por Dani Matute (@dmatuteb)
Como he contado alguna vez, en una mudanza decidí deshacerme de mi colección de casetes TDK. Y ya he dejado por escrito que fue un gran error, porque entre las que eran copias, iban bastantes originales, casi todas compradas en los cajones de ofertas que había en algunas tiendas. Dos de esas cintas pertenecían al grupo que os traigo hoy: los locos inmaculados, los tontos sin mácula o como os guste traducirlo.
Es el caso que, aprovechando una promoción en FNAC, realicé un pedido online para recoger en tienda. Cuando fui a por él, me puse a curiosear en el pequeño espacio que tenían dedicado a los vinilos, sin ninguna intención de compra. Y fue entonces cuando me golpeó este vinilo: una reedición de una de aquellas cintas a menos de 8 euros, con su propia funda protectora y todo. No sé si fue por el ansia de comprar un disco a ese precio o por el ataque de nostalgia que sentí al cogerlo y rememorar mi adolescencia musical. Se vino conmigo a casa y hoy os lo presento a todos.
Immaculate Fools son originarios de Kent, Reino Unido. Allá por el 84 los hermanos Kevin Weatherill [voz, guitarra acústica], Paul Weatherill [bajo acústico, coros] junto con otra pareja de hermanos, los Ross, Andy [guitarra] y Peter [batería], formaron un grupo que se podría encuadrar en la amplísima calificación de pop-rock. Pero también entronca con el post-punk de los Psychedelic Furs e, incluso, con la ampulosa Big Music de los Waterboys de Mike Scott. Con estos últimos también tienen en común que terminaron derivando en el folk-rock hacia los 90 introduciendo violines y acordeones en sus discos. Su primer larga duración es del 85, Hearts of Fortune, donde encontramos su canción más famosa, "Immaculate fools". Pero resulta que no fueron profetas en su tierra. Quizás allí era más normal su mezcla de estilos. Además, dicen que en su país les hizo mucho daño que un famoso DJ de la radio pinchó una canción de ellos para quitarla a la mitad de la misma aduciendo que era demasiado deprimente. Y, en aquellos años, ya sabemos el peso de ciertos locutores en la industria musical. Donde realmente pegaron fuerte fue en España. Sí, nuestro pequeño terruño se convirtió en su El Dorado particular pues, durante muchos años, vendieron muchas copias y dieron extensas giras. Es más, grabaron en un estudio vigués y varios miembros del grupo vivieron de forma temporal en nuestro país: Kevin, incluso, tuvo casa durante muchos años en Zamora y, actualmente, vive en Galicia. Pero ya llegaremos a eso. Llegado el año 87 editaron este trabajo que os traigo, con una recepción fantástica entre la crítica, pero con menos éxito que el anterior. Tras girar por USA como teloneros de gente tal que Iggy Pop, Bob Dylan o The Stranglers llegó la separación de las dos parejas de hermanos. Los Ross decidieron abandonar el barco, al menos instrumentalmente aunque nunca se desligaron del todo (Andy produjo los dos siguientes discos a la vez que colaboró con Basia, Miguel Bosé y Tori Amos entre otros). Los hermanos Weatherill se rodearon de nuevos músicos y lanzaron en el 90 Another Man's world, disco de oro en España. Precisamente fue la primera cinta original que tuve del grupo. Un discazo en mi opinión y que hizo que me comprara la cinta de este Dumb Poet. Después de aquello, otros tres discos más hasta la completa disolución del grupo en el 97. Kevin trabajó en un proyecto blues folk, llamado Dirty Ray. Pero allá por el año 2015, decidió refundar los Immaculate Fools con músicos ingleses dando 26 conciertos entre Portugal y España. Ya en el 2016, incorporó a su grupo músicos gallegos (ya os he dicho que fijó su residencia en Galicia) con Paco Charlin al bajo, Naima Acuña a la batería, Alex Salgueiro a los teclados, Laura Solla a la guitarra y las británicas Linda Lamb a los coros y Helena Watt al violín. Y con esa formación los vi en directo en el 2019 en Santander. Iba a decir que como teloneros de Texas, pero el caso es que el concierto de los de Glasgow fue el primero y, cuando terminó, pasada la medianoche, tocaron los Immaculate: altas horas, poco conocidos para la gran mayoría y con llovizna. Todo hacía presagiar que se iban a quedar tocando solos, pero, desde el primer acorde, consiguieron capturar a los allí presentes y prácticamente todo el mundo se quedó a escuchar esa hora de música de calidad que nos regalaron.
Entramos en harina con el LP. Las tres primeras canciones del disco fueron producidas por Ross Cullum, que con Chris Hughes, que también sale acreditado en este disco, había producido el primer trabajo de los Tears for Fears. El resto de pistas producidas por Andy Ross y el grupo, con colaboración de Cullum. "Never give less than everything" abre el fuego y, efectivamente, no se les ocurre darnos menos que todo. Desde el principio choca la forma de cantar de Kevin, no sé cómo describirla. Por ahí leí que parecía que masticaba las palabras en vez de cantarlas. Una letra muy lírica, pero también con gran fuerza instrumental. Le sigue "Tragic Comedy" que fue el único single de cierto éxito de este trabajo. Una melodía preciosa que hace que casi sea la mejor canción del plástico. Llega "One minute", manteniendo el nivel para llegar al punto álgido con "Dumb Poet". Letras dedicadas a Federico García Lorca. En realidad, todo el disco está dedicado implícita y explícitamente a nuestro granaíno poeta universal. Y termina la cara A con "So much here" en plan acústico.
Para la cara B tenemos "Wish you were here" (no, no es un cover de los Pink Floyd) más optimista que las anteriores para volver a la depresión en "Don't drive the hope from my heart". Para terminar, "Pretty prize now" con una gran línea de bajo y la lacrimosa "Stay Away". ¿Qué es esta locura de un disco repleto de lírica, sentimientos, épica, música buena y elegante? Ay, perdón, que se me olvidaba que es un trabajo de los 80 y no una modernez de las de ahora. En fin, uno de esos discos y, sobre todo, de esos grupos a los que la historia no les ha hecho justicia y han sido infravalorados. Si les sirve de algo, que sepan que yo no he dejado de escuchar alguna canción suya todos los años.
Y con la escucha de estas canciones recuerdo los tiempos en los que éramos felices y no lo sabíamos.
Bien, la edición que yo tengo es del 2018, remasterizada por Arturo Vaquero en los lucenses estudios Abrigueiro. Vinilo azul de 180 gr publicado por Larvin Music. Muy vistoso todo, doble gatefold. Pero echo de menos (mucho, porque el formato LP es una maravilla para ello) el encarte con las letras que llevaba el original de 1987 de A&M Records.
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