por Edy Fernandes
del blog Soonatas
Hay discos que son para toda la vida, entre otra cosas porque sientes que se adelantaron en el tiempo, son sin quererlo revoluciones musicales que toca todo aquello que está a su alrededor; uno de estos maravillosos fenómenos es el primer álbum de la banda californiana The Doors, esa joya homónima que nos introduce en un mundo que gira en torno al miedo, al desamor, violencia, lujuria, traumas, e incluso la muerte. Medio siglo después de su lanzamiento sigue dejando huellas, marcando un camino que no hubiese sido el mismo si no hubieran aparecido estos once temas.
En enero de 1967 fue lanzado “Break on Through (To the Other Side)”, el primer single del disco. En ese momento no tuvo mayor repercusión, le tocó sonar al mismo tiempo que éxitos como “I'm A Believer” de The Monkees, “Words Of Love” de Mamas & The Papas, “Ruby Tuesday” de The Rolling Stones y “Penny Lane” de The Beatles. La canción además contó con una censura solicitada por el propio sello discográfico “Elektra” argumentando que la expresión “She get high” (Ella se eleva) tenía una relación directa con el mundo de las drogas, algo que era altamente posible pues la historia de The Doors está relacionada con el uso de alucinógenos, las dosis de LSD eran parte del día a día de la Jim Morrison y la banda: “Made the scene week to week, day to day, hour to hour. The gate is straight, deep and wide. Break on through to the other sid;, break on through ('Representamos la escena semana tras semana, día tras día, hora tras hora. La puerta es recta, profunda y ancha. Atraviesa hacia el otro lado; atraviesa')”.
Imaginemos por un momento que “Break on Through (To the Other Side)” suena por primera vez el 2 enero de 2017 en las radios comerciales, acompañado por un vídeo subido en YouTube, aquel donde se puede apreciar esa batería que lleva un buen ritmo de jazz, John Densmore se encarga de plasmar toda su calidad en esa maravillosa percusión. Ray Manzarek tiene en sus manos la responsabilidad del bajo y el órgano, aplicando el poder a una pieza que se llena de colores psicodélicos. Jim Morrison es la imagen de la banda, su rostro y voz vuelve locas a las adolescentes; ellas sueñan con estar con él, hacen lo que sea para ir a sus conciertos, lo persiguen por las redes sociales, para ellas y la prensa su figura se vuelve icónica, él es “The Doors”. La letra es profundamente interesante lo que le da mayor valor a una canción que supera en calidad a lo que está sonando en estos momentos en los distintos medios: “We chased our pleasures here, dug our treasures there. But can you still recall the time we cried? Break on through to the other side ('Perseguimos nuestros placeres aquí, enterramos nuestros tesoros allá. Pero, ¿Puedes recordar todavía el tiempo que lloramos? Atraviesa hacia el otro lado')”.Estamos frente a un éxito que seguramente será tendencia por mucho tiempo.
Inmediatamente fue lanzado un segundo sencillo, “Light My Fire”, es el título de una canción llena de sensualidad de principio a fin. Estamos frente a un Jim Morrison llamando a incendiar la noche con el calor de la pasión que desprenden esos dos seres que se están amando, es una invitación a elevarse por encima de lo conocido, dejar atrás todo pasado vivido, prendiendo el fuego ardiente provocado por ese amor desenfrenado. La pieza cuenta con una interesante introducción del tecladista Ray Manzarek, buscó la manera de generar ese ambiente fogoso, además de preparar el terreno para interesantes solos como el que hace Robby Krieger con su guitarra. Posiblemente para este 2017 esta excitante historia necesitaría musicalmente de algunos elementos más modernos, un cambio en el tipo de teclado, por ejemplo, pero su letra va de la mano con estos tiempos sin barreras.
Para el año de 1967 “Light My Fire” fue posiblemente la composición que definió definitivamente al rock psicodélico, cuenta con una letra muy provocadora, habla abierta y directamente de sexo, pero también hay un mensaje metafórico que hace referencia al consumo de drogas, principal caldo de cultivo de este movimiento. Tiene una base cuyo ritmo es tomado del jazz, esa cantidad de improvisaciones que van alargando la historia hasta regresar al principio que le dio forma al tema. Es una canción provocadora, retadora, sin límites, grabada con un solo objetivo, elevar; y vaya que lo hizo, llevó a The Doors a lo más alto de la cartelera estadounidense al llegar al primer lugar con todo y su recorte a solo tres minutos de duración.
El disco cuenta con once temas en total, además de las ya mencionadas están “Soul Kitchen”, “The Crystal Ship”, “Twetieth Centruy Fox”, “Alabama Song (Whisky Bar)”, “Back Door Man”, “I Looked At You”, “End Of the Night”, “Take It As It Comes” y “The End”.
Debemos destacar los dos covers que dejan registrados “The Doors” en este álbum: “Alabama Song (Whisky Bar)”, que tiene su origen en la cantata de Bertolt Brecht y Kurt Weill; Jim Morrison hace que esta pieza tenga un nuevo aire que hasta suena como si fuera totalmente de ellos. Algo similar ocurre con el blues “Back Door Man” de Willie Dixon y Chester Burnett, donde Morrison va dejando toda una huella de lujuria en su interpretación que cambia el sentido original de la versión original.
Ahora imagina que hoy es el estreno de “The End”. Posiblemente no sería tan larga, o contaría con alguna versión mucho más corta. Sin embargo, tiene todos los elementos para que en este 2017 fuera tan majestuosa como en efecto lo fue en 1967. La canción nace de un poema de Jim Morrison que va dando vida a través de sus improvisaciones en distintos toques en vivo, es un viaje profundo dentro de una psique trastornada. Estamos ante alguien que vive el Complejo de Edipo argumentado por Sigmund Freud, quien partió de aquella tragedia griega escrita por Sófocles llamada “Edipo Rey”. Morrison toma esta compleja situación y la plasma en una letra profunda, capaz de generar admiración y rechazo al mismo tiempo, es adentrarse por más de once minutos en una vida fuertemente traumada que se desliza en una delgada línea donde se tocan los deseos y la muerte. Asimismo, hay una invitación al oeste, posiblemente a California, refiriéndose al estado donde creció y se esparció el movimiento hippie, así como la base del movimiento psicodélico, es el llamado para adentrarse en el mundo alucinógeno de “The Doors”. Musicalmente cuenta con sonidos del lejano oriente, el sitar hace que se interne mucho más fácil por esta difícil experiencia.
Esta banda y sus primeras canciones dieron a conocer un estilo de vida, sin colocar etiquetas de bueno o malo, simplemente invitaron a ser parte de su nube, viajar por una nueva forma de hacer filosofía transformada en poesía, música y teatralidad; demasiado retadores para su momento.
Desde entonces ha pasado medio siglo del lanzamiento de aquel primer disco homónimo de “The Doors”, revolucionario de principio a fin; cuestionado, pero exitoso; censurado, pero en sí mismo libre por lo allí expresado; atacado, pero base de un fuerte movimiento artístico y social; perseguido, pero abrió las puertas a nuevos estilos musicales. Hoy podría ser más famoso que ayer, pero menos significativo de lo que fue para aquel entonces, todo pasa por algo en el espacio y tiempo indicado, sin duda alguna, esta no es la excepción, ellos abrieron las puertas de las nuevas percepciones.
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algun un dia reconoceran como los libros,que es cultura y en las escuelas pondran este disco y muchos otros como una parte importantisima,de lo que fuimos y somos
ResponderEliminarvaya pedazo de artículo, yo siempre he sido más del siguiente LP Strange days porque me mola más when the music's over que the end y prefiero strange days que break on through... pero este disco es una eminencia. La portada, una de mis favoritas.
ResponderEliminar50 AÑOS YA DE UNO DE LOS MEJORES GRUPOS SURGIDOS
ResponderEliminarEN LA 2ª MITAD DE LOS 60.
PERTENECEN LOS DOORS A LA EPOCA DORADA DEL POP-ROCK.
A SABER, DESDE QUE EMPEZÓ ELVIS HASTA QUE SE SEPARARON LOS BEATLES. UNOS 15 AÑOS QUE FUERON
``DEMASIADO PARA EL CUERPO´´ ;-).