ZEPPELIN ROCK: PINK FLOYD - A momentary lapse of reason (1987): CRÍTICA Review

sábado, 31 de julio de 2021

PINK FLOYD - A momentary lapse of reason (1987): CRÍTICA Review

 


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia


Bueno, comenzar diciendo que a este disco le han llovido críticas de todo tipo. Que si es un disco en solitario de David Gilmour (¿acaso no era The final cut un disco “en solitario” de Roger Waters?), que si la producción es muy comercial, que si desprecia el trabajo de Nick Mason y Richard Wright (de hecho participan otros teclistas y baterías en el disco y usan percusión programada), que si... en fin, unas cuantas más.


Lo cierto: no está en mi top de Pink Floyd. Gilmour recurre a compositores externos (Anthony Moore, Phil Manzanera, Pat Leonard) y no mantiene un tema central, inspiratorio o una historia común en el álbum, sino que ofrece una colección de canciones sin mucha ambición. El sonido se llena de programaciones, samplers y efectos, no siempre acertados, a veces demasiado protagonistas.

Pero ¿qué salvamos de este A momentary lapse of reason?

Lo primero rescatar obligatoriamente algunas grandes canciones. Learning to fly maneja una melodía Gilmour con una acertada guitarra y buenos coros, muy pegadizo. On the turning away me parece una de las últimas joyas de la banda, tanto en su versión estudio como en las acertadas recreaciones del directo; vaya, un poco moña, claro, pero menudo solo de Mr. David. The dogs of war tiene fuerza y un trabajo rítmico que da profundidad al tema sosteniendo la letra crítica. La inspiración de un tema como Sorrow, expresivo, cuidado.

Además, la producción, a cargo de Bob Ezrin y el propio Gilmour, si bien peca un poco del ambiente soft rock de la época, ha sobrevivido bien a los años, no suena viejuna, maneja con maestría la mezcla de instrumentos. La voz de David mantiene muy bien el tipo, desarrolla algunos fraseos acertados y siempre suena cálida. Tony Levin al bajo cumple con creces y el trabajo de baterías (con invitados como Carmine Appice o Steve Forman) merecen también la pena.

Y, cómo no, la portada, del desaparecido Storm Thorgenson con el diseño gráfico de Andrew Ellis.

Suficiente para pasar el rato.

2 comentarios:

  1. Casualmente el otro día lo escuché,que desde su estreno no lo había echo, recuerdo que cuando salió me gustó,pero esta semana cuando lo he vuelto a escuchar,me ha parecido un disco mediocre

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  2. Si bien no es el álbum más excelso de los Floyd, trajo nuevos aires para revitalizarlos. En mi opinión el álbum fue importante ya que luego vino la gira que en su época les valió como el mejor espectáculo sobre la faz de la tierra. Apartando el echo que demostraron que sin Waters podían continuar. (En cuanto a Waters Una pena, en lo que se ha convertido... Pero a partando eso cuando vino a tocar en Caracas todo un espectáculo... pero sus opiniones tristes.)

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