por Möbius el Crononauta
del blog La cinta de Moebius
La pura verdad es que se le daba bien a Nicholas Meyer adaptar historias decimonónicas y, especialmente, darles un toque especial, readaptando mitos como el de Sherlock Holmes a sus propio intereses. En este caso Meyer tomó como punto de partida una novela de Karl Alexander (que colaboró también en el guion) que presentaba a H.G. Wells como un ficticio viajero en el tiempo que sale a la caza de todo un Jack el Destripador.
Uno de los mayores impactos que recuerdo de mi juventud viendo una película fue reconocer a Malcom McDowell como el apocado y victoriano Herbert George Wells. En algún momento de mi infancia había visto Los pasajeros del tiempo y se había convertido en uno de esos hitos televisivos que le despeinan a uno de tanto en tanto, pero con los años el recuerdo ya era borroso. Y cuando la volví a ver, quedé impactado al caer en la cuenta de que el hombrecillo de las gafas y bigotes era nada más y nada menos que Alex DeLarge, el psicótico drugo al que encarnó inmortalmente McDowell. Ya sabéis, a ciertas edades uno aún se imagina que McDowell se viste de blanco en sus ratos libres y sale a cazar vagabundos por las calles. Ya sabéis, cosas de la mente de un adolescente todavía perturbado por La naranja mecánica y por una furtiva sesión de Calígula.
Chaladuras con acné aparte, Los pasajeros del tiempo se me ha antojado siempre como una de las películas más entretenidas de los 70. Por supuesto los habrá que crean que exagero, pero ciertamente no podría decir menos de una película que ha pasado más tiempo conmigo que algunos de mis primos. Vamos a ver, ¡estamos hablando de H.G. Wells persiguiendo por el tiempo al amigo Jack el Destripador! Con eso y un guion decente y buenas interpretaciones me basta. Además de un ritmo endiablado que hace que las casi dos horas de duración se pasen volando.
Personalmente aún tengo otro as en la manga: David Warner, que es casi como mi segundo tío o algo así. Sencillamente adoro a ese tipo, y si por mí fuera habría protagonizado Titanic en vez de Leo DiCaprio. No creo que eso tuviera mucho sentido, pero da igual. ¡David Warner is the man! Habría sido interesante ver a Edward Fox (¡el inolvidable Chacal!) haciendo del amigo Jackie, pero vaya, la interpretación de Warner como el famoso asesino me encanta, como prácticamente todo lo que hizo en los 70 y 80. Un tipo carismático este Warner.
Resumiendo, no puedo decir nada malo de esta película. Es esa clase de films que uno adora desde niño, y como comprenderéis para mí sigue siendo tan genial ahora como hace veinte años. ¿Que la máquina del tiempo no solo viaja en el tiempo y de Londres aparece en San Francisco sin explicación alguna? ¡Por mí como si aparece en Júpiter! Estamos hablando de McDowell contra Warner aquí. Además, qué sentido tiene cuestionar eso en una peli que va de H.G. Wells persiguiendo a Jack el Destripador a través del tiempo...
Hablando de tiempo; ¿qué tendrán los personajes de Mary Steenburgen que tanto le gustan los crononautas?
Möbius el Crononauta
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