by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
Nada más ponerme Cashback (la peli de Sean Ellis, 2006) en sus primeros minutos ya me ha enganchado. La cinta –basada en un cortometraje del mismo realizador- cuenta la historia del joven Ben, un estudiante de Bellas Artes que tiene insomnio desde que su novia Suzy le dejó. Para matar las horas muertas se emplea en el turno de noche de un supermercado y allí comienza una relación con personajes de lo más variado.
Cada uno de ellos ha desarrollado el arte de conseguir abstraerse hasta que esas pesadas ocho horas nocturnas pasen. Ben aprende de ellos y lo que hace para volver más llevadero su turno es imaginar que puede parar el tiempo, una excusa para admirar la belleza del mundo que le rodea –sobre todo a las mujeres que entran a comprar- y en especial la de la cajera del supermercado, Sharon. ¿Qué, piltrafillas? ¿A que no parece una película de las que me puedan gustar?
Pues os equivocáis. Estáis leyendo a alguien que echó la lagrimilla con Little Miss Sunshine, un friki al que atraen infumables y casposas cintas de softporn o desagradables largometrajes de gore a la vez que films de suspense o acción, comedias inteligentes y obras como Cashback, una película de ¿amor?. No tiene nada que ver el que yo quisiera estudiar Bellas Artes en mi juventud, ni que los desengaños amorosos estuviesen en aquella época de universitario a la orden del día y tampoco tiene nada que ver que aparezcan algunos cuerpos femeninos desnudos a lo largo de la cinta. Lo cierto es que –aunque todo ello me ha ayudado a entrar en el argumento- Cashback tiene un guion brillante y está cargada de humor. Además, Sean Ellis, también es fotógrafo –algo que se nota en el planteamiento y enfoque de cada escena- por lo que la estética es de las que atrapa. Y la música es genial. Hacedme caso aunque solo sea por una vez, amiguitos; tenéis que disfrutarla.
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