by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
En esta ocasión, esta Encarnación del demonio nos cuenta como Josefel Zanatas es excarcelado tras cuarenta años en prisión gracias a los informes del doctor Sampaio y el trabajo de Lucy Pontes, su abogada defensora. Al salir, el viejo asesino solo tiene una obsesión, la que le ha guiado toda la vida y que no es otra que encontrar a la madre perfecta para su descendencia con objeto de perpetuar su linaje. Junto a su sirviente Bruno, un fiel mayordomo deficiente, recorre las calles hasta llegar a una favela en la que se establece ocupando un oscuro y polvoriento sótano con restos humanos junto al criado y unos acólitos frikis. Pero la vida de Josefel no va a ser todo lo tranquila que este hubiese querido y –con la ayuda de flashbacks con escenas de sus viejas películas en blanco y negro- veremos como el degenerado deberá defenderse de sus vecinos –quienes ven en él una influencia diabólica-, las horribles visiones en las que se aparecen sus antiguas víctimas y de un coronel de la policía que ha jurado acabar con él desde que el enterrador de las uñas largas hiriese a su capitán, un policía corrupto y asesino. Para redondearlo conoceremos también a un sacerdote loco que se aplica electrodos en los pezones –las películas de Mojica Marins son habitualmente críticas con el catolicismo extremo- y a la guapa Maira, una joven de la favela, sobrina de un par de brujas ciegas que se siente cada vez más atraída por su vecino de la capa y la chistera. Total, piltrafillas, Encarnación del demonio es una buenísima película de terror gore casposo realizada con pocos medios pero con una calidad final encomiable, muy atractiva visualmente y en las que disfrutamos de todo tipo de torturas realizadas por Zé y sus discípulos, canibalismo, misticismo, actos sexuales bajo una lluvia de sangre, mutilaciones, cucarachas y los cuerpos desnudos de bellas jóvenes brasileñas. ¿Quién da más?
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