por Rockología (@RockologiaTwit)
Acometer una revisión de la discografía de un grupo tan grande e histórico como AC/DC supone todo un ejercicio que recomiendo llevar a cabo de cuando en cuando a cualquier fan roquero (especialmente si te van los australianos). Eso pone a nivel sus logros y sus fiascos y ayuda a reforzarte tus sentimientos sobre sus canciones, a amar o a odiar (más aún). Hoy me permito traer hasta aquí uno de sus discos más controvertidos: para muchos el que marcó la definitiva decadencia de los hermanos Young, un disco vapuleado por público y crítica.
A este Flick of the Switch se le acusó de caer en la simpleza compositiva, de ser repetitivo, de conformarse con letras y estribillos fáciles, de carecer del punch en la producción de los anteriores con Robert “Mutt” Lange a los controles en pos de una supuesta crudeza que les acercara al sonido sucio del heavy rock de los primeros ochenta. Se desmereció la técnica de los Young y también el trabajo rítmico, con el disparador en lo “cuadriculado” de las estructuras, en una época en la que Malcolm y Phil Rudd atravesaban una pesadilla con el alcohol (el batería acabó fuera del grupo durante la grabación siendo sustituido por Simon Wright).
Uno de los problemas de este álbum es la ausencia de singles, de ese pelotazo que tuvieron los tres álbumes anteriores (Highway to hell, Back in black, For those about to rock…) y que llenaba las radiofórmulas (la MTV ya estaba empezando a ser importante). Además, la portada y el aire tosco que envuelve Flick of the switch y a la imagen de la banda, incluyendo el vídeo del primer single, no ayudó (ni ayuda) a darle valor a este álbum, siendo descartado casi desde el momento en que lo ves. Aun así, vendió un millón de copias y les llevó de gira mundial una vez más.
Pero ¿qué rebuscamos en la basura de este Flick of the switch?
Quizá sea uno de los discos más AC/DC de toda su discografía, con lo bueno y lo malo que eso implica. La producción se va años atrás, antes de que Mutt Lange lo agrandara todo, pero manteniendo ese buen rollo roquero que habían comenzado a perder, para mi gusto, en For those about to rock… Este Flick of the Switch es el disco más Bon Scott en la voz de Brian Johnson. Y, de hecho, lo prefiero a otros más aclamados por crítica y fans como The Razors Edge o Ballbreaker.
En cuanto a las canciones, si bien le falta ese megatemazo que solían meter (y metieron) en sus discos, esa chispa vendedora, el conjunto mantiene un nivel mayor que cualquier disco de los ochenta o los noventa (obviamos Back in black, por favor). Los riffs Young están vivos y aunque a veces suenan repetidos, como los solos (joder, esto es AC/DC), te hacen mover el culo como siempre. La estúpida Bedlam in Belgium me encanta: ¿cuántos riffs más “puros” que el de esta canción? El estribillo es atemporal en su discografía, como los cambios o el ritmo machacón de la batería. ¿Y eso es criticable? Una joya.
No me voy a venir arriba y defender, como he leído en alguna crítica, que está entre los tres mejores de AC/DC, pero lo escucho con más frecuencia y gusto que otros ya nombrados aquí. Para mí es una lástima que nunca recuperen en directo canciones como This house is on fire y sus cuatro acordes, la propia Flick of the switch, Nervous shakedown o Guns for hire.
Suficiente basura para que te pongas a escuchar como se merece este álbum. Y si ya lo amabas antes, para recrearte una vez más en su poder hard roquero.
siempre me gustó y me gusta....como dices le dieron de palos la critica,pero lo compre justo cuando salio y siempre fue una grata escucha.Quizas lo peor es la produccion,demasiado aguda y clara,si le hubieran metido unos buenos grabes ganaria un 60 por ciento de discazo.Han echo un montón de peores discos despues ,que no le superan
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