Comienzo dándoos un dato curiosísimo, pero que se presta al análisis: los más recientes álbumes de Metallica y Overkill fueron lanzados exactamente el mismo día, el pasado viernes 14 de abril. Coloco sobre la mesa esta loca coincidencia para realizar la odiosa comparación entre dos bandas que comenzaron donde mismo pero siguieron caminos diferentes. Mientras los de James Hetfield decidieron mantener su formación por ya casi treinta años (salvo lo de Dave Mustaine en sus inicios y los cambios forzados en el bajo), la dupla Ellsworth / Verni ha ido modificando integrantes durante este mismo período según necesidad. Sin ir muy lejos, desde 2017 cuentan con Jason Bittner en batería, un tipo diez años menor a ellos que seguro consideran puede dar con el nivel que el proyecto requiere. Los resultados musicales de ambas bandas son por tanto abismalmente opuestos, Metallica publica un álbum cada 6-7 años y estos se encuentran lejísimos del nivel que en sus inicios ostentaron mientras que Overkill lanza disco cada 2-3 años, con un nivel técnico que no muestra ripio alguno, compitiendo únicamente contra sí mismos entre álbumes que se esfuerzan en dar muestras de un thrash característico, incombustible, afilado y que desborda energía. Ahora, en términos de popularidad el asunto es a la inversa, Metallica revienta ventas en giras mundiales mientras que Overkill se presentan en recintos pequeños y/o festivales.
Siguiendo con el paralelo, ninguna de las dos propuesta está mal, ambas cuentas con sus pro y contras, sin embargo, algo que no puede negarse es que el combo Bobby 'Blitz' Ellsworth + D.D. Verni se niega a renunciar a sus banderas y este Scorched, su álbum número veinte, viene a ser la confirmación de que tampoco tendrían por qué cambiar. Un disco sólido de comienzo a fin, suficientemente diverso como para mantenernos atentos durante cincuenta minutos de música y que ciertamente sube un par de peldaños respecto a cualquiera de sus antecesores inmediatos.
Abren de manera notable con 'Scorched' (la canción), veloz desde su partida aunque con el tino suficiente como para saber cuando hacer la pausa (pasando el minuto 3), darte un respiro, tomar aire y volver a acelerar. Más adelante realizarán jugadas similares en cosas como 'The surgeon' o 'Twist of the wick' (qué sólido está con sus agudos el buen Bobby, increíble tras tantos años) mientras que con mucho tino en determinados momentos bajarán los tiempos sacando a la luz todo su arista más Black Sabbath en la excelente 'Wicked place' o 'Fever', con ese oscuro primer minuto. ¿Y el resto? Pues una segunda línea sólida como la roca, cosas de manual como 'Goin' home' y una recta final afiladísima con 'Harder they fall' (¡bestial la velocidad y ese doble pedal!) + 'Know her name' (el bajo de Verni, que maravilla como marca presencia) + 'Bag o' bones' , la cual no entrega respiro ni espacio a la insatisfacción. Heavy metal puro y duro.
En la lógica del disco cada 2-3 años es entendible que no todo lo que publiquen Overkill va a ser de alto nivel; sin embargo Scorched los ha atrapado en la cresta de la ola. Es lo mejor que podrían publicar tras treinta años de carrera, más no se les puede pedir. Benditos sean...
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