¿Y qué entregan? La revisión con tintes multiétnicos de sus canciones recientes (especialmente de su último Neurasia), una vuelta de tuerca con toques funk, latin y arreglos de viento que te harán odiar aún más a esta gente si no eran de tu agrado, pero que te engancharán a su saber arriesgar si eras de su cuerda. A mí me ha encantado la valentía de grabar este episodio sonoro y sacarlo a pecho descubierto. En especial, destaca la musicalidad de Mart, la mezcla bien hecha de tantos músicos (siempre llena de aire, nunca farragosa) y el trabajo rítmico, tanto la percusión como el bajo.
Quizá el comienzo con En tus ojos resulte de por sí apabullante, como un disparo a la nada, a ver qué pasa, pero salen victoriosos para enganchar con una de las mejores. El ritmo de El color de mi voz brutal, la caña gruesa “sube el volumen, pierde el control, rompe las cuerdas, dame el poder” con un trabajo top de percusión y esos arreglos de viento acertadísimos. Contigo comienza con una percusión selvática para navegar entre el tango, el jazz-rock y la desesperación sónica, con un excelente solo de guitarra. La revisión de El último pétalo (una de mis favoritas de Buenos días voluntad) sorprende: ese saxo, qué cálido. De igual modo, Encender otro ángel da una vuelta a la canción, la transforma, aunque, en este caso, prefiero sin duda la original. Una canción de melodía tan evocadora como En silencio (gran letra) se viste con una guitarra y un piano nuevos y da gusto escucharla, ese colchón de vientos la engrandece. No somos 100 sigue sonando brutal (en el buen sentido) con una zona central jam-big-band que te levanta el culo del asiento. Flipa un poquito con el reggae de Un esfuerzo más (de aquel Inventarse el mundo), qué lavado de cara, extrayendo el espíritu rítmico y vaciando el alma de la canción en esta nueva etapa. La revisión de Magnético no sorprende tanto, igual por su proximidad, pero el cierre con la magistral Ser mejor (“que los años te hagan ser tu voz”) redondea un álbum muy recomendable, sobre todo para fans y seguidores, pero, sin duda, una buena cata para quien no conozca a estos cordobeses.
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