El espectáculo que los Who ofrecían en la Universidad de Leeds el 14 de febrero de 1970 se iba a convertir no solo en una de las mejores actuaciones de la banda, también iba a ser considerado uno de los mejores directos de la historia del rock.
El álbum, publicado el 16 de mayo de 1970, solo ofrecía 35 minutos de un espectáculo que realmente se prolongó durante 2 horas. En 1995 se lanzaba una nueva edición que incluía algo más de la mitad del total del concierto, y en 2001 se editaba la Deluxe Edition con la interpretación completa de "Tommy" que los Who realizaron aquella noche. Hasta ese momento hubo que conformarse con un bootleg llamado Leeds Complete.
Live At Leeds es un directo fabulosamente grabado y casi mejor mezclado por Jon Astley, Kit Lambert y la propia banda, con un calculado protagonismo de todos los instrumentos y la voz de Daltrey, con una banda perfectamente acoplada.
En los mejores momentos de los Who, la química entre todos los miembros de la banda era asombrosa, y Live At Leeds captura esas sensaciones mejor que ningún otro directo, sobre todo si tenemos en cuenta que en vivo la banda se despojaba del irritable perfeccionismo de Townshend en el estudio, ofreciendo una versión mucho más llena de rock, en una especie de transición entre el Tommy de 1969 y el Who's Next de 1971, una despedida a los cinco años de experimentación que habían culminado en la ópera rock y una bienvenida a al brutal sonido que la banda había desarrollado tras meses y meses de gira.
Un sonido crudo, enérgico, vivo y todavía cristalino que acompaña a los Who en esa transición entre su icónico sonido mod y su paso al más crudo y descarnado rock and roll, en una revisión de sus temas que cobra en Live At Leeds nuevas dimensiones.
La banda se encontraba aquella noche en su cima creativa e interpretativa, plenos de una crudeza y energía que tapaba por completo los pequeños fallos que se producen en la actuación, fallos por otra parte absolutamente perceptibles. Ruidos aleatorios de instrumentos y micrófonos y bromas de la banda entre corte y corte no han sido escondidos, y eso es un añadido fundamental en Live At Leeds. Cada instrumento es tocado como si del instrumento principal se tratase, pero ninguno destaca por encima de otro en una actuación con elevadas dosis de improvisación que otorgan al disco ese áurea tan significativa.
A menudo se ha considerado a Pete Townshend como un guitarrista normal, sobre todo si se le comparaba con otros genios de su época, pero lo que no se suele tener en cuenta es su gran capacidad atlética en sus actuaciones en directo, y Live At Leeds es una muestra palpable de ese dato. Sin ser un rápido guitarrista consiguió convertirse en uno de los grandes merced a la potencia sonora de sus riffs, artefactos musicales que en este brutal directo suenan como nunca.
John Entwistle es sin duda alguna uno de los mejores bajistas de la historia del rock, un tipo capaz de transformar su bajo en un instrumento principal. En Live At Leeds sus líneas de bajo se convierten prácticamente en notas salidas de una guitarra rítmica, y su capacidad de improvisación es realmente asombrosa.
La actuación de los Who en Woodstock en agosto de 1969 había supuesto entre otras muchas cosas el triunfo personal de Roger Daltrey. Aquello le había proporcionado la confianza y el rango vocal necesario para liderar como frontman una banda del calibre de los Who, y en Live At Leeds su interpretación es bestial, dominando con absoluta maestría todos los palos que la banda cubre.
Por último, el trabajo de Keith Moon resulta impresionante. Su manera de tocar la batería de un modo tan salvaje e imaginativo marcó un hito que este concierto recoge a la perfección. Uno de los más rápidos y talentosos. No hay mayor captura del talento de Moon que esta grabación. Es innegable que junto a Entwistle formó uno de los más poderosos combos rítmicos que un humano puede escuchar, y aquí no hay lugar a la duda.
La edición de 1995 abre con "Heaven And Hells", cara B del Summertime Blues, tema más difícil de tocar en directo, pero igual de satisfactorio que sus números más movidos, ofreciendo una muestra del rango musical que poseían los Who. Después "I Can't Explain" es uno de los mayores ejemplos de transformación de himno mod en un tremendo tema de rock. Una escalofriante versión, bestial improvisación por parte de todos los miembros de la banda..
"Fortune Teller" es una nueva brutal rendición del clásico de Allen Toussaint con una apabullante dinámica de inicio y parada, mientras que "Tattoo" es otro de esos ejemplos del variado rango interpretativo de la banda. Negro humor sobre lo que hace de un hombre un hombre.
"Young Man Blues", realmente el tema con el que la banda abre el concierto, es un auténtico terremoto sonoro, una muestra de como la banda se lleva al terreno del rock otro estándar del blues escrito por Mose Alison, incluida la feroz interpretación de Daltrey.
"Substitute" se presenta algo más corta que la versión original, pero sigue siendo un temazo en el que sobresale la línea de bajo de Entwistle, tras la que "Happy Jack" es otro de los temas interpretados con la adecuada mezcla de destreza, talento y humor para las inteligentes e ingeniosas letras de Townshend.
Lo mismo puede decirse del "I'm A Boy", un tema absolutamente divertido, igual que "A Quick One While He's Away", tema que ofrece la cachonda conexión entre los Who y Monty Phyton de un modo gloriosamente absurdo de inicio armónico, fabulosos riffs y buenas letras.
En "Amazing Journey/Sparks", dos temas casi olvidados del Tommy, Townshend asimila a la perfección la labor del guitarrista rítmico, con un espectacular trabajo que va creciendo en intensidad. Junto a Moon, Entwistle y Daltrey crean un caos sonoro de impecable belleza en el que destaca la sección rítmica.
"Summertime Blues", el clásico de Eddie Cochran, se convierte aquí en un auténtico tema de los Who, llevado sin tapujos a un territorio lleno de crudeza y energía en el que asombra el profundo interludio vocal de Entwistle.
Desgraciadamente el segmento de "Spoonfol" en el "Shakin' All Over" de Johnny Kids And The Pirates no fue restaurado. Aquello extrañamente se debe al disgusto de Townshend por la interpretación de la banda, algo extraño si se tienen en cuenta los elevadísimos niveles interpretativos de los Who durante todo el concierto. Los arreglos de guitarra se convierten en principales protagonistas del tema.
La apabullante versión de 15 minutos de "My Generation", el himno mod por excelencia, conjuga todos los aspectos que hicieron de los Who una de las mayores bandas de la historia., tras la que la inmensa versión de "Magic Bus" termina tanto el original de 1970 como la reedición de 1995. Una tremebunda jam llena de lo mejor de los cuatro integrantes de la banda en la que por supuesto no faltan las bromas y en la que parece que no quieren terminar jamás.
Aparte del "Amazing Journey/Sparks", la versión del Tommy que los Who se marcaron en Leeds es probablemente una de las mejores, si no la mejor, de la historia de la banda, fundamentalmente porque estas se hicieron entre los años 69 y 70, período en el que la banda interpretaba su disco de Mayo del 69 con absoluta crudeza y energía. De Tommy solo faltan "Cousin Kevin", "Underture" y "Welcome", y si faltan es porque no se interpretaron aquella noche de febrero en Leeds. Realmente Tommy se encajó en el concierto entre "A Quick One While He's Away" y "Summertime Blues", pero en la edición de lujo de Live At Leeds se le ha colocado entero en un segundo disco dotándole del protagonismo que requiere semejante hito.
Live At Leeds siempre estará en cualquier Top Ten de directos de la historia del rock, algo que se hace evidente tras cada escucha de este clásico inmortal. La banda, la selección de temas, el feeling con el público, la grabación y la producción confluyeron en una noche mágica en la que todo resultó perfecto.
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