por Möbius el Crononauta
del blog La cinta de Moebius
Creo que no me equivoco diciendo que Woody Allen no quedó muy entusiasmado con Manhattan, la película de la que hoy os hablamos (dicen que hasta le ofreció a la United Artists rodar otro film completamente gratis si guardaban ésta bajo llave), pero como suele suceder en estos casos, al público no sólo le encantó sino que se convirtió en su película más taquillera (no sé si ha logrado superarse, pero seguro que sigue siendo uno de sus mayores éxitos).
Lo cierto es que Manhattan no es Annie Hall, pero diga lo que diga el bueno de Woody, se le nota que forma parte de una década mágica donde el director y guionista parecía infalible. Sí, al igual que Allen prefiero otros films suyos de la época, pero es indudable que Manhattan tiene buenos momentos, sobre todo gracias a esos diálogos ingeniosos marca de la casa. El film es entretenido, y la trama es la típica historia urbanita de Allen con parejas que se hacen y se deshacen y unos se lían con otros, unos vienen, otros se van, y, en fin, como decía Julito Iglesias, la vida sigue igual.
Los personajes son los típicos de Allen: gente de treinta y tantos o de mediana edad de clase media-alta, cultos e incluso algo snobs, que van a ver exposiciones y tan pronto hablan sobre Jung como sobre arte moderno. La novedad en este caso era el personaje de Tracy, una chica de 17 años que combina el instituto y los exámenes con una relación con el personaje de Woody. Lo cierto es que Tracy no era solo ficción, y el personaje estaba inspirado en una chica con la que el director estaba saliendo por entonces. Sí, en fin, aficiones del amigo Woody. ¿Quiénes somos para juzgar? Para eso ya está Mia Farrow.
Como iba diciendo, no, Manhattan no es la repera, pero sólo con ese comienzo en blanco y negro de imágenes diarias de Nueva York, vistas de los imponentes rascacielos de Manhattan, y todo a ritmo de Gershwin. Ese comienzo con "Rhapsody in Blue", y la voz en off de Allen, es sencillamente... de las mejores secuencias de Allen. De hecho Manhattan tiene algunos de los mejores encuandres e imágenes de Nueva York que se hayan podido en las películas del director. Visualmente seguramente sea este film la mayor declaración del Woody por su ciudad. De hecho cualquiera que adore la ciudad seguro que disfruta con la película.
Además de las bonitas postales de la ciudad y el entretenido guion Manhattan cuenta con unas cuantas buenas interpretaciones enmarcadas, como en casi todos sus films, por el estilo de Allen como guionista. Qué decir por ejemplo de Diane Keaton, la mejor partenaire que haya podido tener Woody. El propio Allen está como siempre, envuelto en su eterno personaje de judío neurótico (aunque en esta película quizás lo esté menos que nunca). Una modosa Mariel Hemingway de 18 años está correcta en su papel de Tracy, aunque su interpretación tampoco parece que vaya a pasar a la historia, mientras que pese a la brevedad de sus apariciones una joven Meryl Streep está magnífica haciendo de sophisticated bitch; su papel ya parece anticipar a la bruja mala de Kramer contra Kramer.
Manhattan, una película que satisfará a los incondicionales de Woody Allen, y que seguramente aburrirá a sus detractores. ¡Y qué grandiosa es Nueva York!
Por cierto, ¿soy yo, o ninguna de las actrices en esta peli lleva sujetador? Sí, qué queréis, la he visto en pantalla grande...
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