ZEPPELIN ROCK: Microrrelatos - Cosas en los bolsillos (72): No hay que perder la fe, amigo

domingo, 22 de marzo de 2015

Microrrelatos - Cosas en los bolsillos (72): No hay que perder la fe, amigo



No hay que perder la fe, amigo

El tiempo transcurría calmoso y vago con lluvia tras la ventana en la mañana gris de un mes de marzo que, en unos días tan solo, quedaría varado en un ya inminente pretérito anterior algo anodino. Un folio embadurnado de borrones yace sobre la mesa como resultado de casi una hora pertrechando ideas para un microrrelato que no se concreta en nada que valga la pena: disparos de fogueo, eyaculaciones en el vacío, apuntes, nada. A veces alguno ha asomado la nariz tras de una esquina con la sospechosa intención tan solo de burlarse sin sutilezas fútiles. El folio es un auténtico vertedero de palabras, que pronto se las amortajó de luto para su inmediata incineración.


Y les digo: Solo con el aparato conveniente y aplicando la técnica adecuada para hacerlo funcionar, pudiera uno leer lo que tales líneas esconden bajo las tachaduras que las ocultan como andrajosas mantas. Son líneas en las que se esbozan argumentos inconclusos, bagatelas de principiante, semillas podridas a la postre.

La primera dice así: "Detective privado recibe un encargo para resolver un asesinato y termina descubriendo que el autor es él mismo. Se entrega a las autoridades competentes".

La segunda se refiere a los "amores en un circo de un enano con la mujer barbuda. Existe el obstáculo de que son hermanos, y su padre, un domador fracasado y alcohólico, anda con la mosca en la oreja".

Otra: "Se mete en una máquina del tiempo, viaja con ella un millón de años atrás y desemboca en su mismo piso, con la misma mujer y la misma vida que tendría en el futuro de donde viene. La máquina se estropea y no puede regresar" (sic).

Y la última (también tachada): "Se realiza la vasectomía y, tras el primer coito, su mujer queda embarazada de trillizas. Denuncia al hospital, pero resulta que, hechas las pesquisas oportunas, resultan ser hijas de su mejor amigo, como sus dos hijos anteriores (ten amigos pa esto). Él era impotente. Su mujer lo despide con un corte de mangas muy torero".

En fin, sigue lloviendo y, sintiéndose un fracasado, decide convertirse de repente en un transeúnte ridículo y sin paraguas que, solitario, encamina sus pasos hacia el acantilado más cercano. Mañana será un día caluroso y alegre, de esos que por motivos que uno desconoce las ideas acuden en masa y sin aviso. Pero esto él no lo sabe y continúa andando hecho una sopa.

©Ángel Carrasco Sotos

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6 comentarios:

  1. Yo combiaría el primer "transcurría" por transcurre... pero, ¿qué voy a saber yo? :)

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    1. Ya sabe que en estas cuestiones casi siempre le hago caso y si hay que echarle algún remiendo al relato (entiéndase cambiando algún tiempo verbal que se coló de rondón o palabra que no se ajusta a lo que uno quiere decir) uno lo hace agradecido pues eso significa que hubo alguien que lo leyó con ese interés que uno quisiera que todos sus lectores mostrasen: leer, disfrutar (si es posible) y opinar aconsejando sanamente. Pero fíjese que en este caso concreto no veo que el pretérito imperfecto de ese verbo chirríe. Es más, creo que mejora la redacción: primero alude a ese tiempo que transcurre con ese aspecto imperfectivo, y luego lleva al lector al presente puntual para que clave los ojos en ese escrito plagado de tachones. En fin, es mi opinión. Le agradezco estas puntualizaciones como lector lo que nadie sabe. ;)

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    2. Te ha quedado sincero nivel 100 jajajaja

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    3. Yo sigo pensando que en presente quedaría más redondo... pero ya sabes que mi prosa es engolada JAJAJAJAJAJAJA

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    4. Le gustó el adjetivo, ¿eh?

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  2. Hola, Ángel.
    Un micro con cuatro micrazos dentro.
    Destacaría algunas expresiones que me parecen fantásticamente visuales:
    disparos de fogueo, eyaculaciones en el vacío, tachaduras que las ocultan como andrajosas mantas, líneas en las que se esbozan argumentos inconclusos, bagatelas de principiante, semillas podridas a la postre...

    Felicitaciones, porque es de los últimos que más me han gustado.
    Un besabrazo enorme, plas plas plas y olé tú.

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