by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
He de deciros, amigos, que hace tiempo que ya no me compro vinilos como antes y la mayoría de los grupos de los que tengo sus discos ya han pasado por este espacio, así que en los últimos meses me estoy dedicando a repasar de qué álbumes no ha hablado aún nadie y –si los tengo– publico la reseña. Ya me ha pasado que en algún caso soy el único que habla de los trabajos de alguna banda –Alcatrazz o Ace Frehley, por ejemplo– y hoy es otra de esas ocasiones. Me refiero a los Icon, de quienes ya os recomendé aquí el imprescindible Night of crime y de los que me dispongo a reseñar su primera obra homónima, de la que poseo la edición norteamericana de 1984 pero ignoro si se trata del primer prensaje o de una reedición porque el póster que incluye tiene un error de impresión. Sin duda, Icon es otro de esos grandes desconocidos –al menos en Europa– que a mediados de los ochenta editaron estupendos álbumes de hard rock.
Y si bien este debut es inferior a su siguiente trabajo con Eddie Kramer a los mandos, lo cierto es que el resultado es bastante notable. Eso sí, pese a que la producción de Mike Varney mejora lo que hizo con el también debut de Steeler –ver aquí–, lo cierto es que se nota su inexperiencia, sobre todo en la voz de Stephen Clifford que recuerda demasiado a la de Ron Keel. Junto al mencionado Clifford, la formación la completaban Dan Wexler y John Aquilino a las guitarras, Tracy Wallach al bajo y Pat Dixon a la batería, y el disco –como es natural en el caso de las producciones de Varney– se grabó en los Prairie sun recording studios de Cotati.
Con portada de James Dowlen, el álbum tenía el siguiente track list:
A
(Rock on) through the night
Killer machine
On your feet
World war
Hot desert night
B
Under my gun
Iconoclast
Rock n’roll maniac
I’m alive
It’s up to you
Con un estilo similar en todos los temas que no resta valor a la obra aunque sí variedad y colorido –en parte debido a la linealidad de la producción–, para mi gusto destacaría su cara B en pleno, en detrimento de la primera, aunque ya sabéis que sobre gustos... En resumen, hard rock directo y potente con un gran trabajo de guitarras de Wexler y Aquilino, a los que –como ya he dicho antes–, Eddie Kramer supo sacar más brillo en su siguiente lanzamiento.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
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