por Marco Antón (@Antoncastle66)
Tobias Sammet es uno de los genios incomprendidos dentro de la escena del Heavy Metal actual, nos entregó sus primeras obras maestras con los guerreros de Edguy. Más tarde formaría Avantasia. La estrella de la nave espacial de la Opera Rock pilotada por el cantante, compositor y productor de Edguy, el cual comenzó como un sueño paralelo de Tobias el cual siempre quiso escribir una ópera de Heavy Metal con múltiples cantantes. Su sueño se hizo realidad con el lanzamiento de “The Metal Opera” en el 2001, seguido por “The Metal Opera, parte 2” un año después. Desde entonces Avantasia ha contado con dos historias más en cinco álbumes en total completos con vocalistas y músicos de la escena clásica y moderna del Heavy Metal. Los colaboradores habituales son Ronnie Atkins (Pretty Maids), Michael Kiske (helloween), Jorn Lande (ex Masterplan) y Bob Catley (Magnum). Mientras que algunos de los colaborados en las vocales más notables que aparecieron en los discos a lo largo de los años han sido Geoff Tate (Queensryche), Eric Martin (Mr. Big), Joe Lynn Turner (ex Rainbow), Tim “Ripper” Owens (ex Judas Priest), Klaus Meine (Scorpions) y Alice Cooper.
“Moonglow” es la fase cuatro en la serie Avantasia y todos los caminos indican que éste álbum es un cambio en la dirección musical del proyecto, sin abandonar las raíces del Heavy Metal que lo ha hecho tan exitoso. A diferencia de los discos anteriores la banda se ha centrado en contar una historia completa a lo largo del disco. Moonglow parece ser un álbum de ambiente temático al estilo Steve Wilson o del grupo Ayreon. Ninguno de los cantantes interpreta a los personajes y no hay una historia general con un principio, desarrollo y final. En cambio hay un personaje central y cada canción es una ventana a la navegación a través del universo Moonglow. Esto crea un ambiente de audición más relajado ya que las canciones tiene más espacio para respirar por si mismas y sostenerse de manera independiente.
Sammet ha compilado una alineación estelar de vocalistas con él mismo al frente, pero ésta vez hay un poco más de diversidad, ya que junto a los mencionados Tate, Askins, Martin, Kiske, Lande y Catley, los recién llegados son Hansi Kürsch (Blind Guardian), Mille Petrozza (Kreator), Candice Night (Blackmore´s Night). Ésta formación abarca un espectro musical mucho más amplio ya que puede incluir el folk medieval, el hard rock clásico, thrash metal. Esto ha ayudado a la mente maestra del grupo a explorar más dimensiones musicales dentro de las canciones dando pie a yuxtaposiciones entre los cantantes con diferentes estilos vocales. ¿Te imaginas?
“Ghost in the Moon” comienza con la voz suave de Sammet, sobre una ejecución de piano al estilo Meat Loaf enseguida entran las mejores armas del grupo en las guitarras y la sección de cuerdas entre la canción. La melodía apasionada, la invitación a unirse es irresistible. El resto de la pista pasa por varios cambios de humor a lo largo de su duración (poco más de 10 minutos), combinando power metal con teatro musical de manera asombrosa.
“Books of Shallows” presenta un tremendo arreglo de guitarras al combinar power metal con thrash metal, donde pensamos que iba a entrar Petrozza desde su inicio y vaya sorpresa que nos hemos llevado al estar a cargo de las vocales Atkins, Lande y Kürsch los cuales todos tienen un tono grave en sus voces que contrasta con la calidez vocal suave de Sammet, pero la sorpresa es que si aparece Petrozza al estilo de sus banda Kreator, con toda la potencia y destrucción de su voz. Impresionante canción.
La pista que da título al disco de la banda es encabezada por la bellísima Candice Night, la cual esperábamos la típica balada dentro de éste disco, pero es que así empieza la canción pero además se combina con la sutileza de Sammet cantando sobre las cuerdas, el bombo y el piano. Pero cuando la vocalista comienza sus partes toda la banda comienza con un ritmo constante con riffs melódicas para que la voz de ella se eleve. El coro de ésta canción es pura energía del Power Metal con notas vocales destinadas a permanecer en tu cabeza una vez que hayas escuchado apenas la tercera pieza. Vas a darle “play” una y otra vez. Garantizado.
“The Raven Child” es la pista más larga del álbum por lo que no es de extrañar que tenga los mayores cambios musicales. La primera parte presenta una fuerte influencia de notas celtas medievales. Guitarras acústicas, arpas, bodhran y cuerdas la componen en su sonido. Lande, Kürsch y Sammet nos entregan una impresionante primera parte. A mitad del segundo verso hay una transición a la banda completa con todos los instrumentos clásicos del Power Metal que llenan todo el espacio vacío, mientras que las voces aumentan de intensidad manteniendo un “in crescendo” en el coro. El resto de la canción tienen algunos momentos inspiradores incluido los solos de guitarras de Sascha que combinan notas de largas de vibrato con técnicas de trituración en los riffs. Excelente.
Las variedades de la banda se hacían presentes en el resto de las canciones por ejemplo en “Starlight”, era más típico de los discos anteriores de la banda con versos suaves y un gran coro. La dinámica sigue su curso con los siguientes dos temas a cargo de Geoff Tate y las cuales forman una suite de 10 minutos. “Invincible” es una estupenda canción de suave balada al piano, donde al vocalista se le da la oportunidad de mostrar la sutileza y el vibrato en todo su esplendor como en Queensrÿche. Impresiona el efecto vocal que utiliza un par de veces durante los coros, así como la claridad en las armonías vocales junto a Sammet y lo demuestran igual en “Alchemy” que es un abrazo total al metal sinfónico en todos sus detalles de principio a fin. Los coros son grandiosos permitiendo que la banda se entregue por completo con todos sus integrantes.
El último tercio del álbum es donde los patrones de la agrupación se vuelven a repetir permitiendo el nivel y la regularidad del disco, el cual no cae en la monotonía y mucho menos en el ser pretencioso. En “The pipper at the gates dawn” se presentan mucho más cantantes que otras piezas del disco, incluida la esperada llegada de los vocales Eric Martin y Bob Catley aquí es donde te ponen un reto como escucha del disco ya que no es fácil distinguir a cada vocalista que interviene en cada parte del disco. Afortunadamente Catley puede mostrar su voz en la siguiente canción “Lavender” en todo momento.
“Requiem For A Dream” tienen un comienzo vocal impresionante con una hermosa introducción coral donde interviene Kiske junto a Sammet, el cual queda como una pieza clásica de Power Metal con orquestaciones y arreglos de cuerda. Estupenda canción.
Como detalle tenemos el as bajo la manga de Sammet, un cover de la canción “Maniac” de Michael Senbello una pieza synthpop clásica de los ‘80s de la película “Flashdance”, pero revisado al estilo Avantasia donde la voz está a cargo de Eric Martin.
En conclusión, tenemos a una banda que busca superarse disco tras disco, tuvimos que esperar 3 años para escuchar una nueva entrega de la mente de Tobias Sammet para tener a la mano uno de los mejores discos del 2019 y eso que apenas estamos en febrero, grandiosa banda que acompaña a Sammet los cuales son Sascha Paeth en las guitarras y teclados, Michael Rodenberg en la orquestación y Felix Bohnke en la batería. Disco recomendado.
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