Por Esteban Martínez (@EMartineC)
del blog Benditos Discos
Después de tres años de la agotadora experiencia que resultó ser The astonishing, ese intento de Dream theater por abarcarlo absolutamente todo mediante un ambicioso pero evidentemente excesivo álbum conceptual, los estadounidenses regresan con un disco que recula y evidentemente intenta navegar lugares comunes de la banda en la búsqueda de seguramente satisfacer a una masa de fans ansiosa por oír al Dream de antaño. El resultado no podríamos criticarlo con dureza, en Distance over time encuentras aquello que efectivamente muchos buscan en un álbum de Dream theater, es decir, rock progresivo técnicamente prolijo, a veces melódico y en ocasiones más cercano al metal pero de todas formas un disco cuidadosamente pensado y ejecutado, dispuesto (una vez más) a devorarse a cuanto individuo se atreva a insinuar el que la banda está agotada. Aunque claro, una cosa es lo que se desea proyectar y otra la realidad...
En ese sentido, si bien el disco abre con dos temas muy melosos y reconocibles como 'Untethered angel' y 'Paralyzed', rápidamente desenfundará el cóctel de estructuras cambiantes tras la aparición de 'Fall into the light' (probablemente el tema mejor logrado del álbum), una que abrirá a toda velocidad para tras tres minutos sacar el pie del acelerador y regalar una exquisita melodía a varias guitarras. El asunto funciona, no cabe duda, pero digámoslo: nada nuevo bajo el sol. De igual forma 'Barstool warrior' con sus siete minutos vuelve a reiterar la fórmula: parada a medio tema, un piano y vamos retomando lentamente la velocidad hasta finalizar muy arriba. Dream theater prepara cada tema receta en mano y claro, lo hacen bien, aunque tras cada minuto transcurrido se les vea más y más el plumero. Tampoco habrá quejas con 'Room 137', ahí encontraremos un puente/coro efectivo, un solo limpio y cargado de rock & roll además de un James LaBrie pasado por varios filtros, pero que convence, como de igual forma la oscuridad que ronda en 'S2N' resulta atractiva, pese a que esta lamentablemente sea interrumpida por un coro absolutamente típico que resta puntos al resultado.
Entrando en la recta final el disco irá quedándose sin fuerzas. Aparecen los casi diez minutos de 'At wit's end', que pretende ser la pieza más ambiciosa del disco pero que francamente (pese a su duración) sorprende muy pero muy poco, la balada 'Out of reach' que tampoco emociona demasiado y para cerrar otro tema compuesto con manual en mano, 'Pale blue dot', cerrando así un disco que tiene sus momentos aunque en otros carece de chispa y frescura.
Distance over time funciona como esa persona que forzadamente intenta demostrar a todo el mundo lo plena que se encuentra, no entendiendo que aveces menos es más y basta un poco de frescura para irradiar alegría verdadera...
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