por Dani Matute (@dmatuteb)
De esto hace ya 35 años. Cursaba el mes de enero del año 1989, y la canción “Big Area” llegaba al número 13 de las listas británicas. Fue el mayor éxito de los Then Jerico, que superaron el puesto 18 que había conseguido en julio del 87 “The motive”, perteneciente a su primer trabajo, First (The Sound of Music).
Os he dejado, así sin avisar ni nada y como quien no quiere la cosa, el videoclip de este tema, dirigido por el histórico Andy Morahan, responsable de clips antológicos como el “Last Christmas”de Wham!, “West End Girls” de Pet Shop Boys, “Shot in the dark” de Ozzy Osbourne, “I want your sex” y “Faith” de George Michael, “Woman in chains” de Tears for Fears, “Don´t Cry” y “November rain” de Guns N' Roses y un largo etcétera en el que encontramos nombres como Van Halen, Elton John, Tina Turner, Paul McCartney, Coverdale-Page, Aerosmith, Bon Jovi, AC/DC…Aunque todo buen escribano comete siempre un borrón: fue el director de una de las peores terceras partes de toda historia cinéfila: Los Inmortales 3 (ya, ya sé que Los Inmortales 2 es todavía peor). En el video tenemos que reconocer el mérito del cantante de ponerse esa americana hecha jirones sin equivocarse de agujeros. En realidad, además de por su director, he querido dejar este video por aquí porque es una de mis canciones preferidas de los 80. Uno que es muy poperockero, qué se le va a hacer.
En fin, que me desvío, sigo la historia. El grupo fue formado a sus 21 años por el cantante Mark Shaw, reclutando a través de anuncios en la prensa al guitarrista Scott Taylor (fallecido hace un par de años por causa de un tumor cerebral), al batería Steve Wren y al bajista Jasper Stainthorpe. Tras diversas actuaciones en salas que incluyeron el The Limelight Club en New York, ficharon por London Records y grabaron el single “The Big Sweep”, aunque al final la discográfica lo vetó por unas letras contra los magnates de la comunicación, Robert Maxwell/Rupert Murdoch. Sin embargo, consiguieron publicarlo independientemente y, al final, London Records hizo lo propio en 1985. A partir de ahí, pudieron empezar a trabajar en su primer LP, First (The sound of music), producido por Shaw y Owen Davies (quien produjo en el 92 a nuestros Lagartija Nick y su maravilloso Inercia), con el que consiguieron entrar en listas con sus dos singles, “Muscle Deep” y, sobre todo, “The Motive”, que tiró del disco e hizo que alcanzaran el número 35 de la lista de álbumes más vendidos en UK.
Y ya hemos llegado al momento en el que grabaron este The Big Area (Outside), con el que fueron disco de oro, vendiendo 100 000 copias en solo 40 minutos y escalaron al número 4 de discos más vendidos en su Reino Unido natal. Un trabajo en el que se mueven entre el rock, el pop y el new wave. Al rebufo del rock-arena que puso tan de moda U2. Entre guitarras, baterías y teclados, sobresale la voz de Shaw, muy peculiar y que parece que va a romperse en cualquier momento y no va a aguantar las notas más altas…pero que consigue mantenerse firme sin romperse ni desafinar contra todo pronóstico. La producción de la mitad de las pistas corresponde a Rick Nowels (compositor y productor de gente como Stevie Nicks, Belinda Carlisle, Joan Jett (¡joder, qué tío más listo, coño!, ¡¡¡qué tres diosas!!!), y muchas más divas y divos, de los 90 hasta ahora: Celine Dion, Madonna, Lana del Rey, Texas, Sia…). Otras dos contaron con la producción del productor/ingeniero Rhett Davies (Roxy Music, Dire Straits, Camel, Genesis, Robert Palmer…) y otro par producidas por Shaw junto a Peter Henderson (Supertramp, Rush, Paul McCartney…). El cuarteto de músicos originales se completó con Rob Downes en la guitarra principal para dar forma a diez canciones.
Y el disco se abre con “Big Area”, como ya hemos dicho, su mayor éxito. Producida por Gary Langan, de Art of Noise (si habíais contado solo nueve canciones en la narración de la producción del disco, estabais en lo cierto, me faltaba una). Fue incluida en la banda sonora del film de ciencia-ficción protagonizado por Mark Hamill, Slipstream, dirigida en 1989 por Steven Lisberger, quien también dirigiera la vanguardista Tron.
“What does it take” cuenta con la colaboración de Belinda Carlisle en los coros. Fíjate que me gusta la Carlisle pero hubiese quedado mejor otro tipo de arreglo. Me parece que endulza demasiado la canción y que no pega su intercambio de letras con Shaw, pero el productor Rick Nowels quiso meter aquí a su artista más top en ese momento y aprovechar el tirón.
“You Ought to know” comienza rockera, un riff pesado de bajo pero pronto pasa al pop rock en el que mejor se movían los Then Jerico. “Song for the brokenhearted” me suena mucho a The Cure, con grandes arreglos y rítmicamente muy buena. Se nota que la producción en ambos casos corre a cargo de Rhett Davies.
Cerramos la cara A con “Darkest hour”. Pedazo de letra y de canción, con una interpretación de Shaw que pone los pelos de punta: el dolor que transmite el cantante, perfectamente acompañado por el piano y las guitarras acústicas conforman un cuadro de gran belleza. Es una de las producidas por Mark Shaw y se nota que la hizo suya.
La cara B comienza mucho más alegre con “Reeling” que mejora a medida que se desarrolla, porque el inicio me parece de lo más flojo y popero que podían hacer. Más o menos como el siguiente corte, “Where you lie”, que sube de nivel en cuanto entran las guitarras.
“Sugar Box” es otra gran balada, bueno, la balada del disco, porque “Darkest hour” es otra cosa. Aquí tenemos una letra romántica que consiguió un éxito moderado en las listas británicas.
La cuarta canción de este lado del plástico, como las tres anteriores, está producida por Rick Nowels. “Helpless” se queda a medio camino entre ese rock que la voz de Shaw podría interpretar (en el estilo Ian Astbury de The Cult) y el new wave que copaba las listas en aquellos años.
Y se cierra el LP con “Under fire”, producida por Shaw, con toques electrónicos y la que más se desvía del tono general del disco. Tiene su aquel.
Y ¿qué fue de ellos tras este vinilo? Pues los granpensantes de su discográfica, ante el buen resultado del disco y el innegable sex-appeal del cantante, decidieron que el siguiente paso fuera un disco en solitario de Mark Shaw. Batacazo al canto. Al final de los 90 se rehízo el grupo y se autopublicaron el LP Orgasmaphobia. Y a partir de ahí, lo que muchas bandas de aquella época: reuniones para algún tour recordando los viejos tiempos y poco más. Una lástima, de verdad.
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