por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos
Mira que lo intento, de verdad, pero soy incapaz de cuadrar listas con números redondos (ya se verá también la semana que viene en la lista de mis favoritos del año), así que aquí traigo ante la mirada atenta de Jimmy Page once discos cuyas guitarras me gustan más de lo normal. Está mal que lo diga yo, pero vaya discarrales.
Alguna vez he comentado que es mi favorito de los australianos. No tiene hit internacional ni falta que le hace, porque lo que hacen Malcolm y Angus en canciones como Riff Raff, Down Payment Blues o Kicked In The Teeth son algunos de los momentos que explican de verdad por qué AC/DC son tan grandes.
No tenía pensado meter discos en directo, pero luego pensé como Doc en Regreso Al Futuro: ¡qué demonios!, y es que a Rory Gallagher se le disfruta más y mejor en directo. La prueba está en las canciones del Tattoo, que aquí sangran mucho mejor.
Uno de los tipos más revolucionarios y habilidosos que ha dado el rock and roll dejó en este debut insuperable algo más de media hora explosiva. Desde un You Really Got Me en clave heavy metal a un Eruption literal con un solo inigualable, pasando por un Atomic Punk que suena como una bomba, es un LP imprescindible.
Mi devoción por Alvin Lee comienza un día que vi un documental de Woodstock. Esa manera de deslizarse sobre la guitarra se me quedó marcada. Y en este disco, por momentos como los que nos regala en Good Morning Little Schoolgirl o I Woke Up This Morning, queda todo claro. Alvin comenta en el LP que este es el primer disco en el que el grupo estaba cómodo en el estudio. Y se nota. Vaya si se nota.
En lo que para mí constituye la cima de los discos en vivo, lo que hace Ritchie Blackmore en Highway Star o Space Truckin’ se debería enseñar en cualquier escuela de música donde haya una guitarra eléctrica. Leí hace tiempo que muchos de los minutos de este doble LP no habían sido superados. Sea como sea, estamos ante una de los tomos capitales de la enciclopedia del rock duro.
Algún día le dedicaré una entrada entera a este discarral de los Red Hot con un Frusciante que, por canciones como el Under The Bridge, Funky Monks o la homónima, es mi guitarrista favorito (recalco lo de favorito) junto a Marcus Wilson. Un disco mágico donde el grupo nos regala unas canciones a un nivel que, seguramente, constituya su cima musical.
La magia de Mark Knopfler llega a una de sus cimas en este directazo del Alchemy con sus Dire Straits. Desde ese punteo glorioso en Once Upon A Time On The West hasta el delirio en un Sultans Of Swing que consigue sonrojar a la versión en estudio, y eso ya es decir mucho, este álbum se trata de un regalo de los dioses, y uno de ellos está tocando en el LP.
Hablando de dioses, este disco es uno de los argumentos musicales más sólidos para confirmar con rotundidad su existencia. Los dos primeros discos de Hendrix son muy notables, pero si encima eso lo haces doble y metes delirios exquisitos a las seis cuerdas de la talla de Voodoo Child y versiones como el Come On o, por supuesto, All Along The Watchtower, pues estamos hablando de su disco definitivo.
Precisamente por esta obra colosal considero que no ha habido otros como Led Zeppelin en el mundo del rock and roll: los riffs salvajes, casi asesinos, de In My Time Of Dying y Kashmir, o esa progresión iluminada por el fuego del infierno del blues en In The Light son solo ejemplos de una de las cimas más elevadas, sino la que más, de un grupo esencial a la hora de hablar del rock.
Uno de mis cócteles favoritos, de los que hay que beber hasta la cirrosis, y que justifica cualquier hipérbole sostenida contra la figura de Keith Richards. Riffs que destilan puro rock and roll como el de Rocks Off o Happy, tonos más acústicos (esa influencia de Gram Parsons) en Sweet Virginia o Torn & Frayed… me gustan mucho los Stones, pero me encanta el Exile.
Todo lo bueno que puedas esperar de la unión de dos genios absolutos como Clapton y Duane Allman. Da igual que tus expectativas estén por las nubes, las notas de las guitarras de esas dos leyendas llegarán todavía más alto. Versiones brillantes como la de Little Wing o Have You Ever Loved A Woman, y originales como el Bell Bottom Blues o la grandiosa Layla hacen de este disco un paraíso de seis cuerdas.
Buena entrada! Si no lo conoces, te recomiendo encarecidamente el 'Argus' de Wishbone Ash. Pionero en el uso de guitarras gemelas, que más tarde fueron influencia de grandes como Thin Lizzy, Iron Maiden o Judas Priest. Este disco es mi favorito de toda la historia y las guirguita don para mi insuperables!
ResponderEliminarGracias por el comentario, en primer lugar. Pues de Wishbone Ash el Argus justo no le he escuchado, solamente Pilgrimage y alguna canción suelta, me escucharé más pronto que tarde el Argus. ¡Saludos!
EliminarGenial! El Argus es su obra definitiva. A parte, si puedes escucha su primer disco, llamado 'Wishbone Ash' (como ellos), que contiene, entre otros, el orgasmo guitarristico definitivo: Phoenix https://youtu.be/7WIwkijLCAo
Eliminarera obvio que Eddie Van Halen y su banda debían estar si hablamos de guitarra. Me sorprendi con los RHCP pero de manera grata, mas allá de sus guitarras ese disco es una obra maestra gigante. Y no exageramos ja.
ResponderEliminarLo que si me voy ofendido porque no está mi héroe favorito: Stevie Ray Vaughan. Saludos!
Ya lo digo en el artículo, Frusciante es mi guitarrista favorito, y qué decir del Blood Sugar... Stevie Ray Vaughan me gusta, claro, pero estos simplemente me tocan la patata más profundo. ¡Saludos!
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