por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia
Grabado a finales de 1979 por una banda joven en proceso de formación y bajo las órdenes de Dirk Steffens, un productor con poca experiencia, muestra una gran influencia del hard rock de los setenta, cierta falta de coherencia en algunos momentos y una indefinición de estilos. De este álbum se ha destacado su "poca inspiración", que presenta una "mezcla de experimentos inconclusos" o que es "un intento fallido de conseguir un buen trabajo". El propio Udo Dirkschneider (cantante) confesó que había "mucha gente intentado manipular a la banda" para, al final, impedir el desarrollo de sus ideas en favor de la "comercialidad" del producto. Querían hacer de ellos unos Scorpions de estadio.
¿Y qué queremos destacar de este I’m a rebel precisamente?
Para empezar, el trabajo de dos míticos miembros del grupo como Wolf Hoffmann (guitarrista) y Peter Baltes (bajista y cantante). Hoffmann comienza a mostrar unos riffs estupendos, muy influenciados por Judas Priest y Michael Schenker, algunos solos bien clavados y una labor compositiva que anuncia los futuros éxitos en canciones como China Lady o Thunder & Lightning. Baltes, además de marcarse un ejemplo de acompañamiento hard/metal al bajo, canta estupendamente en las dos baladas del disco, The king y No time to lose (por cierto, con una parte principal de guitarra sencilla pero genial). Junto a ellos el ya mencionado Udo afila su garganta en la propia China Lady, en Save us, otro punto alto del disco, y en la más comedida I wanna be no hero (con ese toque amable en el ritmo y el estribillo). Se editó como single la canción que da título al álbum, I’m a rebel, curiosamente una canción compuesta por Alexander Young, hermano mayor de unos tal George, Malcolm y Angus Young. Como premio, tiene, por lo menos, dos portadas, lo cual también tiene su gracia, la original alemana y la reedición para el mercado anglosajón, donde cambiaron, además, el título (se denominó como la banda).
No hay comentarios:
Publicar un comentario