by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
Amigos, en este año en el que se cumplen 40 años del nacimiento de la banda y cuando el incombustible y otrora cuasi inmortal Lemmy Kilmister parece irremisiblemente tocado por serios problemas de salud de corte terrenal, os quiero hablar de Inferno, el decimoséptimo álbum de Motörhead que los británicos lanzaron en 2004, aunque en realidad el cedé que os traigo es la edición del año siguiente conmemorando los 30 años del grupo sobre los escenarios.
A estas alturas poco hay que descubrir de esta gran y carismática banda que a lo largo de su historia nos ha regalado verdaderos himnos, pero después de cuatro décadas y siendo dueños de un sonido muy personal basado en la voz de Lemmy, su bajo machacón, una batería incansable y las sucias guitarras de Campbell, uno ya está un poco cansado de escuchar casi siempre lo mismo y de encontrar poca variación en los lanzamientos de los últimos años. Pero, ¡hey es Lemmy!... o al menos lo era, porque por desgracia, ese mito viviente al que creíamos poco menos que un semidiós no goza actualmente de buena salud. Sea como sea, hace diez años escuché algunos temas de este cedé y no pude hacer otra cosa que comprármelo. Sí, amigos, porque sin haber perdido su sonido característico, en este trabajo Motörhead sonaban frescos y potentes, comenzando por trallazos como el que inicia el álbum y –sobre todo– ese destroza-nucas titulado "In the name of tragedy". Phil tocaba de miedo, Dee parecía sobrehumano y Lemmy cantaba mejor que nunca. Inspirados y renovados –aquí tuvo mucho que ver Cameron Webb–, este Inferno es uno de las mejores –si no la mejor– obras de los Motörhead de principios del siglo XXI.
Con portada original de Joe Petagno y grabado en los NRG recording studios para Steamhammer, junto a Lemmy al bajo y voces, Phil Campbell a las guitarras y Mikkey Dee a la batería encontramos nada más y nada menos que al gran Steve Vai en un par de temas.
El track list de esta edición de 2005 fue:
Terminal show
Killers
In the name of tragedy
Suicide
Life’s a bitch
Down on me
In the black
Fight
In the year of the wolf
Keys to the kingdom
Smiling like a killer
Whorehouse blues
El DVD extra contenía:
Motörhead 30th anniversary show at Hammersmith Apollo
The guts and the glory, the Motörhead story
Whorehouse blues video clip and making of
About Joe Petagno
"Terminal show" es una apisonadora, un trallazo que te hace pensar que si ese va a ser el nivel del álbum, has invertido bien el dinero. Las guitarras estupendas a cargo de Steve Vai. Con Killers nos encontramos ante un tema sin mácula, típicamente Motörhead. "In the name of tragedy" es mi canción favorita, un tema monolítico y machacón que obliga a hacer headbanging y tiene un buen solo de Campbell. "Suicide" es Motörhead clásico con el sonido puesto al día donde la banda se vuelve a lucir y "Webb" demuestra que fue un acierto confiar en él para dar forma al álbum. "Life’s a bitch" es un rock and roll marca de la casa, no se puede decir más, y la caña vuelve a subir de nivel con "Down on me" en donde Mikkey Dee continúa demostrando que es un monstruo, Lemmy toca de maravilla y canta como nunca y Campbell –con la colaboración de Vai en un solo- lleva el peso del tema con su guitarra.
"In the black" es otro tema inspirado –mi segundo preferido– en el que es imposible permanecer quieto. "Fight" sigue la misma dinámica, igual de enérgico y una nueva demostración de fuerza y frescura por parte del trío. "In the year of the wolf" no es una mala canción, todo lo contrario, pero quizás porque uno comienza a advertir esquemas ya vistos en alguna de las canciones precedentes –o porque la energía que destila Inferno hasta el momento exige mayor dedicación por parte del oyente de la habitual en un disco de Motörhead– me parece poco destacable. "Keys to the kingdom" viene a arreglarlo convirtiéndose en otra de mis favoritas que, sin ser especialmente rompedora desde un punto de vista estilistico, resulta una canción redonda, perfectamente ejecutada con arreglos aquí y allá que la hacen muy atractiva y le dan un aire “especial”. "Smiling like a killer" es otro típico hard rock motorhead style, rápido y conciso que no llega a tres minutos de duración y que precede a la sorpresa del disco, un frenazo en seco después de tanta adrenalina, la acústica "Whorehouse blues", una canción de esas en las que Lemmy con su personalísima voz se siente más que cómodo, un blues rock clásico con armónica y un trabajo estupendo de Campbell que pone la guinda a un fabuloso álbum, de los mejores del grupo repito.
Total, que como no podía ser de otra manera, os adjunto el cedé enterito y le añado como bonus el documental que viene en el DVD.
Y ya que estamos, aprovecho para enlazaros a mi reseña sobre la interesante Lemmy de hace unos añitos.
¡Feliz fin de semana!
©King Piltrafilla
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