ZEPPELIN ROCK: SÔBER - La sinfonía del Paradÿsso (2018): CRÍTICA Review

miércoles, 14 de junio de 2023

SÔBER - La sinfonía del Paradÿsso (2018): CRÍTICA Review

 

por Dani Matute (@dmatuteb)





En verdad, no soy un gran amante de los discos “sinfónicos” que de vez en cuando editan los grupos rockeros. Siento que se pierde la esencia de lo que se compuso e interpretó con el enfoque furibundo del rock para pasar a dulcificarse, en cierta medida, al utilizar una orquesta. Bueno, sí, reconozco que ciertas canciones quedan muy bien, pero un disco entero de este estilo me suele cansar. Incluso hablando de los grandes sinfónicos de Kiss y Metallica, por ejemplo. Llevándolo al terreno motero, es como el sonido moderno de las Harleys comparado con el antiguo: siguen sonando bien pero se pierde la “dureza”.


El caso es que he decido darle una oportunidad a su disco, La Sinfonía del Paradÿsso. No quiero adelantar mi conclusión y que no paséis de este punto, pero… hay que deshacerse de los prejuicios, nos limitan.



Paradÿsso es uno de esos álbumes que se han convertido en clásicos dentro del panorama nacional. Es posible que, si hablamos en términos de calidad o madurez, no sea el mejor trabajo de estos madrileños. Pero es indudable que es su disco más famoso, popular y más vendido, por el que muchos conocieron (conocimos) a los hermanos Escobedo y Antonio Bernardini, con el malogrado Alberto Madrid luego sustituido por Manu Reyes. En mi caso les conocí en un concierto en las fiestas de Palencia, en un viaje camino a Santander, en el año 2002, el año que editaron este álbum (como anécdota, les obligaron a irse antes de terminar su concierto porque se sobrepasó el horario y su rebote fue bíblico con aquellos que les habían contrato y ahora no les dejaban hacer su trabajo). Por tanto, si hablamos en esos términos de popularidad, Paradÿsso sería la cima musical de Sôber. Bien, pues quince años después de su publicación, decidieron regrabarlo con el apoyo de una orquesta. Sí, regrabarlo completamente. No estamos ante un directo orquestal, sino ante un álbum de estudio. Y eso se nota en el resultado final. Está todo tan bien pensado, los arreglos encajan tan bien en las estructuras originales que si no has escuchado el original nada te hace pensar que sea un refrito. No entraremos si las canciones originales “suenan mejor” que estas, eso es cuestión de gustos. Lo que decimos es que lo que nos da Sôber en este trabajo son pequeñas perlas que se disfrutan a todo volumen meneando la cabeza o sentado en el sofá de tu casa paladeando los matices épicos que la Orquesta de Cámara de Siero proporciona a las canciones.



El disco comienza con “Arrepentido” que fue el adelanto y primer vídeo. Y pone el listón muy alto para ya no bajar prácticamente en ningún momento.

En los siguientes temas, Carlos Escobedo demuestra todo lo que ha mejorado su voz en “Lejos” y en “10 años” tenemos unos metales impresionantes. “Cápsula” y la imprescindible “Eternidad” son las siguientes. En “Hemoglobina”, que ya tenía cuerdas en su original, tenemos nuevos matices. Llegan las tres canciones más cortas “No perdones”, “Mis cenizas” y “Animal”. Y creo que suenan bastante heavies con guitarras afiladas de Jorge y Antonio y una gran voz de Carlos. Y llegaríamos a las dos últimas: “Reencuentro”, que ha pasado a ser una de mis favoritas de este grupo tras esta revisión y “Paradysso”. Como esta canción ya tenía bastantes arreglos orquestales en la original, es la que menos me convence. Ojo, que no es que sea mala, que sigue sonando espectacular pero quizás no necesitaba rehacerse tanto.

Y nos regalan tres “bonus” con canciones de otros trabajos: “Náufrago”, “El hombre de hielo” y “Superbia”. Esta última encaja perfectamente en la filosofía de este disco con su locución en latín incluida.

En definitiva, un gran trabajo de Sôber que se puede disfrutar tanto si eres fan de ellos como si no te convencen mucho. Solo hay que dejar a un lado los prejuicios.

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