Cantando bajo la lluvia.
por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC
Nos vamos introduciendo en la década de los 50, donde el western va adquiriendo una evidente preponderancia, facturando clásicos sin apenas esfuerzo. Los thrillers y el Cine Negro siguen en plena forma, así como los musicales y el neorrealismo nos van descubriendo algunos de sus clásicos eternos. Y no pasen por alto el cine de aventuras, que también en esta década deja clásicos imperecederos, en el mar y fuera de él. Es otro año mayúsculo. Inmersos de lleno en la época dorada del cine.
Candilejas.
Las mejores películas del año 1952
El mejor cine de este año
BEWARE, MY LOVELY, de Harry Horner.
Interesante y claustrofóbico thriller con una gran pareja protagonista. Ida Lupino y Robert Ryan. Un atractivo título poco conocido que resultará agradable a los más cinéfilos.
CANDILEJAS, de Charles Chaplin.
Amarga y profunda obra maestra del gran Chaplin, un descarnado, conmovedor y nostálgico canto al amor y su pérdida. Un film que tiene mucho de canto del cisne, que adquiere especial significación al ser su última obra americana.
CANTANDO BAJO LA LLUVIA, de Stanley Donen, Gene Kelly.
Obra maestra absoluta del musical. Para no pocos es el mejor de todos los tiempos. Las coreografías son grandiosas, su lado cómico excelso y su reflexión sobre un arte crepuscular y los nuevos tiempos (el paso del mudo al sonoro), magistral. Sencillamente imprescindible. Sigue tan vigente y fresca como el primer día.
CARA DE ÁNGEL, de Otto Preminger.
Mitchum y Simmons en una paradigmática obra de Cine Negro. Uno de los clásicos de Preminger con mujer fatal, trama retorcida, fatalidad, psicologías perturbadas y pasiones arrebatadas. Una joya, otra obra maestra del maestro.
CARRIE de William Wyler.
Drama de época, otra elegante y precisa adaptación de Wyler, maestro en estas lides. Laurence Olivier y Jennifer Jones ponen rostro a los protagonistas en este film sobre pasiones, intereses y clases. Notable.
CAUTIVOS DEL MAL, Vincente Minnelli.
Descomunal obra maestra de Minnelli con un esplendoroso Kirk Douglas como protagonista. Pocas veces se han retratado mejor los entresijos de Hollywood. La creación artística y unos personajes de un calado y profundidad fuera de rango rematan esta obra cumbre de la historia del cine.
CHICA PARA MATRIMONIO, de George Cukor.
Buena comedia dramática dirigida por Cukor. Una obra más que correcta que reflexiona con acierto sobre los conflictos de pareja.
CORREO DIPLOMÁTICO, de Henry Hathaway.
Entretenido thriller de Hathaway con Tyrone Power como protagonista. Una buena muestra de lo que hacía el director dentro del género. Satisface plenamente, sin necesidad de estar entre lo más brillante de su autor.
DOS CENTAVOS DE ESPERANZA, de Renato Castellani.
Enmarcada en el movimiento neorrealista, Castellani finaliza su trilogía de postguerra con esta estupenda comedia dramática ganadora de la Palma de oro. Muy buena.
EL BRUTO, de Luis Buñuel.
Otra obra de la etapa mexicana de Buñuel. Llena de costumbrismo y realismo, de dureza, se aprecian constantes del director, aunque lejos del surrealismo y morbo que le caracterizó.
EL CUARTO HOMBRE, de Phil Karlson.
Apreciable thriller de robos que satisfará a los amantes del género. Serie B de calidad que no desmerece.
EL CUERTO PODER, de Richard Brooks.
Magistral aproximación al mundo del periodismo, un subgénero con multitud de obras maestras, que este año tiene algunos notables ejemplos. “El cuarto poder” es una reivindicación del periodismo verdadero, un periodismo que parece casi muerto o agonizante, el periodismo imprescindible en una sana democracia, con una mirada esperanzada en su pervivencia. Si os gusta el Cine Negro, las tramas de periodismo y un Bogart haciendo de Bogart en plenitud, no lo penséis dos veces, disfrutaréis. Brooks era un grande.
EL HOMBRE TRANQUILO, de John Ford.
Legendaria obra maestra. Una de las películas más celebradas del mejor director de la historia, lo que ya imaginan qué significa. Y lo logra alejado del western, en una comedia dramática y rural donde Ford destila toda la esencia de su maestría. Wayne y O’Hara están inconmensurables y el director eleva a obra de arte cosas tan antagónicas como un beso y una pelea en el mismo film. Sencillamente imprescindible. De obligadísimo visionado.
EL MAYOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO, de Cecil B. DeMille.
Uno de los grandes clásicos ambientados en el mundo del circo realizado por el director que mejor manejó a las masas en el clásico. Ganadora del Oscar en su año, decisión más que cuestionable habida cuenta de la lista que tienen aquí entre manos, tuvo un gran éxito de taquilla. En cualquier caso, es un gran entretenimiento, una muy buena película con un estupendo reparto.
EL MUNDO EN SUS MANOS, de Raoul Walsh.
Con un estilo totalmente clásico repleto de recursos y virtuosismo en el encuadre, Walsh deja una extraordinaria cinta llena de vigor a la que sólo cabe oponer cierta superficialidad en el elemento amoroso, (sensación, quizá, aumentada por la actriz). Gregory Peck está sensacional, así como Anthony Quinn. Una auténtica joya del cine aventurero en el mar del maestro Walsh.
EL PLACER, de Max Ophüls.
La elegancia de Ophüls al servicio de los textos de Maupassant. Tres episodios siguiendo tres cuentos del autor. Exquisita, rica, depurada, visualmente extraordinaria y detallada. Una joya.
EL PRISIONERO DE ZENDA, de Richard Thorpe.
“El prisionero de Zenda”, versión de Richard Thorpe, es una estupenda película de aventuras, que copia casi literalmente a su predecesora de Cromwell (1937), lo cual hace que su nivel no pueda ser malo, aunque con una historia tan buena lo difícil es que lo fuera. Gran ritmo, suspense, acción… que aunque no aporte nada nuevo se ve con deleite, especialmente en sus mejores momentos.
EL TEMIBLE BURLÓN, de Robert Siodmak.
Uno de los más grandes clásicos del cine de aventuras. Siodmak, uno de los maestros del Noir, se zambulló en exóticas aventuras junto a un Burt Lancaster en estado de gracia atlético. No se la pierdan, obra maestra absoluta del género. Referente.
ENCUBRIDORA, de Fritz Lang.
Uno de los más conseguidos westerns del maestro. Un western donde la mujer tiene un papel poderoso y predominante, en el que Marlene Dietrich luce esplendorosa. Western atípico. Un clásico indudable.
ENCUENTRO EN LA NOCHE, de Fritz Lang.
Ahora un Lang en el Cine Negro, género que se amoldaba más a sus obsesiones, si bien destacó allí donde puso su talento. Las relaciones, las debilidades, el lado oscuro del alma… un cuadrado de personajes que se sienten atraídos por la fatalidad. Otro extraordinario film de Lang, que se lució por partida doble este año. Ejemplar.
EUROPA 51’, de Roberto Rossellini.
Rossellini, otro grandioso director de mujeres, ejecutando una nueva obra maestra junto a Ingrid Bergman. Neorrealismo y retrato psicológico de primer nivel. Excepcional.
HOGAR, DULCE HOGAR, de Norman Taurog.
Agradable y sentimental comedia que, ni de lejos, es de las más inspiradas de las protagonizadas por Cary Grant. No luce demasiado, pero siempre gusta ver al genio en pantalla.
HOMBRES ERRANTES, de Nicholas Ray.
Soberbio drama de Ray con dos protagonistas de altura. Robert Mitchum y Susan Hayward. Gran estudio de personajes, llenos de vocaciones, anhelos, vacíos y pérdidas.
HORIZONTES LEJANOS, de Anthony Mann.
Obra maestra del western dirigida por uno de los mejores exponentes del género en su época de esplendor. Las peripecias de los pioneros narradas con vigor, pulso narrativo y brillantez. Y ayudado por un reparto excepcional encabezado por James Stewart.
HUNTED, de Charles Crichton.
Excelente drama con toques de thriller con un niño y un asesino como protagonistas. Cinta humanista y francamente interesante que, aunque desconocida, merece la pena.
IVANHOE, de Richard Thorpe.
La novela más famosa de Sir Walter Scott es adaptada por Richard Thorpe con gran espectacularidad contando además con un gran reparto entre los que destacan Robert Taylor, Joan Fontaine, Elizabeth Taylor o George Sanders. Una historia épica de aventuras, con todo lo que se puede esperar de un espectáculo de este tipo aunque de irregular resultado.
JUEGOS PROHIBIDOS, de René Clément.
Un duro y a la vez emotivo retrato de éxodo, refugiados e infancia durante la 2ª Guerra Mundial. Una magnífica y dura película, poderosa y sentida, del excelente cineasta francés. Más que recomendable.
LA BARRERA DEL SONIDO, de David Lean.
Lean retratando la ambición, la competencia y el progreso en este estupendo drama sobre los intentos de los ingenieros y pilotos británicos por superar la barrera del sonido. Muy valorada en su época.
LA IMPETUOSA, de George Cukor.
Estupenda comedia romántica de Cukor con una de las parejas legendarias e imprescindibles del celuloide. Tracy-Hepburn. Una deportista de élite y un representante en plena guerra de sexos. La química es indudable.
LAS NIEVES DEL KILIMANJARO, de Henry King.
Adaptación de King a Hathaway que dio como resultado un intenso drama romántico de mucho éxito. Con África y la Guerra Civil española de fondo, Gregory Peck y Ava Gardner dan rienda suelta al amor.
LA VOZ DE LA PRIMERA PLANA, de Samuel Fuller.
Otra gran película sobre periodismo para este año. Aquí Fuller retrata el surgimiento del periodismo independiente, alejado de las influencias de poder. Una lucha que sirve también para describir las bases de la nación americana.
LOS OJOS DEJAN HUELLA, de José Luis Sáenz de Heredia.
Estupenda muestra de Cine Negro patrio, dirigida por Sáenz de Heredia. Uno de los títulos más notables del género en nuestro país. Satisfactoria.
MADRE, de Mikio Naruse.
Otro retrato íntimo y minimalista de la familia por Naruse. Otra excepcional joya llena de sutileza, poesía, elegancia y belleza. Tan sencilla como honda. Una pequeña obra de arte.
MANDY, de Alexander Mackendrick.
Excelente film sobre la discapacidad, en este caso auditiva, por parte del siempre interesante Mackendrick. Grandes interpretaciones y mucho tacto en el retrato de la vida de una niña sordomuda sometida a un tratamiento que la ayudará a hablar. Gran uso del sonido.
ME SIENTO REJUVENECER, de Howard Hawks.
Joya de la comedia con la infalible alianza de Howard Hawks y Cary Grant. Oba maestra de la locura, el desfase y el desenfreno, sublime en todas y cada una de las facetas humorísticas, ya sea el gag físico, la ironía, los diálogos o las elipsis. Imposible no pasarlo realmente bien con ella. Poneos al tema ya.
MIEDO SÚBITO, de David Miller.
Una grandísima Joan Crawford, como de costumbre, en un thriller con toques Noir, de drama psicológico y atmósfera inquietante, asfixiante y tensa. Una excelente obra de género que va creciendo con el paso de los minutos. Desconocida y recomendadísima.
MI PRIMA RAQUEL, de Henry Koster.
Intriga de época, que hace poco tuvo un remake. Adaptación de la novela de Daphne Du Maurier, que también escribió Rebeca. Una buena película de intriga gótica y también romántica, inferior a otras que podrían referenciarse en su estilo, pero muy interesante.
MOULIN ROUGE, de John Huston.
Huston sigue las andanzas del pintor expresionista Toulouse-Lautrec, con el colorido característico del estilo que representa, para mostrar los bajos fondos, el mundo bohemio y la lúdica vida parisina de la época, que es por donde gustaba de moverse al célebre artista. Nada que ver con el exitoso musical de Baz Luhrmann. Es una excelente película.
NIEBLA EN EL ALMA, de Roy Ward Baker.
Uno de los grandes anhelos de Marilyn Monroe fue que se la valorase como actriz, ser una gran actriz más allá de su catalogación como icono cinematográfico, seguramente el mayor icono de la industria. Si bien en este caso la cinta es mediocre, al final consiguió su objetivo de que se la valorara como actriz, al menos entre muchos cinéfilos. Este fue uno de esos intentos, un papel dramático en el que indagar en otros registros. De hecho, lo único verdaderamente apreciable de este film son las interpretaciones, la del mito y la del gran Richard Widmark.
OPERACIÓN CICERÓN, de Joseph L. Mankiewicz.
Magistral guión el de Mankiewicz, entre la intriga y la sutil comedia, repleto de giros e imprevisibilidad, como le gustaba al magnífico autor, uno de los más grandes. Imponente James Mason en el papel protagonista. Sensacional película.
OTELO, de Orson Welles.
Brillantísima adaptación shakespeariana a cargo de uno de sus más geniales divulgadores. Estéticamente soberbia, interpretaciones deslumbrantes y el texto de Shakespeare luciendo por todo lo alto. Fue un milagro que se estrenara. Excepcional.
PARÍS, BAJOS FONDOS, de Jacques Becker.
Uno de los grandes clásicos del cine francés. Un drama romántico de sentimientos exacerbados perfectamente medidos por Becker, maestro en estas lides. Los bajos fondos, el hampa, el amor, el retrato social… todo está integrado a la perfección. Obra maestra.
PASIÓN BAJO LA NIEBLA, de King Vidor.
El director más tórrido del clásico gozándolo de nuevo. Una trama de amores despechados y apasionados. De nuevo Jennifer Jones, ahora con Charlton Heston (casi debutante), dando rienda suelta al frenesí, la lujuria y los arrebatos.
RÍO DE SANGRE, de Howard Hawks.
Maravilloso western de pioneros del maestro Hawks. Espíritu aventurero y una relación paterno-filial para desgranar muchas de las constantes de este genio absoluto. Uno de los cinco grandes de todos los tiempos. Gran Kirk Douglas.
SCARAMOUCHE, de George Sidney.
Clásico absoluto del cine de aventuras, espadas, retorcidísimos secretos familiares, humor y romanticismo. No sólo fascina por su trepidante ritmo, magnífica dirección, escenas de acción y romanticismo, por sus situaciones límite e imaginación desbordante, sino porque además cuenta con un extraordinario elenco de personajes inolvidables y de actores excelentes. Obra maestra del género, con uno de los más brillantes duelos a espada jamás rodados.
SOLO ANTE EL PELIGRO, de Fred Zinnemann.
Western de referencia, varios hay este año, y despreciado por Hawks, que trae otra genialidad colocada un poco más arriba. El héroe interpretado magníficamente por Gary Cooper era la antítesis del héroe hawksiano, que jamás pediría ayuda para acometer el reto de la película. Por lo demás, un título iconográfico, esencial. Una obra de arte.
TESTIGO ACCIDENTAL, de Richard Fleischer.
Estupendo thriller este de Fleischer donde un agente debe proteger a la mujer de un gángster asesinado para que testifique contra un jefe mafioso en juicio. Corta, concisa y muy entretenida obra la de este competente director.
TRÁGICA INFORMACIÓN, de Phil Karlson.
Otra más de periodismo, subgénero en gracia en este 1952. Una buena reflexión sobre la labor de la prensa, desde sus lados oscuros y amarillistas a los más positivos y necesarios. Todo en una atractiva trama con grandes personajes y acertados diálogos.
TRES MUJERES, de Ingmar Bergman.
Tres mujeres de la mano de Bergman desgranando las obsesiones del director. Las relaciones, el amor y sus amarguras. Una buena película del maestro sueco.
UMBERTO D, de Vittorio De Sica.
Obra maestra absoluta del neorrealismo italiano. Sencilla, auténtica, genuina, conmovedora, entrañable. De Sica logra desde la extrema sencillez desnudar una cruda realidad con emoción, exponiendo una amalgama de sentimientos e ideas magistralmente. Para muchos es la mejor obra de un movimiento imprescindible en la historia del cine.
VIDA DE OHARU, MUJER GALANTE, de Kenji Mizoguchi.
Una mujer sometida a las tradiciones, reglas y dictados de la machista sociedad japonesa del siglo XVII. De nuevo Mizoguchi consiguiendo un magistral retrato de la lucha, resignación y estoicismo femenino. Uno de los directores que mejor comprendía a la mujer. Obra maestra.
¡VIVA ZAPATA!, de Elia Kazan.
Biopic sobre Emiliano Zapata (1879-1919), el célebre revolucionario mexicano que aquí está espléndidamente encarnado por Marlon Brando. Análisis perfecto de la figura de un héroe, su carisma, la leyenda y el contexto de la revolución. Otra obra ejemplar.
VIVIR, de Akira Kurosawa.
Obra maestra del Kurosawa más íntimo y existencialista. Aguda, profunda y conmovedora reflexión sobre la muerte y la vida, sobre cómo una impulsa a la otra. No es una película cualquiera, es reveladora. Todo en ella es magistral. Una de esas películas que alientan al cambio.
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