Los últimos setenta y los primeros ochenta le pillaron a contramano y se diluyó su nombre, anclado en sonidos muy característicos alejados de la música disco, la new wave o el heavy metal imperante en aquellos tiempos.
Sin embargo, a mitad de los ochenta, grupos como Cinderella reivindicaron su trabajo y volvió a currar con algunos nombres de peso, como Van Halen (For Unlawful Carnal Knowledge) o Joe Satriani (The extremist).
El vinilo de hoy, pues, sirva de recuerdo a este mago de las mesas de mezclas.
Cinderella habían dado un buen pelotazo con su primer álbum Night songs. Tom Keyfer, compositor y cerebro principal, quería que Andy les llevara hacia un sonido más setentero, una vuelta a los grupos que le habían inspirado a coger una guitarra. Y en este Long cold winter dieron esa vuelta de tuerca: se dejaron de reverb y delays y parieron un pedazo de disco de rock crudo al que prendieron arreglos deslumbrantes y mucho gusto. Si además añadimos que el disco está mezclado por los magos Steve Thompson y Michael Barbiero, ya sabes a qué suena.
Cinderella lo formabanTom Keyfer a la voz, las guitarras y a lo que haga falta, Eric Brittingham al bajo, Jeff LaBar como segundo guitarra y Fred Coury como batería.
Contiene temazos roqueros como Fallin' apart at the seams, Gypsy Road, The last mile o Take me back junto a canciones más sosegadas como la megabalada Don't know what you got (Till it's gone) o la acústica Coming home.
Vendió bien (certificado triple platino), les permitió hacer giras como cabeza de cartel y acompañar a glorias de la época, poniendo colofón a su periplo mundial con la actuación en el Moscow Music Peace Festival.
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