ZEPPELIN ROCK: Crónica del concierto de LUBACK en Cercedilla (Madrid, 30 de marzo de 2019, Teatro Moltalvo): Review

lunes, 1 de abril de 2019

Crónica del concierto de LUBACK en Cercedilla (Madrid, 30 de marzo de 2019, Teatro Moltalvo): Review


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos




Conciertos para calentar el alma

Es noche fría en Cercedilla. Ante un teatro íntimo, donde un número preciso de velas comienzan a subir la temperatura de las almas, desfilan Yago (teclados), Manu (bajo y violín), Héctor (baquetas), Marcus (guitarra y bajo) y Cristian (voz y guitarra) dispuestos a servirle al rock. Han sido unas cuantas veces ya y, precisamente por ello, el mérito del éxito ante su apuesta por la sorpresa, buscando siempre no dar dos conciertos iguales, es incluso mayor. En los mensajes previos al concierto prometían cuidar cada detalle con mimo para que todo estuviese en su sitio para ofrecer un show único, y en unos tiempos donde la mentira juega a ser más protagonista que Cary Grant en North By Norwest, se agradece poder confiar en los músicos.




Hablando de lo de caldear el ambiente, arrancar el concierto con Worse Than You fue una manera ideal de prenderle fuego poco a poco al alma de los presentes. De fuego al Fire de Hendrix, y de Hendrix a los incendiarios solos de Marcus Wilson, cuya guitarra no resistirá mucho más tiempo a las llamas si continúa tocando a esa velocidad. Incluso en temas más reposados y con un delicioso aroma al Tom Petty de Wildflowers como The Common Ones, su labor va mucho más allá de solos a lo Duane Allman: como arreglista hace una labor excelente, y de vital importancia para la banda.

El día de ayer, además, fue un día de recuperar cosas que hacía tiempo que no veíamos en un concierto de Luback, donde cabe casi todo. Manu se puso al violín y Marcus hizo lo propio con el bajo para tocar Summer Storm, con ese aroma irlandés tan característico. Y ahí radica la magia de los detalles de los Luback, estudiando cada compás al milímetro y, es de justicia decirlo, con una puesta en escena que apunta, cada vez más, a grupo grande. El tema, haciendo honor a su nombre, descargó una tormenta de acordes que no se dejó por recorrer ni un solo rincón del teatro. Los pasos atrás de Cristian, la pose idónea de Manu tomando el timón de la canción, Marcus en modo John Entwistle sabiendo dónde y cómo estar… y la solvencia de Héctor a una batería que no recibió un golpe más de los necesarios. No era fácil sustituir a Jorge, pero es que Héctor toca como si llevara en Luback desde que grabaron Inminente. Como bien dijo ayer Cristian, es tan sencillo y a la vez tan complicado como encajar musicalmente con alguien.

Conviene hacer otro alto en el camino para analizar la grandeza que desprende Inside desde el punteo inicial. La atmósfera que se crea al comienzo del tema, con el punteo de Marcus reforzado con la aportación de un Yago que a las teclas no toca una sola nota fuera de lugar, haciendo magia con cada compás que acomete, es sobrecogedora. Pero es en el momento en que llega el cambio de ritmo y todo estalla, cuando te das cuenta de lo bien que les sienta a los Luback ese in crescendo del que presumen otras como Lucky Man, dedicada a los seres más queridos que en ocasiones tienen la respuesta que oculta el viento. Comienza y concluye de idéntica manera, como una novela con sueños de eternidad, y el resultado es magistral. Como maravillosa también es la versión que hacen del Fisherman’s Blues de los Waterboys, otra que hacía un tiempo que no tocaban y está más que preparada para mirarle de igual a igual a la original, algo en absoluto sencillo. La labor de Manu al violín es, nuevamente, impecable.

El último alto en el camino lo merece una voz con mayúsculas como la es la de Carmen Villaescusa. Con un aura hippy y una voz amiga del derramamiento de lágrima, cada vez que cantaba, el espíritu de Janis Joplin se unía a la fiesta. Solo cantó los dos últimos temas (We Learn es una joya por pulir de las que explotan en huracán de rock y blues más que interesante), pero alguien así es una bendición en cualquier banda.

Es un placerazo disfrutar de conciertos donde los talentos individuales se ponen al servicio de la canción para sumar. La noche de ayer nos ofreció, una vez más, una sólida demostración de un grupo que bebe de muchas fuentes (Petty, Waterboys, Pink Floyd, Who, Pearl Jam…), y que las aprovecha para imprimirles un estilo muy personal con una calidad que aumenta concierto a concierto. Noche fría en Cercedilla…

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