ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas de 1972 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 3 de febrero de 2019

Las mejores películas de 1972 - Lo mejor del cine de ese año

El padrino.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC




Los grandes maestros cogiendo impulso para entregar algunas de sus últimas obras maestras y situar a este año 72 mucho más arriba de lo esperado. Y nuevos nombres que empiezan a dar títulos indiscutibles y esenciales, a revitalizar los géneros y el cine en general, buscando aire nuevo. Habrá que esperar, pero quizá en este 1972, con el genial ocaso de Hitchcock, Mankiewicz y Wilder (a él le quedaban un par de jugadas maestras), como poco antes llegó el de Hawks, y la aparición de obras cumbre como El Padrino, tuviéramos la resurrección artística y el nacimiento del cine moderno.

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Las mejores películas de 1972
(lo mejor del cine de ese año)


AGUIRRE, LA CÓLERA DE DIOS, de Werner Herzog. 

La búsqueda de El Dorado con esa productiva alianza que fue la de Herzog y Kinski. Un trabajo atractivo y curioso, de los más afamados de esta pareja que se odiaba a muerte.




ANA Y LOS LOBOS, de Carlos Saura. 

Un Saura metafórico que quiere reflexionar desde un microcosmos sobre la sociedad española imperante.


BAJO LA BANDERA DEL SOL NACIENTE, de Kenji Fukasaku. 

Excelente película, poco conocida, que mezcla con gran talento la intriga, el thriller, el drama y el ambiente bélico dentro de la 2ª Guerra Mundial. Un trabajo muy destacable.


CABARET, de Bob Fosse. 

Un gran musical, infinitas veces representado y que barrió en su día. Uno de los grandes musicales de los 70 que llevó a la cima a Liza Minnelli. Una historia sensacional con el nazismo como telón de fondo. Unos números musicales y una banda sonora espléndidos para rematar uno de los mejores musicales modernos.




CRÓNICA NEGRA, de Jean-Pierre Melville. 

No es de lo más sobresaliente de Melville, pero es que el director francés sobrevolaba a alturas desmesuradas rutinariamente. Fue su último trabajo, que estuvo protagonizado por Alain Delon, y el resultado es magnífico, por otro lado.


CUERNO DE CABRA, de Metodi Andonov. 

Drama rural ambientado en la Edad Media, tremebundo y sin concesiones en una trama de venganza. Una buena película búlgara.


DEFENSA, de John Boorman. 

Uno de los grandes trabajos de Boorman y uno de los mejores trabajos de Burt Reynolds. Inquietante y perturbadora reflexión sobre la naturaleza salvaje… y la humana.


EL AMOR DESPUÉS DEL MEDIODÍA, Eric Rohmer. 

Notable cuento moral de Rohmer. Relaciones de pareja, los fundamentos de dichas relaciones, del matrimonio y de la lealtad…




EL CANDIDATO, de Michael Ritchie. 

El idealismo y la decepción política setentera en este drama político protagonizado por Robert Redford. Un correcto film, aunque poco novedoso.


EL CASO MATTEI, de Francesco Rosi. 

Un docudrama sobre un extraño caso real oscuro y turbio que nunca quedó aclarado del todo, más allá de versiones oficiales: el de la muerte del industrial Enrico Mattei.


EL CASTILLO DE LA PUREZA, de Arturo Ripstein. 

Claustrofóbico drama psicológico sobre la lucha entre la falta libertad y la naturaleza, la imposibilidad de retener o impedirlas. La lucha entre esa libertad y la seguridad…


EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA, de Luis Buñuel. 

Una de las obsesiones de Buñuel, al que le dedica un título como es debido. La burguesía en un retrato surrealista y despiadado. Uno de sus trabajos más conocidos y celebrados.




EL EFECTO DE LOS RAYOS GAMMA SOBRE LAS MARGARITAS, de Paul Newman. 

La película más valorada de cuantas dirigió el gran Paul Newman. Intenso drama familiar protagonizando por su mujer.


EL FUROR DEL DRAGÓN, de Bruce Lee. 

Bruce Lee contra Chuck Norris. Los amantes de las artes marciales gozaron como enanos. Una cinta dirigida por el propio Bruce.




EL JUEZ DE LA HORCA, de John Huston. 

Además de estrenar película como director, Paul Newman interpretaba para Huston a este particular personaje en un Western irregular pero apreciable.


EL OTRO, de Robert Mulligan. 

Mulligan no sólo entregó piezas maestras sobre el lado más entrañable de la infancia, como en “Matar a un ruiseñor”, también mostró el lado más terrorífico con esta sorprendente cinta que adapta la novela de Tom Tryon. Muy interesante.


EL PADRINO, de Francis Ford Coppola. 

Uno de los mayores hitos de la historia del cine. Una de las más grandes obras de arte vistas en pantalla. Una de las mejores películas de todos los tiempos. Una de las mejores sagas jamás realizadas. Ante esto nos enfrentamos y… nos deleitamos. “El Padrino” es puro placer, caviar cinéfilo, una obra de excepcional complejidad y calidad, que coge lo mejor de varios géneros, el cine negro y de gangsters, el melodrama, la tragedia, las sagas familiares… en su maravilloso recorrido por un universo tan único como fascinante, por una saga familiar que se expande en el tiempo para rendir a los más escépticos espectadores de cualquier época.


EL REY DEL RODEO, de Sam Peckinpah. 

Peckinpah y los perdedores, el director en su género favorito junto a Steve McQueen. Gran y emotivo retrato de la vida rural norteamericana.


EL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS, de Bernardo Bertolucci. 

Polémica película de Bertolucci, que dio para muchos sueños húmedos, conversaciones y visionados clandestinos. Escenas perturbadoras como la de la mantequilla (que tiene su principal transgresión en lo que se dice más que en lo que se hace) y mucha exageración atormentada emocional, muy del método, para regocijo de Marlon Brando.




FAT CITY, CIUDAD DORADA, de John Huston. 

Otra de perdedores. Una pequeña joya de John Huston. Conmovedora y crepuscular.


FRENESÍ, de Alfred Hitchcock. 

La última obra maestra del genio. ¡Lo que hubiera dado Hitchcock en la actualidad! Un Hitchcock rejuvenecido, enérgico, salvaje, que sublima el suspense, que resulta refrescante a la par que demuestra la sabiduría atesorada a lo largo de una carrera magistral. Nodriza de tantas cintas de asesinos en serie.




GRITOS Y SUSURROS, de Ingmar Bergman. 

Profunda película de Bergman, una de sus obras maestras. Misteriosa en su minimalismo e introspección, en su estudio de personajes, relaciones, de la muerte y de la familia…




HERMANO SOL, HERMANA LUNA, de Franco Zeffirelli. 

No es ajeno Zeffirelli al cine religioso. Además de acercarse a la vida de Jesucristo (1977), aquí se sumergió en el retrato de San Francisco de Asís. Una película de gran éxito y de muy buena calidad.


IMÁGENES, de Robert Altman. 

Altman en un género que no fue muy habitual en su filmografía, el terror psicológico, aunque mezclado con drama y su particular estilo.


LA AVENTURA DEL POSEIDÓN, de Ronald Neame. 

Puro espectáculo. Una de catástrofes con el naufragio de un modernísimo y majestuoso barco, el Poseidón, con 1500 pasajeros. Fue un gran éxito.


LA CABINA, de Antonio Mercero. 

Un clásico de nuestro cine. Un título tremendamente inquietante y claustrofóbico dirigido por Antonio Mercero e interpretado por José Luis López Vázquez. ¡Y es un mediometraje de poco más de media hora!




LA HUELLA, de J. L Mankiewicz. 

Obra maestra de Mankiewicz. Intriga psicológica llena de ingenio e inteligencia, de macabro humor negro y reflexiones profundas sobre la lucha de clases y de poder, la erótica del sometimiento... Olivier y Caine están insuperables.




LA HUIDA, de Sam Peckinpah. 

Otra de Peckinpah y McQueen en el mismo año. Un exitazo tremendo. Un thriller violento que adapta la novela de Jim Thompson. Espléndida pareja protagonista, el citado McQueen y la bella Ali MacGraw.


LA NUEVA TIERRA, de Jan Troell. 

Secuela de “Los emigrantes” del año anterior, con la que forma un gran díptico sobre la emigración y lo que supone. Del mismo nivel que su predecesora, esta cinta sueca está ambientada en su totalidad en tierras americanas.


LA OFENSA, de Sidney Lumet. 

Thriller dramático de Lumet que reflexiona sobre los límites de la ley y su diferenciación de la justicia.




LA VENGANZA DE ULZANA, de Robert Aldrich. 

Gran Western de Aldrich, que desde luego se movía a la perfección en el género. Burt Lancaster vuelve a estar pletórico en un papel que clave. Western reflexivo y hondo.


LAS AMARGAS LÁGRIMAS DE PETRA VON KANT, de Rainer Werner Fassbinder. 

Melodrama de Fassbinder que se adentra en los tortuosos problemas de la sexualidad y las relaciones. Homosexualidad, lealtades, sexo, amor…




LAS AVENTURAS DE JEREMIAH JOHNSON, de Sydney Pollack. 

Gran cinta de aventuras, icono del género, donde Robert Redford definió junto a Pollack un personaje prototipo que lo acompañó a lo largo de su carrera. El solitario estoico y amante de la naturaleza.


LOS AMANECERES SON AQUÍ MÁS APACIBLES, de Stanislav Rostotsky. 

La 2ª Guerra Mundial en clave femenina en esta cinta rusa. Una buena película, aunque larguísima.


LOS CUENTOS DE CANTERBURY, de Pier Paolo Pasolini. 

Chaucer adaptado por Pasolini, donde el director lleva a su terreno los relatos del autor, sacando los aspectos más coincidentes a sus obsesiones.




LUIS II DE BAVIERA, EL REY LOCO, de Luchino Visconti. 

Un biográfico de época, lugares por los que Visconti se movía como por su propia casa. Un buen retrato escenificado con la habitual exuberancia y elegancia del director italiano.


MIMI, METALÚRGICO HERIDO EN US HONOR, de Lina Wertmüller. 

Inseguridades masculinas y enredos amorosos con trasfondo político. Aceptable comedia italiana.


NAVES MISTERIOSAS, de Douglas Trumbull. 

Cinta de culto de Ciencia Ficción, en la que los fans podrán ver incipientes detalles que influyeron en otras posteriores. Además es Ciencia Ficción ecologista.




NOSOTROS NO ENVEJECEREMOS JUNTOS, de Maurice Pialat. 

Cruel relato de la vida en pareja, el amor, el desamor, la desintegración del vínculo, el resignado conformismo…


NOTICIA DE UNA VIOLACION EN PRIMERA PÁGINA, de Marco Bellocchio. 

Ciertamente las hay mejores sobre el tema, pero no deja de ser un satisfactorio título sobre el periodismo en su versión más mezquina y negativa.


¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?, de Peter Bogdanovich. 

Bogdanovich rindiendo tributo a Hawks y “La Fiera de mi niña”. Una especie de remake no confesado pero evidente, que resulta tremendamente divertido.




¿QUÉ OCURRIÓ ENTRE MI PADRE Y TU MADRE?, de Billy Wilder. 

Adoro esta joya de Wilder. Una obra maestra de amores maduros, patrones reiterados e inevitables y mentiras románticas (las favoritas del director). Es pícara, traviesa y entrañable. Jack Lemmon y Juliet Mills hacen una pareja encantadora.


ROMA, de Federico Fellini. 

Un particular recorrido episódico por la ciudad eterna a cargo del maestro Fellini. Un fascinante título.




SEMBRANDO ILUSIONES, de Luigi Comencini. 

Gran reparto internacional el de esta comedia italiana con Alberto Sordi, Silvana Mangano, Bette Davis y Joseph Cotten.


SOLARIS, de Andrei Tarkovski. 

Una de las obras maestras de Tarkovski y de la Ciencia Ficción universal. Cine profundo, complejo, que nos lleva de lo inmenso a lo más íntimo y pequeño del recuerdo.




SUEÑOS DE SEDUCTOR, de Herbert Ross. 

Joya protagonizada por Woody Allen, que es tan suya que durante mucho tiempo pensé que la había dirigido. A esta película le debemos la confusión con el “Tócala otra vez, Sam”. Y es que ver a Bogart en plan neurótico no tiene precio.


TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER SOBRE EL SEXO Y NUNCA SE ATREVIÓ A PREGUNTAR, de Woody Allen. 

Y de Allen a Woody Allen. Esta sí la dirigió. Cinta de sketches con un tema esencial y vertebral. El Sexo. Hay episodios realmente hilarantes.




TODO VA BIEN, de Jean-Luc Godard, Jean-Pierre Gorin, Groupe Dziga Vertov. 

Otra experiencia experimental de Godard en la que tratar temas de todo tipo. Política, cine, relaciones, amor, conflictos sociales… Interesante para los cinéfilos, pero no es para todos.

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