ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas de 1961 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 28 de octubre de 2018

Las mejores películas de 1961 - Lo mejor del cine de ese año

El buscavidas.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Los nuevos géneros se van imponiendo, las narraciones clásicas parecen mostrar en ciertos aspectos agotamiento, el cine social y realista va cobrando importancia… un eclecticismo que se mantendría durante esta década hasta los 70, donde nuevas voces se alzarán. Con todo, seguimos teniendo un buen número de obras maestras y películas interesantes, aunque no tan predominantes, si bien he traído una gran cantidad de títulos.

Suspense.


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Las mejores películas de 1961
(lo mejor del cine de tal año)


101 DÁLMATAS, de Wolfgang Reitherman, Clyde Geronimi y Hamilton Luske. 

Clásica animación Disney de gran éxito, que dio para remakes en imagen real allá por 1996. Una película encantadora con esa gran villana que es Cruella de Vil.





ACCATTONE, de Pier Paolo Pasolini. 

El debut de Pasolini no podía faltar. Bebiendo del neorrealismo y de Fellini, el director italiano ya expone su personal visión del mundo, cruda y realista, en los suburbios romanos.


ÁNIMAS TRUJANO (EL HOMBRE IMPORTANTE), de Ismael Rodríguez. 

Estupenda cinta mexicana con un personaje fascinante y excelente (encarnado por Toshirô Mifune), pendenciero, borracho y bravucón, en busca de reconocimiento.


BAJOS FONDOS, de Samuel Fuller. 

Una lección de potencia visual y talento de un director independiente y genuino. Una excepcional joya Noir, impecable y desoladora, realizada por Fuller, realizador que ha influido en cineastas tan prestigiosos como Tarantino, Scorsese o Godard a muchos niveles, por su sentido del humor, su fluida dirección con largos travellings, su violencia exagerada y crítica social…




BARRABÁS, de Richard Fleischer. 

Superproducción bíblica sobre el conocido personaje que salvó su vida a costa de Jesucristo. Una aceptable cinta con una gran interpretación de Anthony Quinn.


BLAST OF SILENCE, de Allen Baron. 

Interesante y desconocida película de cine negro, bisagra de lo que vendría posteriormente dentro del género. Irregular, con ciertos defectos y lastres, pero con muchos momentos brillantes a muchos niveles: realización, estética y concepto. “Blast of silence” es una rareza de gran fuerza que debe ser reivindicada.


CIUDAD SIN PIEDAD, de Gottfried Reinhardt. 

Tremendo y duro drama judicial que está de máxima actualidad. Un juicio a unos militares acusados de violación. Una estupenda película con un enorme Kirk Douglas.


COMO EN UN ESPEJO, de Ingmar Bergman. 

Una compleja película en la que Bergman deconstruye a la familia de una manera descarnada, dolorosa e incómoda en ocasiones, pero veraz y lúcida. Gran película del sueco.


DERSU UZALA, de Agasi Babayan. 

No es la de Kurosawa, es una adaptación anterior, más modesta y discreta, pero con los grandes valores de la posterior y gloriosa cinta del japonés.




DESAYUNO CON DIAMANTES, de Blake Edwards.

Un clásico de la comedia romántica y adulta. Uno de los papeles iconográficos de Audrey Hepburn en esta adaptación del texto de Truman Capote. Sofisticación, capricho, una joyería, un desayuno, Mancini… niños que se comportan como adultos o viceversa… Un referente del género… y, con todo, no termina de entusiasmarme.


DIVORCIO A LA ITALIANA, de Pietro Germi. 

Maravillosa comedia negra protagonizada por el gran Marcello Mastroianni, que deseoso del amor de su sobrina de 16 años, intenta quitarse de encima a su esposa… Impagable, una gran comedia que no deben perderse.


DOS CABALGAN JUNTOS, de John Ford. 

Os pongo el inicio del análisis que tengo escrito sobre ella: Supuso un gran impulso para la consideración crítica de John Ford, quizá el definitivo. Una crítica que casi obviaba al director más grande de todos los tiempos, al que si bien no despreciaba, no lo consideraba, en absoluto, verdaderamente reseñable, en una posición muy discreta. De nuevo fueron los franceses, en concreto una crítica de Jean-Luc Godard a esta película, considerándola la mejor y más experimental cinta de ese año, la que catapultó a Ford a las alturas, aunque cabe decir que los motivos esgrimidos por el director francés no eran del todo correctos, ya que las supuestas innovaciones o revoluciones no lo eran, ya habían aparecido a lo largo de su obra, una obra en continua progresión y depuración.




EL AÑO EN MERIENBAD, de Alain Resnais. 

Una peculiar y extraña película, englobada en la Nouvelle Vague, donde la realidad y lo onírico parecen mezclarse y dialogar. Muy interesante, pero, claro, no es para todos.


EL BUSCAVIDAS, de Robert Rossen. 

Tremenda obra maestra protagonizada por Paul Newman. Es una cinta desoladora y sin concesiones, una oscura y realista reflexión sobre la derrota, los perdedores y el talento. De hecho, algunas frases sobre cómo se manifiesta ese talento las tengo grabadas a fuego. ¡Ah, sí! También hay billar. Y Scorsese rodó una secuela.


EL CID, de Anthony Mann. 

Rodada por aquí, Mann hizo una estupenda cinta de aventuras, épica y colosal, donde sobresale la figura del héroe encarnado por Charlton Heston. ¡Quién mejor que Heston!



EL DÍA EN QUE LA TIERRA SE INCENDIÓ, de Val Guest. 

Una buena muestra de cine de Ciencia Ficción británico (hicieron gran cine en este género) que casi avisaba de las consecuencias del cambio climático. Un alegato antinuclear que avisa de sus peligros y un más que probable holocausto. Cine clásico catastrofista y apocalíptico. Bien merece la pena el visionado.


EL DIABLO A LAS CUATRO, de Mervyn LeRoy. 

Y de catástrofe a catástrofe, esta con reparto de lujo (Spencer Tracy, Frank Sinatra), donde un volcán amenaza la vida en una isla del Pacífico Sur. Y firmada por LeRoy. Muy entretenida.


EL EMPLEO, de Ermanno Olmi. 

Amor adolescente y trabajo esclavo. Estupenda cinta italiana, no muy conocida, que merece reconocimiento por su sensible punto de vista y lucidez expositiva hacia una realidad de plena actualidad.


EL OTOÑO DE LA FAMILIA KOHAYAGAWA (El Final del Verano), de Yasujiro Ozu. 

Ozu con otro incomparable retrato social y familiar, lleno de ternura, sensibilidad y tacto, donde desnuda las costumbres de la época y su pueblo con una naturalidad pasmosa.


EL PENDULO DE LA MUERTE, de Roger Corman.

Poe, Corman y Vincent Price, un trío inconmensurable y que ha hecho disfrutar de lo lindo a los más cinéfilos. Aquí tenemos un pequeño clásico de la serie B más que recomendable.




EL SABOR DEL MIEDO, de Seth Holt. 

Una de intriga poco conocida pero más que disfrutable. De toque hitchcockiano, con sorpresa y gran atmósfera. Se mezcla intriga, terror y thriller psicológico para hacernos disfrutar. Muy apetecible.


EL ROSTRO IMPENETRABLE, de Marlon Brando. 

La única película que dirigió Marlon Brando (que comenzó Kubrick), un Western de venganza peculiar y extraño, bastante inusual, irregular e imperfecto, pero interesante.


EL ÚLTIMO ATARDECER, de Robert Aldrich. 

Me encanta este Western. Crepuscular, poético, intenso, bellísimo. Ese duelo entre Kirk Douglas y Rock Hudson, a los que se suma Joseph Cotten y Dorothy Malone, es impagable, como lo es la relación entre la chica y Douglas… hay mucho y bueno en esta genial obra.


EL VIOLÍN Y LA APISONADORA, de Andrei Tarkovsky. 

Mediometraje de Tarkovsky, en sus inicios, la que se consideraría primera obra del director realizada completamente por él. Un drama encantador y poético muy recomendable, como toda la obra del autor.


ESPLENDOR EN LA HIERBA, de Elia Kazan. 

Drama rural, intenso y romántico, rodado con pulso y vigor por el gran Elia Kazan. Natalie Wood y Warren Beatty forman una pareja encantadora. Un final magnífico y bello. Un gran éxito comercial y creativo.




FANNY, de Joshua Logan. 

Un drama romántico que tuvo mucho prestigio y éxito en su día. Emotiva, de sentimientos exacerbados, es ideal para echarse unas lagrimitas.


JULES Y JIM, de François Truffaut. 

Clásico de Truffaut y la Nouvelle Vague que canta al amor libre y la pasión sin ataduras. Un trío de amigos y amantes, de grandes personajes y relaciones que tuvo un gran impacto en los 60.


LA CALUMNIA, de William Wyler. 

Obra maestra de Wyler, una de las más agudas reflexiones sobre el poder del prejuicio, la masa social (y democrática) y su poder destructor. Inconmensurables MacLaine y Hepburn.


LA CHICA CON LA MALETA, de Valerio Zurlini. 

Entre la comedia romántica y el drama, un prestigioso título del cine italiano de principios de los 60 con hondura y crítica social. Tremenda Claudia Cardinale.


LA CONDICIÓN HUMANA III: LA PLEGARIA DEL SOLDADO, de Masaki Kobayashi. 

Tercera entrega de la impagable trilogía de Kobayashi, un remate ejemplar para una de las mejores sagas de la historia del cine.




LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBO, de Terence Fisher. 

Otro clásico de Fisher con la Hammer. Esta vez le tocaba el turno al Hombre Lobo. Eficaz título de terror.


LA NOCHE, de Michelangelo Antonioni.

Una de las mejores obras de Antonioni, un drama psicológico y romántico con gran profundidad en el análisis de sus personajes. De nuevo la insatisfacción y sus evasiones. Ejemplares Moreau y Mastroianni.


LÉON MORIN, SACERDOTE, de Jean-Pierre Melville. 

El duelo entre un sacerdote católico y una viuda atea y comunista en una situación complicada durante la 2ª Guerra Mundial, que torna en complicidad, atracción y comprensión, es un trabajo excelente de Melville. Otro más.


LOLA, de Jacques Demy. 

 Mezcolanza de pasiones y deseos en esta deliciosa cinta de Demy, un drama englobable en la Nouvelle Vague donde los chispeantes entornos contrastan con las intensas pulsiones de los personajes, su dolor, anhelos y pasiones.


LOS CAÑONES DE NAVARONE, de J. Lee Thompson. 

Un espectacular reparto para un clásico del cine bélico. Entretenida, bien realizada, mejor interpretada… Indispensable para todo fan del género.




LOS COMANCHEROS, de Michael Curtiz.

Aceptable Western del gran Michael Curtiz, con John Wayne al frente. Fue la última película del genial director.


LOS JÓVENES SALVAJES, de John Frankenheimer.

Buen drama judicial con el trasfondo del racismo en una de las múltiples colaboraciones entre Frankenheimer y Lancaster.


MADRE JUANA DE LOS ÁNGELES, de Jerzy Kawalerowicz. 

Película polaca de terror con posesiones demoniacas durante el siglo XVII. Una más que interesante propuesta de una filmografía poco conocida.


PARÍS NOS PERTENECE, de Jacques Rivette.

El debut de Rivette, otro título emblemático de la Nouvelle Vague que mezcla thriller, intriga y drama.




PIJAMA PARA DOS, de Delbert Mann.

Comedia clásica con la inolvidable pareja formada por Rock Hudson y Doris Day. Ejemplo paradigmático de lo que es una comedia romántica clásica.


PLÁCIDO, de Luis García Berlanga. 

Obra maestra de Berlanga, una de sus mejores películas. Mordaz, irónica, negra, entrañable, desnuda las hipocresías sociales con una naturalidad e ingenio pasmosos. ¡Invite a un pobre a su mesa en Navidad!




REY DE REYES, de Nicholas Ray. 

Gran drama religioso de Ray, un clásico de los 60 que profundiza en las dudas de Jesucristo. Y con nuestra Carmen Sevilla como María Magdalena.


SOMBRAS DE SOSPECHA, de Michael Anderson. 

Hitchcockiana película interpretada por Gary Cooper y Deborah Kerr. Sospechas, dudas, crímenes… Muy entretenida, sobre todo si te gustan las intrigas al estilo del maestro… aunque no sean de él.


SUSPENSE, de Jack Clayton. 

Una de mis películas de terror favoritas. Con su trama de fantasmas y casa encantada. Supuestamente… La ambigüedad de Henry James sublimada en imágenes. Pasillos lúgubres, la noche y la oscuridad, velas rasgando las sombras, apariciones, sonidos… los clásicos ingredientes sublimados como pocas veces se ha visto. ¡Qué sería de “Los Otros” de Amenábar sin esta película! No se la pierdan.


TEEN KANYA (DOS MUCHACHAS- TRES MUCHACHAS), de Satyajit Ray. 

Larga cinta donde Ray vuelve a demostrar su talento con una mezcla de comedia y drama adaptando a Tagore.




UN GÁNGSTER PARA UN MILAGRO, de Frank Capra. 

Obra maestra de Capra que hace un remake de su propia película del 33. Tierna, entrañable, conmovedora, divertida… Fue su última obra, cuando los tiempos habían cambiado, pero sigue siendo excepcional, como casi toda la filmografía capriana, uno de los más grandes directores de todos los tiempos.


UN SABOR A MIEL, de Tony Richardson. 

Una de adolescentes, obreros, alcohólicos y homosexuales, puro Free Cinema. Un gran título, referente de ese breve pero intenso movimiento británico.


UNA LARGA AUSENCIA, de Henri Colpi.

Compartiendo Palma de Oro en Cannes con Viridiana, este drama es otra buena muestra de la Nouvelle Vague, aunque no llegue al nivel de la obra de Buñuel.


UNA MUJER ES UNA MUJER, de Jean-Luc Godard. 

Más Nouvelle Vague, en esta ocasión de la mano de Godard. Una comedia simpática donde una stripper quiere ser madre, pero su novio no está por la labor… ¡menos mal que tiene amigos!




UNA VIDA DIFÍCIL, de Dino Risi. 

Abarca desde 1941 a 1961, siguiendo a Alberto Sordi, que disfrutó como un enano haciéndola. Una magnífica obra de Risi. Muy recomendada.


UN AMOR INMORTAL, de Keisuke Kinoshita. 

El desprecio y sometimiento a la mujer, quizá una de las filmografías que más ha reivindicado su figura, la japonesa. Un gran drama que vuelve a hacer un estupendo retrato de aquella sociedad en una época convulsa de guerras y revoluciones.




UN DÍA VOLVERÉ, de Martin Ritt. 

El matrimonio Newman-Woodward en una comedia dramática ambientada en el mundo musical. El universo nocturno de París, el Jazz, los conflictos amorosos, las ambiciones… Aceptable título de Ritt bien interpretado.


UN LUNAR EN EL SOL, de Daniel Petrie. 

Un drama racial protagonizado por Sidney Poitier, que hace una estupenda encarnación. La superación del que no se conforma con ser simplemente aceptado o soportado.


UNO, DOS TRES, de Billy Wilder.

Una de las mejores comedias de la historia, de hecho, para no pocos es la mejor. Pocas veces unos diálogos se han dicho a semejante velocidad. Impresionante exhibición de James Cagney en esta sátira que no deja títere con cabeza ridiculizando el comunismo y mirando las costuras del capitalismo despiadado. Descomunal obra maestra de obligadísimo visionado.




¿VENCEDORES O VENCIDOS? (EL JUICIO DE NUREMBERG), de Stanley Kramer. 

Otra obra maestra ejemplar, una de esas cintas incontestables que huye de la superficialidad como de la peste. El reparto es espectacular, inigualable, las interpretaciones excelsas, pero sus reflexiones, argumentos y análisis trascienden el puro cine. Un testamento cinematográfico.


VÍCTIMA, de Basil Dearden. 

Película tremendamente valiente que tocó un tema casi tabú en aquella época (homosexualidad) de una forma transgresora y atrevida, sin complejos, que es un referente en cuanto al cine social y comprometido. Y eso que se la conoce poco. Gran interpretación de Dirk Bogarde en una cinta que merece reivindicación.


VIDAS REBELDES, de John Huston. 

Magistral película con un trío protagonista sencillamente sensacional… y crepuscular. De hecho, fue la última cinta de Clark Gable y Marilyn Monroe. Seres solitarios que se encuentran, seres cansados y fatigados de lustrosos pasados y pesarosos presentes. Una cinta dolorosa que tanto tiene que ver con sus protagonistas…


VIRIDIANA, de Luis Buñuel. 

Una de las grandes obras maestras de Buñuel, y de las más famosas. Palma de Oro en Cannes, su irreverencia ahora es casi inocente, aunque sigue siendo una película de culto.




WEST SIDE STORY, de Robert Wise y Jerome Robbins. 

El musical que rememora el Romeo y Julieta shakespeariano con las composiciones de Leonard Bernstein. Ganó la friolera de 10 Oscar. Un clásico absoluto con el que Wise se marcó otro puntazo.


YOJIMBO, de Akira Kurosawa. 

Un clásico magistral de Kurosawa, una de sus obras maestras más conocidas. Leone la copió despiadadamente en “Por un puñado de dólares”, aunque quedó lejos del original. Otra obra maestra que sumar a este año.





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