Llega este último álbum de Megadeth, titulado The Sick, the Dying... and the Dead!, con su más reciente álbum, uno que llega además en un contexto especial, con Dave Mustaine recuperándose de un cáncer de garganta, exclamando con fuerza que acá está y seguirá en esto mientras las fuerzas se lo permitan. En ese sentido, el álbum se percibe inevitablemente como un regalo para quienes respetan a la histórica banda y por qué no decirlo, a la música misma. La salud de Dave, sin embargo, no es el único elemento que ha rondado en el aire durante la grabación de este álbum, también estaba la idea de consolidar la más reciente formación de Megadeth, ahora con Kiko Loureiro en guitarra, Dirk Verbeuren en batería y James LoMenzo reemplazando al despedido David Ellefson en bajo, y ver si con estos siguiendo las directrices de Mustaine el asunto podía mejorar tras una seguidilla de álbumes que mucho más allá de dejar satisfecho a algún fan no llegaron. ¿Y con qué nos hemos encontrado esta vez? Con un trabajo directo (quizás demasiado), que no, no intenta emular los inicios ochenteros de la agrupación pero si persigue la intención de contagiar en base a su afilada dinámica.
Y es que si bien el disco se anticipó con cosas como 'We'll be back' y 'Night stalkers', dos canciones demoledoras en su trámite (sobre todo la primera) y que efectivamente recuerdan a los tiempos más gloriosos de Megadeth, estás no dejan de ser una excepción a la regla, una que se complementa con una serie de temas gancheros (o que pretenden serlo), todas veloces, donde cada cual encontrará su favorita pero también deberá reconocer que "algo falta", que ese equilibrio impecable que la banda logró durante sus primeros quince años, entre un thrash metal punzante y melodías gloriosas, acá no aparece. Y tampoco pasa nada eh? Que no le vamos a pedir a una gloria como Dave Mustaine que venga a reinventar la rueda tras cuarenta años de carrera y un legado a estas alturas incontestable, pero las cosas como son: The sick, the dying... and the dead! está bien, es más de lo que quizás habríamos esperado pero tampoco se acerca a sus más altas cotas, y solo quizás logra competir codo a codo (por debajo claramente) con un Endgame (2009), que ha sido lo mejorcito que la banda acabó por publicar pasado el año 2000, y también con el más reciente Dystopia (2016), que mal no estuvo.
A destacar esas cositas bien armadas que se disfrutan en 'Dogs of Chernobyl', principalmente ese duelo de guitarras que se propone en la recta final (pasando el 4:00), o la energía de 'Life in hell', exquisita esta y además de las pocas, por no decir la única, donde Dave logra subir el registro llevándolo incluso sobre sus actuales capacidades, pero la verdad es que entrando en el nudo el disco tiende a entramparse entre temas bastante obvios que solo comen minutos como la rocanrolera 'Junkie' o 'Killing time' y en la segunda parte el álbum es poco lo que propone, siendo 'Soldier on!' y la mencionada 'We'll be back' (me atrevería a decir que la única en TODO el disco donde la magia aparece) de lo poco que cuenta con mal rollo suficiente como para seguir ahí, dejándonos un álbum que efectivamente entrega la mejor forma posible del Megadeth actual pero eso, no demasiado más.
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