ZEPPELIN ROCK: MELIAH RAGE - Kill To Survive (1988): Crítica review

viernes, 15 de febrero de 2019

MELIAH RAGE - Kill To Survive (1988): Crítica review


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)



El disco protagonista de mi entrada es el que os muestro en la cabecera de la entrada, con esa pegatina de Precio redondo CBS en la portada –ojo, también en casette– que ya sabéis que, aún siendo antiestética, a veces era más indicado dejar ahí que intentar sacarla, por el peligro que eso conllevaba para la capa brillante de la carátula. Seguro que todos tenemos alguna mala experiencia en ese sentido ¿no? Recordad que WEA tenía otra de esos adhesivos para sus promociones, otro círculo con un símbolo de admiración blanco sobre fondo amarillo.


Total, que –recuerdos aparte– hoy os quiero hablar del debut de los norteamericanos Meliah Rage y este más que aceptable exponente de thrash ochentero titulado Kill to survive del que os traigo la reedición española de 1992, algo que sabemos tanto por la mencionada pegatina de los coj... de las narices, como por la franja negra añadida a lo bestia en la contraportada con los datos de la distribuidora, y la desafortunada reimpresión que hace del todo imposible leer absolutamente ni uno sólo de los créditos. Y aún gracias a que, al menos, se ha conservado el diseño original y no hemos sufrido –como por ejemplo en el British Steel de los Priest o el Lovedrive de Scorpions– que se dejase la contraportada en una, supongo que más barata, irrespetuosa versión en blanco y negro. Pero disculpadme, que me estoy yendo por las ramas. 


Los Meliah Rage son una banda de thrashers de Boston –el hogar de Aerosmith o Extreme, por citar dos grupos conocidos– que se formaron en 1987 y un año después lograron un contrato con Epic records. En teoría y según cuentan todas las crónicas a las que he tenido acceso, el nombre lo sacaron de una tribu india –los meliah– que tenían por costumbre drogarse con opio antes de iniciar sus batallas. Sin embargo, por mucho que he buscado en varios registros de las tribus indias norteamericanas, no he sido capaz de encontrar referencia alguna a esos tales meliah. Sea como sea, la idea no está mal y al menos les sirvió a John Niccolls –diseñador– y Jim Meehan para crear una estupenda portada. Grabado en los Normandy sound studios bajo el mando de la propia banda a la producción con la ayuda de Tom Soares y Tony Mousalli, el line up formado por Mike Munro a las voces, Jim Koury y Anthony Nichols a las guitarras, Jesse Johnson al bajo y Stuart Dowie a la batería dio forma a un álbum de poco más de media hora que tenía el siguiente track list

A 
Beginning of the end 
Bates motel 
Meliah rage 
Deadly existence 

B 
Enter the darkness 
Impaling doom 
The pack 


¿Y qué puedo contaros de este álbum?, pues que el riff inicial de Beginning of the end me evoca al comienzo de Two minutes to midnight de los Maiden. Sin embargo, pese al aroma a NWOBHM que desprenden estos chicos, ahí finalizan las similitudes. Claro que, cuando comienza Bates motel, parece que estemos escuchando Damage inc. El tema título es una estupenda instrumental que me recuerda a Megadeth a ratos, aunque después tampoco es tan obvio el parecido. A partir de ahí y en general, el resto de temas son thrash ochentero puro a lo Megadeth, Metal Church o Metallica... e incluso Mercyful Fate, como en el caso de Impaling doom (¿os habéis fijado que todas las bandas mencionadas comienzan por M?). Es decir amigos, que los Rage eran definitivamente unos thrashers que recogían influencias de aquí y de allá, llegaron tarde al reparto de fama y nunca fueron tan conocidos como la primera hornada de bandas norteamericanas del género –al menos por estos pagos–, pese a ser unos músicos notables que fagocitaron de todo lo que se cocía en los ochenta aunque sin encontrar un espacio y estilo personal que los diferenciase del resto. Por eso –en mi opinión– facturaron un par de álbumes de gran calidad a finales de la década de los ochenta que, sin embargo, no aportaron nada nuevo al panorama metalero y tras los cuales siguieron una carrera errática que, si bien no les hizo desaparecer –de hecho, el año pasado sacaron nuevo álbum que debieron comprar familiares y vecinos-, les apartó, al menos en Europa, de los primeros puestos de la liga del METAL. 

De todas formas, los encontré lo suficientemente interesantes como para hacerme también con su segundo Solitary solitude. Así que no puedo hacer otra cosa que recomendaros la escucha de esta, su opera prima. No os arrepentiréis.

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla


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