Como os he dicho, el presente de Looper es en realidad un futuro inmediato, un futuro distópico cargado de violencia en el que la pobreza arroja a las calles a un buen número de ciudadanos, un 10% de la sociedad es telequinética, las motos vuelan... y los looper como Joe viven en medio de todo eso nublando sus cerebros con drogas y asesinando por dinero atrapados en una espiral en la que –bajo el control de un tal Abe y sus secuaces- temen un futuro del que no pueden escapar. Con una primera media hora narrada por el Joe joven –un notable Joseph Gordon-Levitt, que también coproduce la cinta- y posterior desarrollo alternando sus puntos de vista con los del Joe treinta años mayor, Looper son dos horas de divertimento palomitero con algunos bajones de ritmo que nos ofrece una historia mínimamente enrevesada, acción y un par de buenas interpretaciones que desde aquí –si os gustó Minority Report, con la que tiene innegables puntos en común- os recomiendo que disfrutéis. Ah, y no os olvidéis de Terminator. En ese sentido, Looper no es demasiado original. A destacar –eso sí- la caracterización de Gordon-Levitt como Joe/Bruce Willis joven. Impresionante.
Completan el reparto Emily Blunt, la de Destino Oculto y Piper Perabo, la televisiva protagonista desde hace dos años de la serie Covert Affairs y a la que siempre recordaremos como la candorosa Violet de Coyote Ugly. No es la película definitiva de SciFi de la década, pero tiene su punto.
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