Regreso al futuro.
por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC
Otro año donde predominan las características anteriores, con destacados títulos en los géneros más exitosos durante estos 80, la Ciencia Ficción, el terror, las aventuras, la acción… Por supuesto, salpicados con otras cintas de calidad variable y pretendidamente más serias. Desde luego no tenemos la orgía del año anterior, pero indudablemente la tendencia es significativa también en este.
Los Goonies.
Las mejores películas de 1985
(las mejores películas de ese año)
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A CHORUS LINE, de Richard Attenborough.
El duro camino para llegar al estrellato, el duro sacrifico de los bailarines, un tema que se tocó con frecuencia en estos años. Aquí Attenborough a los mandos con Michael Douglas de exigente coreógrafo.
AGNES DE DIOS, de Norman Jewison.
Un buen título sobre los límites de la fe y la locura, de la obsesión y la creencia, de la manipulación, la mentira y la verdad. Buen trío femenino de protagonistas.
AL FILO DE LA SOSPECHA, de Richard Marquand.
Un clásico thriller de intriga, de los muchos que proliferaron en los 80, donde la ambigüedad, la atracción, el componente sexual y la intriga tejen una trama cuanto menos entretenida. No hay mucho más, salvo el trabajo de los intérpretes.
ANGEL’S EGG, de Mamoru Oshii.
Es una cinta animada de culto del director de la prestigiosa “Ghost in the Shell” (la animada, claro). Película extraña, de Ciencia Ficción con tintes fantásticos y surrealistas, pero fascinante.
ASTERIX Y LA SORPRESA DEL CÉSAR, de Gaëtan Brizzi y Paul Brizzi.
Otra de animación, una entretenida película de Asterix que seguro gustará a los fans.
BRAZIL, de Terry Gilliam.
Cinta de culto de Gilliam en la que incluye todo su particular universo. Ciencia Ficción distópica en la que se integran la sátira, el cyberpunk, el thriller… Sumamente extraña, inclasificable, pero original y excelente.
COCOON, de Ron Howard.
Entrañable cinta con extraterrestres bondadosos y sanadores que fue un gran éxito de taquilla, tanto que hubo secuela. Una bonita película, simpática además, con Steve Guttenberg como protagonista y un Don Ameche que fue nominado al Oscar.
D’ARTACAN, de Luis Ballester Bustos.
Traigo esta serie porque siento devoción por ella. Un recuerdo de infancia absolutamente placentero. No es sólo que sea una obra maestra de la animación para niños, sino que resulta una adaptación magnífica de la obra de Dumas.
EL BESO DE LA MUJER ARAÑA, de Héctor Babenco.
Grandes interpretaciones en esta cinta sobre dos presos antagónicos que cuentan sus historias, William Hurt (Oscar) y Raul Julia.
EL CLUB DE LOS CINCOS, de John Hughes.
Un clásico de la comedia juvenil de los 80, además de cinta de culto (hay muchas en esta década). Retrato de la problemática adolescente desde muchos puntos de vista, psicológica, social, emotiva… Seguro que muchos la tienen entre sus predilectas en el género.
EL COLOR PÚRPURA, de Steven Spielberg.
El primer título “serio” del maestro Spielberg (si obviamos “Encuentros en la 3ª Fase”, que ya lo era, aunque fuera de Ciencia Ficción), donde el director demostró controlar todos los resortes dramáticos, los géneros, los tonos… por lo que fue pagado con 11 nominaciones al Oscar… y la crueldad de no recibir ninguno, batiendo un récord. Es significativo que el gran referente de la década, el que marcó el pulso y el tono a la misma, el que la definió, apostara tan pronto por ese cine mal llamado “serio”, eso sí, sin abandonar el más evasivo nunca.
EL DÍA DE LOS MUERTOS, de George A. Romero.
La saga zombi de Romero con un nuevo episodio, más claustrofóbico, serio, incluso profundo en su contesto reflexivo, que pondría fin a su trilogía.
EL HONOR DE LOS PRIZZI, de John Huston.
Gran película de Huston. Un acercamiento francamente divertido al mundo de la mafia con un satisfactorio toque cómico. Todos los elementos están perfectamente equilibrados, el romance, el thriller, la comedia, y con un reparto que está en estado de gracia: Jack Nicholson, Anjelica Huston (Oscar), Kathleen Turner…
EL JINETE PÁLIDO, de Clint Eastwood.
En este remake de la mítica “Raíces profundas” (1953) de George Stevens, se aprecian algunas de las constantes que Eastwood ha ido desarrollando en su obra, constantes que definen a un gran autor de una sapiencia cinematográfica extraordinaria, de indiscutible talento, y donde se distingue la influencia de muchos de los grandes del western, desde Leone a Anthony Mann, Don Siegel o el mismísimo John Ford. Un remake ejemplar, personal y que no se limita a copiar a su referente con un tono más moderno, sino que Eastwood logra llevarlo a su terreno e intereses, resultando una obra que aunque tributaria tiene personalidad propia.
EL JUEGO DE LA SOSPECHA (CLUEDO), de Jonathan Lynn.
Comedia de intriga que rinde homenaje al clásico juego de mesa y le saca partido con ligereza y solvencia. Buen reparto y una historia entretenida.
EL SECRETO DE LA PIRÁMIDE, de Barry Levinson.
Un pequeño clásico de culto ochentero y juvenil de la mano de Spielberg que se ha convertido en referente ineludible del cine de aventuras, y una de las grandes películas dedicadas al gran detective Sherlock Holmes, creado por Sir Arthur Conan Doyle. Ideal para ponerla a los chavales.
EL TREN DEL INFIERNO, de Andrei Konchalovsky.
Con guión de Kurosawa, tenemos este divertido y potente thriller aventurero sobre evasiones carcelarias y supervivencia que es pura efectividad. Vibrante.
ENEMIGO MÍO, de Wolfgang Petersen.
Ciencia Ficción sobre la difícil relación de dos especies, la humana y una extraterrestre. Es entretenida, solvente, interesante, pero sus intenciones son muy obvias y ya hemos visto otras muy similares o idénticas cambiando las diferencias para el conflicto (por ejemplo, Infierno en el Pacífico, de 1968).
ESPERANDO LA CARROZA, de Alejandro Doria.
Comedia negra, muy negra, y una joya del cine argentino y del género. Esperpéntica, grotesca, adictiva y brillante.
EXPLORADORES, de Joe Dante.
Otro clásico juvenil. Obviando su excesiva premisa, es puro divertimento clásico de la década, de esos que los chavales consumíamos con absoluta devoción. Un gran entretenimiento interpretado por jóvenes estrellas en ciernes, Ethan Hawke, River Phoenix…
FUEGO EN LAS ALTURAS, de Fredi M. Murer.
Aunque pueda parecer una especie de versión de Heidi, no tiene nada que ver. Cinta sobre la vida rural con relaciones tempestuosas, incestos y demás historias. Interesante.
GINGER Y FRED, de Federico Fellini.
Retrato melancólico del mundo de la televisión y el “artisteo”, del declive y el crepúsculo, en la que es una de las últimas películas del genial director italiano.
INQUIETUDES, de Alan Rudolph.
Una película peculiar e interesante. Un thriller futurista, de esencia Noir y muy buenas intenciones. Menos conocida que otras de Rudolph en esta época, pero atractiva.
¡JO, QUÉ NOCHE!, de Martin Scorsese.
El Scorsese más kafkiano. Una comedia de tintes negros, retorcida y rocambolesca, alocada, pero sumamente brillante y atractiva, que desgrana, metafóricamente, muchas de las obsesiones del director.
LA HISTORIA OFICIAL, de Luis Puenzo.
Gran película argentina sobre los últimos años de la dictadura en aquel país y la venda que se le cae de los ojos a una profesora de historia.
LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO, de Woody Allen.
Joya de Woody Allen. Llena de imaginación, ingenio y ese aire nostálgico y melancólico que en muchas ocasiones tiene el cine del director neoyorkino. Lo que se pierde en la vida, el cobijo del arte, el refugio que nos concede para soportar lo demás. Una de sus muchas obras maestras.
LA SELVA ESMERALDA, de John Boorman.
La obsesiva búsqueda de un padre a su hijo en la selva amazónica. Una de aventuras en un entorno que Boorman retrata como pocos, algo que ha demostrado en varias ocasiones.
LA VAQUILLA, de Luis García Berlanga.
Otra joya de Berlanga, que hace de la digresión, el plano secuencia y la orgía coral de personajes su esencia estilística una vez más, así como sus aliados para el retrato del trasfondo pretendido. Muy divertida.
LADY HALCÓN, de Richard Donner.
Aventuras y fantasía. Un halo fatalista y romántico. La fugacidad y lo efímero como sublimación romántica con una Michelle Pfeiffer bellísima.
LOS GOONIES, de Richard Donner.
Icono y referente del cine juvenil como hay pocos. La pandilla de nuestra infancia, nuestras aventuras, sueños e imaginación personificados y retratados en esta obra genial de Donner. Una de las películas más divertidas y entretenidas que se han rodado, y ante la cual si uno no sintió la necesidad de vivir cualquier tipo de aventura tras su visionado, aunque sea cazar lagartijas o explorar unas calles más allá con su bicicleta, mala infancia ha tenido.
LOS SEÑORES DEL ACERO, de Paul Verhoeven.
Tremebunda película de Verhoeven, que seguro gozó con todos los excesos que le permitía el guión y la época en la que está ambientada. Violencia, sexo, morbo, escabrosidad… Rutger Hauer y Jennifer Jason Leigh sacan todo el partido al siglo XVI.
MANHATTAN SUR, de Michael Cimino.
Mickey Rourke, aún reconocible, protagoniza este contundente, violento y vigoroso thriller que Cimino pareció rodar a modo de redención tras “La Puerta del Cielo”. Banda callejeras, drogas, mafia china…
MASACRE: VEN Y MIRA, de Elem Klimov.
Una gran cinta antibélica que retrata el conflicto entre los rusos y los nazis durante la 2ª Guerra Mundial. Un contexto de puro horror brillantemente mostrado desde el punto de vista ruso. Un gran referente.
MÁSCARA, de Peter Bogdanovich.
Prestigioso drama de Bogdanovich que se basa en hechos reales y muestra los padecimientos, físicos y sociales, de un chico que sufre acromegalia. Aislamiento, complejo, soledad, fuerza mental, sufrimiento… y el amor y la amistad. Grandes interpretaciones de Eric Stoltz y Cher.
MEMORIAS DE ÁFRICA, de Sydney Pollack.
Una de las películas más exitosas y prestigiosas del año, ganadora del Oscar y referente del puro cine romántico en entorno exótico. Además de emotiva es francamente bella. La pareja que forman Robert Redford y Meryl Streep son un prototipo de pareja romántica aún citado y referenciado.
MI DULCE PUEBLECITO, de Jirí Menzel.
Entrañable, divertida y simpática cinta checa, ambientada en un pueblecito cercano a Praga y donde disfrutamos de la vida rural, los pequeños conflictos y los grandes valores dentro de aquella comunidad sometida aún por el comunismo.
MI HERMOSA LAVANDERÍA, de Stephen Frears.
Encantadora comedia dramática de Frears que trata con sencillez y frescura temas como la homosexualidad y el racismo. También muy divertida y simpática. Podemos ver a Daniel Day-Lewis, por si fueran pocos los alicientes.
MI VIDA COMO UN PERRO, de Lasse Hallström.
Duro retrato de la infancia el que trae aquí Hallström. Película de gran prestigio que lanzó al estrellato a su director, donde ya mostraba su gran sensibilidad en una historia basada en hechos reales.
MISHIMA: UN VIDA EN CUATRO CAPÍTULOS, de Paul Schrader.
Con George Lucas y Francis Ford Coppola en la producción, Schrader nos regala un buen y profundo retrato del gran autor japonés Yukio Mishima. Un trabajo muy cuidado y elaborado.
NOCHE DE MIEDO, de Tom Holland.
Uno de los grandes acercamientos al mito vampírico desde un punto de vista juvenil, adolescente. Cinta atrevida y trasgresora, utiliza muy bien las metáforas y el simbolismo clásico del vampiro para adaptarlos al mundo moderno y las tribulaciones de esas edades.
NOCHES DE SOL, de Taylor Hackford.
Gran película sobre la Guerra Fría protagonizada por el mítico Baryshnikov (el mejor bailarín de ballet de la historia), en un juego metalingüístico (el gran bailarín desertó de la Unión Soviética) fascinante.
PAPÁ ESTÁ EN VIAJE DE NEGOCIOS, de Emir Kusturica.
Gran éxito crítico se apuntó Kusturica con este film, que le dio dimensión internacional. Desde lo cotidiano, el director disecciona los convulsos tiempos bajo el gobierno de Tito y su régimen socialista.
PHENOMENA, de Dario Argento.
Cinta de culto de Argento, uno de sus clásicos films de terror donde el “giallo”, lo sobrenatural, la hemoglobina y la atmósfera enfermiza se dan cita para satisfacer a los fans del género.
RAN, de Akira Kurosawa.
Obra maestra de Kurosawa que adapta libre y magistralmente el Rey Lear shakespeariano. Obra colosal, espectacular en la puesta en escena y la estética, profunda, intensa y de enjundia en lo dramático. Obligada cita cinéfila.
REGRESO AL FUTURO, de Robert Zemeckis.
Una de las películas más entretenidas y divertidas de la historia, sin lugar a dudas. “Regreso al futuro” es una de las grandes películas de la historia del cine, ya te guste el cine de pura evasión o el más complejo. Es de esas películas que te hacen envidiar a la gente que las ve por primera vez… Lo bueno es que volver a verla tiene algo mágico, porque logra parecer siempre novedosa. Imprescindible.
ROCKY IV, de Sylvester Stallone.
Tiene muchos adeptos gracias a sus ingredientes superficiales, que la hacían realmente atractiva para los más jovenzuelos (ese duelo entre Ivan Drago, un imponente ruso malísimo, alto y muy rubio, contra el mito en que se había convertido Rocky. Estados Unidos contra la Unión Soviética). Eso sí, es una película muy discretita de propaganda con un mensaje conciliador bien intencionado, pero sumamente infantil.
SILVERADO, de Lawrence Kasdan.
Un gran Western en una época donde los Westerns estaban despreciados. No es, ni mucho menos, un referente del género, pero si una más de digna y entretenida muestra del mismo dentro de esta década.
SIN FIN, de Krzysztof Kieslowski.
Poderoso drama político de Kieslowski donde denuncia la represión comunista en Polonia, ambientándolo en 1982, tres años antes. Un gran retrato, lleno de talento, por parte del realizador.
SIN TECHO NI LEY, de Agnès Varda.
Drama social de Varda donde se nos cuenta, en flashback, los últimos meses de una vagabunda. Desarraigo, soledad, indiferencia y opresión social... Brillante cinta de temática comprometida.
ST. ELMO, PUNTO DE ENCUENTRO, de Joel Schumacher.
Drama sobre la amistad y el término de la adolescencia, de tono nostálgico y melancólico, con un nutrido grupo de buenos y conocidos actores. El paso del tiempo en la generación ochentera.
TARÓN Y EL CALDERO MÁGICO, de Ted Berman y Richard Rich.
Olvidada cinta Disney que merece recuperarse para el recuerdo. Un título poco convencional de la productora, más oscuro, una fantasía medieval, título de espada y brujería, de interés nada desdeñable.
UNA HABITACIÓN CON VISTAS, de James Ivory.
Magnífico director James Ivory, acusado de académico en ocasiones, pero que ha volado a alturas extraordinarias en muchos de sus títulos de época. Este es uno de los más conocidos, aunque ni siquiera el mejor. Elegante y sutil adaptación de la novela de E. M. Forster donde, además, destacan las excelentes interpretaciones.
ÚNICO TESTIGO, de Peter Weir.
Un joyita de Weir, que fiel a sus postulados, desarrolla sus reflexiones en una atractiva trama de intriga mientras da foco a la comunidad amish como pocas veces se ha hecho. Harrison Ford y Kelly McGillis tienen una fantástica química en ese amor sutil… Para el recuerdo secuencias como el baile al ritmo de la música con un coche como testigo…
VAMPIROS EN LA HABANA, de Juan Padrón.
Mítica cinta de culto de animación y vampiros. Vampiros casi mafiosos. Dibujos para adultos, frescos y sin complejos. Ideal para los que busquen cosas curiosas.
VIVIR Y MORIR EN LOS ÁNGELES, de William Friedkin.
Estupendo thriller de Friedkin donde no hay buenos, pero sí bastante malos. Gran trabajo del director.
YESTERDAY, de Radoslaw Piwowarski.
La Polonia comunista y los Beatles como liberación. Una encantadora comedia dramática donde se muestra el opresivo y asfixiante entorno donde se mueven esos chicos que encuentran reductos de libertad y esperanza en la música.
ZOO, de Peter Greenway.
Personal proyecto de Greenway que más que por su trama de comedia negra, destaca por su estilo y estética, la simetría e iluminación buscada y mimada.
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