorrer páginas de LED dejando, cual Pulgarcito, letras tras mi camino para que los que vengan detrás puedan comprobar el recorrido sensorial que ha despertado en servidor las escuchas recientes del disco de estos hasta ahora desconocidos (para mi): Roadhouse Dogs.

Y la cosa es que desconocidos o no, esta banda inglesa publicó a finales del pasado 2014 su cuarto larga duración, este: "29 Palms to Pimlico" que ahora mismo no recuerdo de donde ha salido, pero que recuperando discos que quedaron pendientes el curso pasado decidí pinchar tras la vuelta de la konvención.

Formación que practica un country+blues+americana+rock que parece parido por cualquier hijo de las praderas que dan cobijo al Mississipˋpi mas que por un súbdito del archipiélago británico.

Sea como fuere, este grupo formado por el cantante y vocalista: Donnie Burke, el bajista: Simon Minney, el baterista: Graham Hadley y el guitarra líder: Terry Hamid suenan como si sus vidas se hubiesen desarrollado bendecidas por la brisa tibia de mestizaje propia de los embrujados escenarios del sur de América.



Y la prueba fehaciente de esto que digo es sus canciones, las que nutren este disco de melodías golosas y plácidas, de esas que tienen tacto de heno y sabor a zarzaparrilla, como la preciosa balada acústica: "Texarkana Roadhouse Blues", deliciosa pieza de efluvios country-folk y lamentos acuchillados por plañideras guitarras, excelente canción. También esta el country presente en los banjos y los steels que recuerdan su procedencia Hawayana que acompañan la voz de Burke en la enraizada: "King of The World Today", a la tabernaria y viajera: "Shunk Train" se le une un fiddle que subraya unos coros de barra con demasiados vasos. Country-rock de dramática textura sónica y sinuosa cadencia encontramos en: "Eight Mile Road" que lanza el último lamento en el desierto con la densa y arenosa: "Stormy river Canyon" , tema agorero que despide el disco.

También el southern-rock ardiente y de eléctrica disposición tiene su sitio en este trabajo, unas veces con outlaws inclinaciones, como en la que abre el trabajo titulada: "Ghosts", o en la rítmica y sólida: "Slow, Nice' n Easy" blues que mira al norte, a los callejones húmedos de Chicago, así como en la dura y áspera: "Dollar Short, Day too Late".

Mas clásica y con cierto regusto garajero en: "The Dryden Light", con un sabor de songwriter eléctrico en la onda de Steve Earle, armónica incluida en: "Where The Colorado Flows", y con actitud de pub dirigiendo miradas a los Dr. Feelwood setenteros en: "Apartament 1009".

Y terminamos el recorrido con "Comfort in The Rain", tema rockero de vocación Springsteeniana sónicamente, guitarras que se deslizan y percusión a base de timbales para otro muy buen tema.

Mentiría si no reconociese que me ha sorprendido este trabajo, no esperar demasiado es, en ocasiones el mejor vehículo para la satisfacción.

Hablamos de un muy buen disco, de naturaleza básicamente americana, con profusión en guitarras de bello decir, ritmos vivos y prácticos, y el buen hacer del cantante Donnie Burke, no obstante son, en opinión del que suscribe, los temas mas countrys y crepusculares donde mas altos vuelos coge este trabajo y la labor de esta formación.

©Addison de Witt

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