CRÍTICA de la película KILLER JOE (William Friedkin, 2011): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)

del blog ¿Y tú quién te crees que eres, Piltrafilla?

Killer Joe es una película de William Friedkin, el aclamado realizador de El Exorcista, The French Connection o la infravalorada Cruising. La cinta nos cuenta la historia de Chris, un traficante de drogas al que su madre –Adele, una odiosa mujer a la que al parecer nadie echará de menos exceptuando a su novio Rex- le ha robado un paquete de cocaína. El joven será hombre muerto si no puede devolver el dinero a su proveedor por lo que va a buscar a su padre Ansel a la caravana en la que vive junto a su novia Sharla –una siempre interesante Gina Gershon de la que lo primero que vemos en pantalla es su pubis peludo- y Dottie, la hermana preadolescente de Chris -sonámbula y fan de Bruce Lee- para contarle su planes. Pretende contratar a un profesional que asesine a su madre para que Dottie cobre los 50.000 dólares del seguro de vida del que es beneficiaria. Con ese dinero Chris podrá pagar la cocaína extraviada y los honorarios del sicario. El escogido es Joe Cooper, un detective de la policía de Dallas pluriempleado como asesino a sueldo que cobra 25.000 dólares por adelantado. Pero Chris y Ansel no pueden pagarle, ya que precisamente esperan que Adele muera para cobrar su dinero, así que Joe les propone que le den a Dottie como paga y señal.

Piltrafillas, con Killer Joe estáis ante un estreno del blog. Tras pasar con gran éxito por la Mostra de Venecia del año pasado y por el festival de Sitges del mismo año, que yo sepa aún no se ha podido ver en las pantallas comerciales de nuestro país, lo que es todo un despropósito cuando estamos hartos de que producciones infames y cutres se estrenen a bombo y platillo. En resumen, un buen guion –el retrato ácido de una familia de losers de la América profunda- en un marco tan estereotipado como real de parques de caravanas, clubes de strip-tease y palurdos con sombrero Stetson, con personajes frikis y matones con Harley-Davidsons, cine negro con un toque de cierto humor agridulce, erotismo, violencia, buenas interpretaciones y un Matthew McConaughey que está genial en su contenido papel de Killer Joe Cooper, un degenerado que pese a no elevar la voz ni una vez, asusta que te cagas. Recomendadísima.