The Hunter
El año 1970 las cosas estaban así: Hacía dos años que la espantada de Chris Hillman había dejado a Roger McGuinn como único miembro original de The Byrds, un McGuinn que por entonces estaba concentrando sus esfuerzos en la puesta en marcha de una ópera rock de nombre Gene Tryp.
A los álbumes de la banda les costaba cada vez más encaramarse a los puestos altos de las listas, pero por fín, en los albores de la nueva década, la nave que ahora pilotaba en solitario contaba con una formación estable que completaban Clarence White a la guitarra, Gene Parsons en la batería, estos dos en el grupo desde 1968, y el recién incorporado bajista Skip Battin, todos ellos multiinstrumentistas con la capacidad de componer y cantar.
Producido de nuevo por su viejo compinche Terry Melcher, el título que se barajaba era el profético Phoenix, pero al parecer a la hora de rellenar las hojas de las sesiones de grabación en el apartado del nombre en lugar de indicar que estaba por decidir este escribió ese (Untitled) y en Columbia pensaron que era el escogido y así se llevó a imprenta.
Originalmente doble LP, el primer disco esconde una grabación en directo que se abre con un tema inédito, "Lover of the Bayou" en el que The Byrds suenan más crudos que nunca, con un sonido propio de la década. Una nueva e increíble versión de Dylan, en este caso "Positively 4th Street" y la instrumental "Nashville West" dan paso a un set de "viejos" clásicos que se cierra con un "Eight Miles High" transformado en una polémica jam de 16 minutos que, guste o no, al menos reflejaba que McGuinn y los suyos no se iban a acomodar.
Pero si (Untitled) merece ocupar un lugar más alto en la historia es por su disco en estudio, de sonido limpio y atemporal merced a la "invisible" producción de Melcher. "Chestnut Mare" nos trae a los Byrds de siempre con su impoluta melodía y sus repiqueantes guitarras insuflando vida a la historia de una yegua indomable. Clarence White pone voz a "Truck Stop Girl", conmovedora composición de Lowell George sobre un camionero que sufre un accidente tras ser abandonado por su chica. "All the Things" destaca por sus delicadas armonías acústicas en las que participa un momentáneamente retornado Gram Parsons y "Yesterday´s Train", cantado esta vez por el batería Gene Parsons es un bellísimo tema country que cuenta con el mágico pedal-steel de Sneaky Pete Kleinow. Un crudo riff abre el himno ecologista "Hungry Planet" del que al instante se adueña una virtuosa guitarra acústica. "Just a Season" es la gema perdida de The Byrds, un tesoro oculto, pura ensoñación con una melodía y una Rickenbacker capaces de arrancar alguna que otra lágrima. Una nueva versión, esta vez del "Take a Whiff on Me" de Leadbelly nos conduce al final donde nos esperan la rootsy "You All Look Alike" y un nuevo tema compuesto por el prolífico Skip Battin, "Well Come Back Home" que transmite toda la rabia y tristeza que le produjo la muerte en Vietnam de un antiguo compañero de instituto.
(Untitled) supondría un último éxito comercial para la banda californiana pero más allá de eso es un álbum al que se debería mirar más, de propiedades curativas, al que yo al menos sigo acudiendo una y otra vez.
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