ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película APTAS PARA MATAR (Andy Sidaris, 1993): Reseña

domingo, 18 de julio de 2021

CRÍTICA de la película APTAS PARA MATAR (Andy Sidaris, 1993): Reseña

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)



He aquí un casposo divertimento palomitero sin interés alguno, pero que puede incluso resultar simpático, ni más ni menos que Aptas para matar, otra de esas infumables cintas del realizador Andy Sidaris que podríamos resumir como películas de serie B con erotismo light y efectos especiales tan patéticos que convierten en buenos a los de la serie Equipo-A. Esta obra cumbre del top 100 de cintas cutres de acción comienza con un grupo mixto de agentes especiales al mando de un tal Control que se entrenan en unas montañas desérticas jugando a wargames. Junto con el grupo hay un ingeniero que ha ideado un helicóptero en miniatura armado con cohetes. Es decir, amiguitos, como podéis ver se trata de un grupo paramilitar con preparación excepcional y tecnología avanzada que –aún no sabéis lo mejor- tiene como tapadera una emisora de radio llamada KSXY en la que trabajan otras guapas agentes. En teoría se trata de un grupo de élite, pero el inicio con las chicas bañándose en una cascada y luego sus compañeros en una escena bastante freudiana dejando claro que no tienen dos dedos de frente ya nos da una idea de que como intentemos tomarnos en serio esta historia vamos a sufrir una decepción. Así pues, asumiendo que Aptas para matar es una de esas cintas que sólo se disfrutan si el contenido de alcohol en sangre supera el límite legal permitido para conducir, puedo recomendaros su visión y disfrute siempre y cuando no tengáis nada mejor que hacer.




Protagonizada por Roberta Vasquez y Dona Speir entre otras bellezas neumáticas, lo que esta cinta cuenta es como un grupo de agentes femeninos es contratado para recuperar un valioso diamante que le ha sustraído a un hombre de negocios chino una tal Blue Steel –la voluptuosa Julie Strain (DEP)-, una asesina fría y despiadada. En fin, piltrafillas, que mientras que algunas películas tienen un guion inteligente en el que se intercalan escenas eróticas y otras son productos altamente eróticos que se disfrazan con una historia interesante y se visten con una bonita fotografía para diferenciarlos del cine directamente pornográfico, ya os he hablado en alguna ocasión de otro tipo de cintas, las que son vulgares pasarelas en las que se exhiben los cuerpos en topless de modelos provenientes de las páginas de Playboy o Penthouse, sin una historia decente detrás y con una fotografía de pena, vamos, películas de bajo presupuesto y calidad interpretativa ínfima en las que un argumento que pretende ser un thriller –dejad que me ría- sirve únicamente para que guapísimas mujeres –la mayoría de ellas gracias al bisturí y la silicona- nos enseñen sus nalgas y sus desproporcionados pechos mientras hacen mohines creyendo ser Bette Davis. La que os presento ahora, evidentemente, es de estas últimas pero eso no quita que os la recomiende estableciendo un paralelismo culinario: Aunque uno coma a veces en Arzak o El Bulli, de tanto en tanto va bien visitar un McDonald’s, más aún cuando se está acostumbrado a merendar a menudo en puestos callejeros, por mucha solera y tradición que estos tengan. En resumen, disfrutad de ella. Aptas para matar es infame, pero no se puede negar que salen bonitos culos.

1 comentario:

  1. Con esta película descubrí la obra de Sidaris y -aunque me parece mucho mejor el legado de Russ Meyer- acabé convirtiéndome en fan de sus obras. Sirva también como recuerdo a la estupenda Julie Strain, fallecida este mismo año.

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