As bestas, Rodrigo Sorogoyen y Antonio del Amo: Crítica de la película

 

por Fabián Castillo Molina 

Viendo As bestas el pasado día 6 de enero, recordé momentos y secuencias de Los santos inocentes (1984), de Mario Camus y Furtivos (1975),  de José Luis Borau,  pero en la secuencia de la pelea a muerte en plena naturaleza, monte cerrado, entre hombres, me trajo a la memoria otra lucha memorable en el cine, la que llevan a cabo dos hombres, carboneros y por tanto también leñadores, con hacha en mano en Sierra maldita, un film español de temática rural, que allá por el año 1954 dirigió Antonio del Amo, que logró ser declarada mejor película en el festival de cine de San Sebastián, en el segundo año que se celebraba este certamen. Antonio del Amo fue cineasta más conocido por sus éxitos con el lanzamiento de Joselito en El pequeño ruiseñor y con El pescador de coplas que lanzó también a Antonio Molina. Este director y profesor en la Escuela de Cine, además de escritor, realizó 35 largometrajes de muy variado estilo y fuerza incluso dos western memorables, pero ahora de difícil localización. Para quien desconozca este detalle, Antonio del Amo era abuelo de Rodrigo, pero Sorogoyen apenas llegó a conocer a su abuelo, puesto que murió siendo muy niño el cineasta que ahora nos ocupa, pero sin duda la genética en varias ocasiones transmite de forma natural conocimientos y sensibilidades difíciles de explicar.

Fotograma de Sierra Maldita.

As bestas viene a reafirmar una vez más el alto grado de sensibilidad y fuerza creadora de un hombre que rodeado de colaboraciones de indiscutible fuerza, como la  de la guionista o coguionista Isabel Peña, el director de fotografía Álex de Pablo, músicos como Olivier Arson, actrices como Marina Foïs, actores en especial como Luis Zahera y Denis Ménochet, apoyados por personajes anónimos no profesionales y en este caso también animales como el perro pastor alemán, caballos, vacas, cabras y ovejas logran obras sólidas preciosas muy cercanas a  las llamadas obras maestras que una vez vistas no se olvidan y que deseamos volver a ver. 

 

Además en distintos formatos, ahí tenemos cómo consiguió el Goya al mejor cortometraje por Madre (2017), que un año después se convirtió en largometraje con el mismo título; pero también reconocimientos merecidos, éxitos y premios en Que Dios nos perdone (2016), El reino (2017) , o en su debut con el largo Stockholm (2013). Y para cubrir los tres formatos más conocidos es destacable señalar la serie estrenada en 2019, Antidisturbios, un ejemplo de cine de acción y denuncia que logró ser reconocida como la mejor de este año de pandemia y que para quien no la haya visto todavía recomiendo la ponga entre las prioritarias.

Rodrigo Sorogoyen demuestra aquí una vez más con As bestas su capacidad de conexión con el espectador, transmitiendo sentimientos íntimos de empatía y antipatía a través de los personajes y actores y actrices magistrales que los representan, logrando, así, que uno sienta la sensación de que está allí delante, en primer plano, presenciando esas escenas únicas, en las que ambas partes exponen su razón con la palabra y también la sinrazón, y llegando a un clímax máximo, pero, al tiempo, denunciando comportamientos que deben corregirse si no queremos ser verdaderas bestias salvajes. Como añadido, conocemos rincones de naturaleza virgen que nunca habíamos visto, acompañados en momentos por una banda sonora también digna de conocer.

Durante muchos años, una fotografía de Cristina García Rodero titulada La rapa as bestas, estuvo decorando y presidiendo hasta cierto punto una pared de mi casa y cuando supe el año pasado que Sorogoyen estaba rodando una película con ese título más corto, me pareció que merecería la pena verla en cuanto la estrenaran.

Obras tan conseguidas hay que tratar de conocerlas en cuanto sea posible. Os animo a hacerlo y de paso a repasar la obra de este cineasta al que sin duda le queda mucho arte por darnos a conocer y disfrutar.