ZEPPELIN ROCK: Crítica de "La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos" (Antonio Blanco, Ricardo Llovo, 1993): Review

viernes, 6 de julio de 2018

Crítica de "La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos" (Antonio Blanco, Ricardo Llovo, 1993): Review


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




He aquí una película gore japonesa, de terror francesa, de acción y de trascendencia estreno internacional. ¿Qué quedaba por ver? Os hablo de la española La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos, de Antino Blanco y Ricardo Llovo. Solo con leer el título ya os podréis imaginar del tipo de engendro del que os voy a hablar.





La película, que homenajea claramente –por no decir que plagia sin vergüenza- a clásicos del género como 2000 maníacos o La matanza de Texas, sitúa la acción en una granja de Ourense. A esta –lugar de residencia de una familia que podrían ser los parientes gallegos de Leatherface- llegan unos jóvenes que regresan de un concierto bebiendo whisky y esnifando coca cuando sufren un accidente que no tiene nada de fortuito. Así será como los desgraciados conocerán a los Machado, una familia de degenerados caníbales.





Está el patriarca, el hermano tonto, la hermana muda ninfómana, el monstruo, el cadáver momificado, los enterradores necrófilos... no le falta de nada, amiguitos. Como tema de fondo, una crítica a la situación de los ganaderos gallegos y a la reconversión agraria. El peso de la trama recae en Manuel Manquiña -actor gallego con más de una treintena de films en su haber al que algunos conoceréis por haber aparecido en Airbag, Torrente o Año Mariano- y el resto de los protagonistas, son todos amiguetes del realizador –el fallecido Antonio Blanco- entre los que se encuentran Silvia Superstar de los Killer Barbys o César Strawberry de Def Con Dos. En fin, piltrafillas, una parodia descerebrada y extrema del cine gore más casposo que podáis imaginar. Recomendada para estómagos fuertes con ganas de reírse hasta de su sombra. Si en otras ocasiones os propongo ver las películas con un gintonic o un ron añejo a mano, esta vez os aconsejo que afrontéis la visión de este chiste macabro y sangriento completamente borrachos de vino de tetrabrik.

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