Gata
GIRAS sobre mí como una peonza loca mientras siento un mugido lejano que llega desde el corazón del bosque. Ya no respiro. Te balanceas con un ritmo que vas acelerando poco a poco, y en un momento en que no avisas, emborronas con tus uñas una marca extraña sobre mi pecho. Ya no existo. A veces te alejas para libar de alguna flor de los árboles cercanos, pero pronto regresas, y noto apenas desde la muerte tu levedad etérea vertiéndose en racimos que a mí me parecen besos. Sueño que digo Laura y creo que tú respondes Romeo mientras agitas tu mano y pareces huir ahora sin retorno, y te añoro ya tanto en dos segundos, que acudo sin demora desde la eternidad a la cocina para inyectarme salfumán en vena porque ya nada importa... y de repente ¡zas!, siembras tus lametazos por mi cara mientras todo tu peso me devuelve a la tierra y siento en carne viva las heridas. Tomo aire mientras te voy entreviendo aún algo huida, y el aire va definiendo apenas tus contornos. Observo tus labios en los que aún queda algún resto de desvaído carmín, tus garras impregnadas por del color encarnado de mi sangre.
ÁCS
ÁCS
No hay comentarios:
Publicar un comentario