ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película CRÍMENES EN PORTADA (Lamberto Bava, 1987): Reseña

domingo, 29 de octubre de 2023

CRÍTICA de la película CRÍMENES EN PORTADA (Lamberto Bava, 1987): Reseña

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)



Es esta película un giallo de bastante poco nivel rodado en 1987 bajo la dirección de Lamberto Bava, una cinta, por cierto, conocida por varios títulos –dependiendo de su país de estreno- y que en España se tituló Crímenes en portada. El argumento que nos cuenta –mezcla de erotismo casposo y terror- es el de la revista erótica Pussycat y la de Gioia -su editora y antigua estrella- a la que una tal Flora, a la que le debe su carrera, presiona para que le venda la revista. Mientras tanto, tienen lugar horribles asesinatos de modelos y otras personas relacionadas con Pussycat a manos de un degenerado que luego envía a la pobre Gioia fotografías de los cadáveres bajo pósters de antiguos retratos suyos.




Total, amiguitos, que en esta cinta protagonizada por Serena Grandi, todo un icono sexual italiano de los 80, tenemos a guapas modelos semidesnudas, un vecino paralítico que vive junto a la mansión donde se toman las fotografías eróticas, a un asesino que ve a las modelos extrañamente deformadas y en tonos rojos y azules antes de acabar con ellas y nos encontramos con interpretaciones patéticas, diálogos zafios –como cuando Marc le dice a Gioia “tú no eres como ellas, tu me la pones bien gorda”-, efectos de maquillaje de baratillo y una banda sonora repetitiva. Pero si hay algo que convierte a Crímenes en portada en una película de obligada visión para todo friki que se precie es que una de las modelos de Pussycat es ni más ni menos la joven Sabrina Salerno, cantante –por decirlo de alguna manera- que mientras hacía un playback de su tema “Hot Girl” en el programa especial de nochevieja de ese mismo año en TVE se quedó con una teta al aire convirtiéndose ipso facto en capítulo eterno de la historia de la televisión de nuestro país y en icono sagrado para adolescentes onanistas. Solo por eso –nostalgia obliga- vale la pena dedicar una hora y media a disfrutar de este subproducto de serie B sin demasiado interés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario