>
De Cirith Ungol tengo que deciros que hace años me dejaron una cinta de su One foot in hell –la portada me flipó–, pero cuando la escuché no me llamaron demasiado la atención. Así que se convirtieron en uno más de los grupos de los que conocía su existencia, pero no me interesaba en absoluto seguir su carrera con atención. Sin embargo, cuando compré el vinilo de Abbath, descubrí esta preciosa reedición remasterizada de 300 copias en vinilo azul translúcido –con póster y libreto a todo color de 12 páginas– que me pareció una inmejorable oportunidad para tener algo de la banda y de paso amortizar algo los gastos de envío. Y pese a que casi nunca aparecen en ninguna reseña y no son considerados de primera división, si les dais una oportunidad veréis que resultan de lo más disfrutable y reivindicable.
by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
De Cirith Ungol tengo que deciros que hace años me dejaron una cinta de su One foot in hell –la portada me flipó–, pero cuando la escuché no me llamaron demasiado la atención. Así que se convirtieron en uno más de los grupos de los que conocía su existencia, pero no me interesaba en absoluto seguir su carrera con atención. Sin embargo, cuando compré el vinilo de Abbath, descubrí esta preciosa reedición remasterizada de 300 copias en vinilo azul translúcido –con póster y libreto a todo color de 12 páginas– que me pareció una inmejorable oportunidad para tener algo de la banda y de paso amortizar algo los gastos de envío. Y pese a que casi nunca aparecen en ninguna reseña y no son considerados de primera división, si les dais una oportunidad veréis que resultan de lo más disfrutable y reivindicable.
El grupo se formó en los años 70 en la californiana Ventura y tomó su nombre de la obra de Tolkien, en concreto de un lugar de Mordor que en lengua élfica significa la grieta de la araña. Con un estilo entre protometal, doom y progresivo, se dedicaron a cantar sobre magia, brujería y cosas así. Tras una década de foguearse por innumerables garitos, deciden autoeditarse su primer elepé como manera de darse visibilidad y poder buscar discográfica con un producto físico. Así es como fichan con Enigma records y en 1984 graban este King of the dead que ahora os comento y que en palabras de su batería supone el mejor disco de su carrera, en el que cristalizaban la ilusión y los esfuerzos de todos los años anteriores y sobre el que tuvieron control creativo total.
Así que con Tim Baker a las voces, Jerry Fogle a las guitarras, Michael Vujejia al bajo y Robert Garven a la batería, se meten en los Goldmine studios de Ventura y se autoproducen este King of the dead, que pondrían en las tiendas con portada de Michael Whelan y el siguiente track list:
A
Atom smasher
Black machine
Master of the pit
King of the death
B
Death of the sun
Finger of scorn
Toccata in Dm
Cirith Ungol
Inaugura el álbum Atom smasher, un tema en el que destacan la voz chillona de Baker y –en positivo– las estupendas líneas de bajo de Vujejia, muy a lo Geezer Butler, además de la guitarra de Fogle, que pone de manifiesto los años de carretera de una banda con fuertes influencias en el rock progresivo. Black machine es otra muestra de esa excitante mezcla de doom y progresivo que ejecutaba Cirith Ungol, con unos instrumentistas que cumplen aceptablemente y sobre los que flota la voz del vocalista, en mi opinión sin demasiados registros. Bonito solo de Fogle. Le sigue Master of the pit, con unas líneas de bajo totalmente doom que dan entrada a un solo de Fogle arropado por la batería de Garven que sirve de intro al resto de la canción, un largo y sabbathiano tema en el que –como a lo largo de todo el álbum– destaca sobre todo la parte instrumental, con un Vujejia más que solvente y con solos de Fogle extensos e inspirados. King of the dead es el tema título y otro largo ejemplo de doom progresivo de enorme calidad, con elaborados solos de guitarra y ese bajo impresionante haciendo filigranas. Al parecer, la intro está inspirada en la banda sonora de Basil Poledouris para Conan, el Bárbaro.
La cara B comienza con Death of the sun, más de lo mismo en la tónica general y que con una duración de casi cuatro minutos es el tema más corto –y también el más metálico– del disco. Y entonces llega con su precioso inicio acústico, el tema más largo del álbum, una épica Finger of scorn compuesta por el cofundador de la banda Greg Lindstrom –quien les había dejado tras tocar bajo, guitarra y teclados en su debut Frost and fire de cuatro años antes– que para mi gusto hubiese supuesto el inmejorable final de un trabajo que pide más de una escucha para ser disfrutado. Por contra, aún quedan dos temas en esta cara, una versión técnicamente impecable de Toccata in Dm de Bach que a mi modo de ver rompe totalmente la magia del disco –yo la hubiese eliminado del track list definitivo– y Cirith Ungol, el más doom y heavy del álbum que yo hubiese puesto despues del Master of the pit para comenzar la cara B con King of the dead.
En fin, un estupendo disco que pese a no ser redondo –lástima de Tim Baker que, en mi seguramente desautorizada opinión, peca de una linealidad exasperante a la hora de afrontar cada tema–, os recomiendo sinceramente. Aprovechad la oportunidad, daos un capricho y completad vuestra colección. Detalles como el de Metal Blade suponen una buena forma de hacerse con un producto bonito y de calidad además de para reivindicar bandas semiolvidadas.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario