ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas de 1953 - Lo mejor del cine de ese año

lunes, 16 de julio de 2018

Las mejores películas de 1953 - Lo mejor del cine de ese año

Bienvenido, míster Marshall

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



El Western demostrando su madurez y grandiosidad; el cine europeo, con nuevos nombres y movimientos, entregando joyas y haciéndose notar con fuerza. El musical y la ciencia ficción dejando algún clásico, y la comedia romántica y el Cine Negro navegando en la excelencia de varias obras maestras. De lleno en la época dorada del cine, amigos.


Cuentos de la luna pálida de agosto



Las mejores películas de 1953
(lo mejor del cine del año 1953)




ASTUCIA DE MUJER, de John Sturges

Sturges dirigiendo a Barbara Stanwyck en esta entretenida y aceptable cinta negra llena de suspense e intriga. Gran trabajo de la actriz.





BAHÍA NEGRA, de Anthony Mann

Una de las colaboraciones menos conocidas (y acertadas) del dúo formado por Anthony Mann y James Stewart… y aún así es una estupenda película. Enmarcada en el género aventurero, tiene buenas escenas de acción, dirigidas con la habitual solvencia de Mann.


¡BIENVENIDO MÍSTER MARSHALL!, de Luis García Berlanga

Clásico incontestable del cine español, dirigido por uno de los mejores directores que ha dado nuestro país. Por si fuera poco encontramos como autor del guión junto a Bardem y el propio Berlanga, nada más y nada menos que a don Miguel Mihura, uno de nuestros grandes genios.


CALLE RIVER, 99, de Phil Karlson

Un buen y poco conocido título Noir donde se vuelven a desgranar los peores aspectos del alma humana. Infidelidades, robos, celos, crímenes… Otro título de serie B en un género en estado de gracia, en una época en la que incluso desde la modestia se ejecutaba joya tras joya.


CARNE DE HORCA, de Ladislao Vajda

Una de aventuras a nuestro estilo. Cinta española sobre mitos y leyendas de bandoleros, los despiadados y alguno romántico.





COLORADO JIM, de Anthony Mann

Con un reparto inconmensurable, un James Stewart pletórico como siempre, un Robert Ryan que encarna, una vez más, a un perfecto villano, cínico y despreciable, y una deseable Janet Leigh, “Colorado Jim” es otra obra maestra de Anthony Mann, muy psicológica y detallista, donde cada risa, mirada, duda y reacción está perfectamente medida y tiene un sentido. Un soberbio western clásico, profundo y de ritmo ejemplar. Otra obligada recomendación.





CÓMO CASARSE CON UN MILLONARIO, de Jean Negulesco

Simpática y exitosa comedia sobre el amor y el lujo de evidente moralina. Un agradable entretenimiento que se ve con gusto.


CONDENADOS, de Manuel Mur Oti

Intenso drama rural con los celos como vehículo narrativo y dramático. Bien dirigida, potente en lo visual, es un buen retrato de época en la vida rural. Mur Oti, un cineasta poco conocido, tiene varias obras de interés en estos años.





CUENTOS DE LA LUNA PÁLIDA DE AGOSTO, de Kenji Mizoguchi

Obra maestra del cine oriental, una de sus grandes joyas. Imprescindible dentro de la esencial obra de Mizoguchi. Enmarcada en el género fantástico, está llena de lirismo, poesía y sensibilidad, contando una dura historia sin concesiones. Imprescindible.


CUENTOS DE TOKIO, de Yasujiro Ozu

Descomunal obra maestra de Ozu. Otro de los testamentos eternos del cine japonés, oriental y de todos los tiempos. La mejor película sobre la vejez, junto a “Dejad paso al mañana” de McCarey. Honda, profunda, sentida, con una sensibilidad exquisita… Indispensable. No falten a esta necesaria cita.




DE AQUÍ A LA ETERNIDAD, de Fred Zinnemann

Obra maestra de Zinnemann ganadora de 8 Oscars. Todo es perfecto. Los personajes y su desarrollo, sus conflictos, el contexto histórico perfectamente mostrado, la vida militar retratada con precisión extraordinaria, interpretaciones sublimes (todos nominados y Sinatra y Reed ganadores en sus roles secundarios). Una de las incontestables obras cinematográficas de todos los tiempos.


ÉL, de Luis Buñuel

Otro excelso retrato de celos, obsesiones y perturbaciones. Una obra cumbre de la filmografía de Buñuel. Extraordinaria obra maestra del turolense.





EL AUTOESTOPISTA, de Ida Lupino

Correcto thriller que ha sido bastante influyente, con buen pulso y muy masculino. Película de culto. Ida Lupino es uno de los personajes femeninos más interesantes del cine clásico hollywoodiense, quizá no es la más famosa de las actrices pero sí ha sido un referente, sin duda, ya que en su momento fue la única mujer directora en Hollywood. Tengo un cariño especial por Ida Lupino, quizá por las películas en las que participó o por ser una valiente y una pionera, o quizá simplemente por su extraordinario talento.





EL BÍGAMO, de Ida Lupino

De nuevo Ida Lupino, y con otra estupenda película. Un drama de personajes perfectamente tratados donde la actriz demuestra su sensibilidad para describir las emociones y sentimientos de sus protagonistas, sin juzgar, con talentosa sobriedad. La soledad, la necesidad de recibir afecto…


EL DÉSPOTA, de David Lean

Estupenda comedia de David Lean con un gigantesco Charles Laughton. La perfección técnica, la frialdad y control de Lean aliado a esa fuerza de la naturaleza desatada que es Laughton con un impagable personaje. El resultado es estupendo.


EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC, de Jean Negulesco

Antes de la de Cameron, después de otras… El hundimiento más famoso de la historia muy bien mostrado y tratado, meritorio en los efectos. Una cinta de aventuras y catástrofe, que nada tiene que ver con la protagonizada por DiCaprio, pero que merece la pena.


EL SALARIO DEL MIEDO, de H. G. Clouzot

¡Qué bueno era Clouzot! Tanto que Hitchcock le vigiló de cerca. El mundo de los transportistas para un thriller de suspense y aventuras trepidante, intenso… perfecto. Obra maestra que estira y mantiene una tensión casi insoportable durante su narración. Excelsa.





EL SOL SIEMPRE BRILLA EN KENTUCKY, de John Ford

Encantadora y comprometida película que estaba entre las favoritas del genio, por lo que necesariamente hay que tenerla muy en cuenta. Sutil, profunda e inteligente. Simpática y conciliadora. Magnífica.


ESTACIÓN TERMINI, de Vittorio De Sica

Las sutilezas del amor, el deber contra la pasión. Jennifer Jones junto a Montgomery Clift y Vittorio de Sica en un aceptable drama romántico.


FORT BRAVO, de John Sturges

En plena Guerra de Secesión (1861-1865), un western clásico lleno de acción, aventura, drama y romance, con presos confederados e indios amenazantes. Un magnífico ejemplo del género hegemónico en los 50, narrado con acierto por Sturges.


GARDENIA AZUL, de Fritz Lang

Una de esas mal llamadas películas menores. Lang con una intriga de Cine Negro interesante y entretenida. Lejos de sus obras maestras, pero sin duda disfrutable.





HISTORIA DE UN CONDENADO, de Raoul Walsh

Western clásico de Walsh, sin excesivas pretensiones, pero con esa narración ejemplar y vigorosa característica del director.


JULIO CÉSAR, de J. L. Mankiewicz

Mankiewicz adaptando a Shakespeare… ¡y de qué manera! El cineasta logra transmitir toda la fuerza del drama teatral en puro cine, con una fuerza visual y unas interpretaciones extraordinarias. Marlon Brando, James Mason, John Gielgud, Deborah Kerr, Greer Garson…


LA GUERRA DE LOS MUNDOS, de Byron Haskin

Una buena película de serie B y ciencia ficción, que no es, ni mucho menos, mejor que la de Spielberg ni la quintaesencia que muchos han querido ver, pero que sí resulta un digna adaptación de la obra de Wells. Ingenua e inocente, pero atractiva.





LA LUNA ES AZUL, de Otto Preminger

Preminger parece querer rememorar su aprendizaje con Lubitsch sumergiéndose de nuevo en la comedia. El resultado es discreto, pero en cualquier caso entretiene, divierte y no desagrada en absoluto.


LA PUERTA DEL INFIERNO, de Teinosuke Kinugasa

Potente película japonesa de samuráis que tuvo gran éxito y repercusión en occidente, donde obtuvo grandes premios (Oscar, Palma de Oro). Colorida e intensa, se vio como una especie de cruce entre el cine de Kurosawa y el de Mizoguchi, aunque lejos de ambos.





LA REINA VIRGEN, de George Sidney

La juventud de la reina Isabel de Inglaterra. Su relación con su despótico padre Enrique VIII, sus escarceos amorosos, sus dudas e incertidumbres antes de ser coronada… Ciertamente el retrato histórico deja que desear, por rigor y por interés, más centrado el relato en amoríos varios, pero tiene su interés. Jean Simmons y Stewart Granger son los protagonistas.


LA RUBIA FENÓMENO, de George Cukor

Estupenda comedia de George Cukor que quiso seguir explotando su colaboración y éxito con Judy Holliday tras “Nacida ayer” (1950). Lo logra, ya que la película es francamente divertida. Su retrato, visionario, con esa gente dedicada a la “nada” de la fama como gran aspiración, es excepcional. Graciosa, divertida, ejemplo perfecto de la comedia clásica, esa que ahora ni se sueña…





LA TÚNICA SAGRADA, de Henry Koster

La primera película rodada en Cinemascope. Glorioso el Cinemascope. Lo adoro. La película se prestaba a ello, la épica en una histórica bíblica, con romanos y aventuras. Gran reparto.


LAS VACACIONES DEL SEÑOR HULOT, de Jacques Tati

Obra maestra del gran cineasta y actor cómico francés. Un entrañable personaje en una joya de la comedia visual. Magistral y valiente. Toda la obra de Tati, muy corta, es de obligado visionado.




LILI, de Charles Walters

Entrañable y encantador musical, tierno y dulce, casi hasta el empalago, pero finalmente amorosa. De esas que dan buen rollo.


LOS CABALLEROS DEL REY ARTURO, de Richard Thorpe

Otra de aventuras de Thorpe, que en estos años se especializó en el género. Correcta, entretenida y completamente solvente. Magnífico reparto además: Robert Taylor, Ava Gardner y Mel Ferrer.


LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS, de Howard Hawks

Exitoso y celebrado musical de Howard Hawks, y eso que no está entre sus mejores obras. Aún así es un auténtico triunfo, como en cada género, que fueron todos, que frecuentó. Hawks no sólo es uno de los cinco más grandes directores de todos los tiempos, era el más versátil. Marilyn Monroe y Jane Russell para deleitarnos con su presencia y algunas míticas canciones.





LOS CRÍMENES DEL MUSEO DE CERA, de André De Toth

Vincent Price en el género que lo hizo célebre. El terror. Es un pequeño clásico del género. Se rodó en 3D.


LOS INÚTILES, de Federico Fellini

Auténtica joya de Fellini, circunscrita en el movimiento neorrealista, pero de dimensión universal, aunque menos conocida, por lo que sea, que otras obras del autor. No desaprovechen la oportunidad, es una pequeña obra maestra.





LOS MÚSICOS DE GION, de Kenji Mizoguchi

Otra genialidad de Mizoguchi adentrándose en el universo femenino y su estoicismo en una sociedad machista que la somete. Aquí desde un prisma más moderno e incluyendo el cambio generacional. Rica, profunda… La maestría desde la sencillez.


LOS SOBORNADOS, de Fritz Lang

Obra maestra absoluta del Cine Negro. Una de las mejores cintas negras, una de las mejores cintas de todos los tiempos. Lang destilado, en su quintaesencia. El universo languiano expuesto en sublime relato, mezclando lo descarnado, la fatalidad y un especial romanticismo como pocos (o nadie) son capaces. Imágenes iconográficas, personajes extraordinarios, trama compleja y adictiva, reflexiones y sutilezas, visualmente excelsa. Esa pareja formada por Glenn Ford y Gloria Grahame, ese café hirviendo, ese estallido de un coche, ese Lee Marvin… Imprescindible, no digo más.





MADAME DE…, de Max Ophüls

Es uno de los directores más elegantes, y a la vez sensuales. Sus movimientos de cámara, esos travellings, están en la antología del cine. Aquí, esa sutileza, que hace de la anécdota algo significativo y trascendental, se sublima con un trío protagonista en estado de gracia. Sensacional obra maestra.





MANOS PELIGROSAS, de Samuel Fuller

Soberbio título de Cine Negro realizado por Samuel Fuller. El especial realizador, de la mano del siempre excelente Richard Widmark, haciendo uno de sus clásicos papeles ambivalentes de sus inicios, logra un film de género francamente excepcional, que lamentablemente no se conoce demasiado. Deja claro que los 50 fueron una década en la que el Noir brillaba por todo lo alto. No se arrepentirán.


MELODÍAS DE BROADWAY 1955, de Vincente Minnelli

Clásico del musical con Fred Astaire y Cyd Charisse, bajo la colorista batuta de Minnelli. Cima del género y referente absoluto. Una obra maestra más.





MÚSICA Y LÁGRIMAS, de Anthony Mann

Otra con la alianza Mann-Stewart fuera del western. Biopic sobre Glen Miller, mito del Jazz y el swing, desde sus inicios hasta el éxito. Gran musical y un James Stewart fantástico, como de costumbre.


MOGAMBO, de John Ford

Mítica película en la que la censura en España transformó un adulterio en un incesto. Una joya auténtica del cine de aventuras con un trío protagonista espectacular, en talento y belleza. Un mítico y ejemplar triángulo amoroso cien mil veces imitado. Clark Gable, Grace Kelly y Ava Gardner. La maestría de Ford de nuevo irguiéndose orgullosa. Mogambo sería un remake de la cinta de 1932, dirigida por Victor Fleming, “Tierra de pasión”, también protagonizada por Gable.





NIÁGARA, de Henry Hathaway

Sensualidad, erotismo, intriga, drama… Otro tórrido conflicto amoroso que responde al anterior de Ford, en este caso con Joseph Cotten y Marilyn Monroe como protagonistas. En clave de trama negra, Hathaway saca todo el partido a la historia, como era su costumbre, pero aún con más intensidad y acierto si cabe.


NOCHE DE CIRCO, de Ingmar Bergman

Ayer (14 de julio) se cumplió el centenario del nacimiento de Bergman, así que qué mejor forma de homenajearlo que con alguna de sus obras en este año. Vienen dos, empezando por esta, una obra muy particular dentro de la filmografía bergmaniana, con toques expresionistas en su estética, una trama muy cohesionada y un uso sutil de los simbolismos, en los que aunque pueda no parecerlo, tenemos la personalidad de Bergman plenamente afianzada.





PAN, AMOR Y FANTASÍA, de Luigi Comencini

Origen de la saga “Pan, amor y…”, es una comedia muy simpática que obtuvo un inmenso éxito, lo que propicio, precisamente, varias secuelas. De Sica en estado de gracia.


PETER PAN, de Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wilfred Jackson, Jack Kinney

Clásico absoluto del cine de animación. Tan rica, brillante, inteligente y metafórica como perturbadora, sugerente y fascinante. ¡Cómo son los recuerdos! Siempre la mencionaba de pequeño como mi cinta de animación preferida, pero desde aquella época no la he vuelto a ver…


RAÍCES PROFUNDAS, de George Stevens

Obra maestra del western clásico, género que este año trae varias joyas, no en balde es su década de esplendor, como he explicado durante semanas anteriores. Potente, intensa, magistral, un clásico absoluto con un personaje imperecedero, el Shane que encarna Alan Ladd, héroe crepuscular. Maravilloso.





SALVAJE, de Laslo Benedek

Con una camiseta blanca y una chupa de cuero en moto, con “Un tranvía llamado deseo” y esta que aquí nos ocupa, el señor Marlon Brando logró crear iconos imperecederos, imágenes eternas en la historia del cine. Es cierto que esta película es inferior a la de Kazan, pero también lo es que quizá forjó con más fuerza aún la imagen de Brando. Cinta de culto que todo cinéfilo debe conocer.





SE INTERPONE UN HOMBRE, de Carol Reed

James Mason se vuelve a aliar con Carol Reed para facturar otro thriller, con drama e intriga en la postguerra. Un interesante film que si bien está lejos de joyas como “Larga es la noche” (1947) o “El tercer hombre” (1949) resulta apreciable sin ninguna duda.


SU GRAN DESEO, de Douglas Sirk

Buen melodrama de Douglas Sirk, maestro de maestros en el género, con la excepcional Barbara Stanwyck. Descripción precisa de la presión social, la obsesión por el triunfo, la frustración que genera la apariencia. Un film bastante notable.


TERESA RAQUIN, de Marcel Carné

Otro drama potente e intenso sobre el adulterio y la insatisfacción femenina, sometida a las derivas maritales, ahogada en el aburrimiento, seducida por la pasión. La historia es prototípica de una de las vertientes más clásicas del Cine Negro clásico. La pareja que planea matar al marido. Carné adapta a Émile Zola.





TODOS LOS HERMANOS ERAN VALIENTES, de Richard Thorpe

Cinta que mezcla drama y aventuras navales dirigida por el correcto y competente Richard Thorpe y protagonizada por Stewart Granger, Robert Taylor y Ann Blyth. Correctas interpretaciones, buenos personajes, buena dirección, entretenimiento, espíritu épico…


TRAIDOR EN EL INFIERNO, de Billy Wilder. 

Otra obra maestra de Wilder, esta ambientada en un campo de concentración nazi donde presos americanos malviven. El encierro y las pulsiones y emociones que va sangrando vertebran una excepcional narración. Sospechas, traiciones, dudas… lo peor del alma humana provocado por la frustración, el egoísmo y la necesidad de libertad. La dirección de Wilder, siempre clásica, y la interpretación de Holden, por la que recibió el Oscar, son dos indispensables alicientes del film.





UN LEÓN EN LAS CALLES, de Raoul Walsh. 

Un vendedor ambulante que se hace un hueco en la política, hasta caer consumido por su ambición sin freno. Protagonizada por el excelso James Cagney, es algo así como una versión menor de “El político” (1949) de Rossen. De nuevo destaca la dirección de Walsh.


UN VERANO CON MÓNICA, de Ingmar Bergman

Profundo retrato de pareja en el que Bergman muestra todo su universo. Culpas, dudas, incertidumbres, la pasión y la sensualidad. Una gran película del genio sueco, que ayer hubiera cumplido 100 años.





VACIONES EN ROMA, de William Wyler. 

Exquisita comedia romántica, una de las más célebres de la historia. Casi un cuento de hadas. Entusiasta, alegre, romántica, fascinante, vigorosa y a la vez nostálgica, triste, melancólica… Una obra maestra, paradigma del género, miles de veces imitada, con una pareja que está en la antología. Gregory Peck y Audrey Hepburn, que aquí, uno de sus primeros papeles, se convirtió en estrella eterna.





YO CONFIESO, de Alfred Hitchcock

Aunque no era muy del gusto del maestro, que consideraba su planteamiento inicial absurdo, es un mecanismo excelente de suspense, una película que, particularmente, me gusta mucho. Montgomery Clift, hierático y firme en sus convicciones, realiza un gran trabajo acompañado de Anne Baxter.


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