ZEPPELIN ROCK: Marillion - Holidays In Eden (1991): Crítica review

viernes, 20 de enero de 2017

Marillion - Holidays In Eden (1991): Crítica review


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)


Pues sí, amigos, regreso a los Marillion –ya reseñados por aquí– y lo hago con Holidays in eden, su segundo trabajo con Steve Hogarth a las voces tras la marcha de un Fish enfadado con el resto del grupo. Seasons end, su primera obra con Hogarth a las voces no me llamó la atención. En aquella época no era como ahora y no podíamos escuchar los discos si no era comprándolos o a través de la radio, así que pese a ser un álbum compuesto en la era Fish, el cambio de vocalista me echó para a atrás. Posteriormente lo he podido disfrutar y la verdad es que me encanta. Pero uno no se puede comprar todo lo que le gusta, está claro. Total, que a este Holidays in eden sí que le di una oportunidad –a saber el porqué– y hoy os lo traigo a este espacio.

Producido por Christopher Neil y Rob Eaton junto a la banda entre los Hook End recording studios y los Westside studios, contó con la participación del mencionado Hogarth a las voces y los habituales Steve Rothery a las guitarras, Pete Trewavas al bajo, Ian Mosley a la batería y percusión y Mark Kelly a los teclados. 




Con una portada diseñada por el Bill Smith Studio en base a una ilustración de Sarah Ball, el track list fue: 

Splintering heart 
Cover my eyes (pain and heaven) 
The party 
No one can 
Holidays in eden 
Dry land 
Waiting to happen 
This town 
The rakes progress 
100 nights 

Iniciamos el viaje con Splintering heart, que comienza con un sonido de sintetizador ambiental al que sigue la voz de Hogarth subiendo de intensidad hasta que la maravillosa guitarra de Rothery junto al resto de la banda entran como una exhalacion en nuestros oídos antes de echar el freno de nuevo y desarrollar el tema con un sencillo riff como base que acompaña la voz de Steve, arropada con los teclados de Kelly. Entonces, mientras el aporte de bajo y batería aporta matices, Rothery se va creciendo hasta explotar en un solo magnifico y cargado de sentimiento. Te-ma-zo, señores míos. El viaje prosigue con Cover my eyes, con ese efecto de guitarra que me recuerda a The Edge, estribillos pegadizos y un nuevo trabajo de Rothery a las seis cuerdas para quitarse el sombrero. The party es otro pedazo de canción que comienza con voz y piano y poco a poco se va revistiendo de capas de música que envuelven un tema magnífico que, como el primero, está en mis top del disco. No one can, que lanzaron como single, es quizás el tema que menos emoción me transmite del álbum. Sin mácula desde un punto de vista instrumental o vocal, obviamente, sin embargo no me provoca un especial interés, quizás por tener un estribillo y melodía poco variados y descaradamente orientado a ser radiado. 

Holidays in eden, el tema título, es de lo más completo, destacando todos los instrumentos por igual, con cambios de ritmo transitando desde pasajes enérgicos hasta otros más intimistas. Dry land –otro de los tres singles que se editaron del álbum y un antiguo tema de la anterior banda de Hogarth– es otra fantástica muestra del talento de estos músicos, demostrando con esta segunda obra sin Fish al frente que por supuesto le debían mucho pero eran perfectamente capaces de crecer sin el. Waiting to happen se inicia con una guitarra acústica, la voz de Hogarth y unos leves teclados que de pronto explotan en una melodía simple pero que con los guitarrazos de Rothery adquiere una enorme fuerza, para regresar pronto a un desarrollo intimista. This town es otra de mis favoritas y se trata de la más hard rockera del disco, con un riff que le transporta a uno a los mandos de un deportivo circulando a gran velocidad por las calles desiertas de la ciudad en plena noche hasta la parte final en la que un Rothery inspirado echa el freno con su excelsa guitarra henchida de sentimiento. The rakes progress es tan sólo un interludio instrumental que une This town con 100 nights, la última canción del cedé y otra de mis favoritas, emocionante e instrumentalmente alucinante, otro de esos temas de inicio intimista en el que destaca la desgarradora fuerza de la guitarra de Rothery, un músico al que quizás no se le ha valorado suficiente a la hora de hacer las típicas listas de magos de la guitarra.




En fin, amigos, un álbum que no os podéis perder y al que –como siempre– ninguna de mis palabras puede hacer justicia. Así que una vez más os acompaño una selección de canciones para que disfrutéis de su música.












¡Feliz fin de semana! 
©King Piltrafilla

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