Por Ángel (@Stratocangel)
Pues resulta que andaba yo el otro día por la universidad y, en lo que ya es un clásico entre mis colegas, decidimos agarrar el coche para ir al Carrefour a pillar Pringles y Coca-Cola y luego tomarlas mientras echamos unas cartas. Y eso hicimos. Llegamos allí, cogimos las cosas y de camino a las cajas se para un amigo y:
-Tú, Ángel, mira esto, la cerveza de AC/DC.
-Hostia, tú, qué guapo. ¿Cuánto vale?
-2,70 la lata esta grande; voy a pillar una.
-Y yo otra.
Y eso hicimos, volvimos a la uni y no las bebimos allí, que estaban del tiempo y no es plan de desperdiciar el líquido elemento. Así que la lata fue a la mochila y de ahí a mi casa. Esa tarde (miércoles) ocurrió algo que probablemente no volverá a suceder jamás: no me apetecía beber birra. Así que la dejé para el día siguiente.
Y el jueves a eso de la una y cuarto llegué a casa, fui hasta la cocina y puse el caldo de los Dioses (nombre científico de la cerveza) en el congelador unos minutos para que estuviese bien fría, saqué el ampli y la guitarra, me puse pantalones cortos y me quité la camiseta, que no tengo ningún uniforme por ahí y no es plan de coger camisa y corbata para hacer la gracia (o igual sí que lo era, pero no lo hice). El caso es que llevé la birra a mi habitación, me colgué la guitarra, abrí la lata, pegué un trago y justo después rasgueé el inconfundible primer acorde de "You Shook Me All Night Long". Ya puestos toqué la intro, pegué otro trago y directos al riff: duckwalk para todos (luego vería que mi vecina de enfrente estaba tendiendo en la terraza y me podía ver con esas pintas, lo cual, obviamente, me la trajo muy floja). Y durante unos 10 minutos se fueron alternando tragos y golpes de púa, hasta que la cerveza (una pinta) se acabó.
Y ahora a lo que íbamos, ¿cómo es el susodicho elixir de la felicidad? Pues, la verdad sea dicha, está bien, pero es que es una jodida cerveza, mala no puede estar (querido lector, la Cruzcampo es pis de gato). La lata se presenta como "German beer, Australian hard rock. Brewed in accordance with the German purity law of 1516". "Hostia, pues suena bien, casi na", pensé yo al verla. Pasa que uno espera de una cerveza llamada como uno de los mejores grupos de Hard Rock del mundo sea eso, algo fuertecilla y tal, y es suave de cojones. Que tú dices: "que sí, que es una rubia normal de 5º, no una de estas que sale un monje y tienen 8º pero, coño, queremos humbucker de puente, power chords y distorsión marshalliana, no pastilla simple de mástil, acordes menores y canal limpio". En resumen: está rica, pero uno esperaba más de la cerveza de AC/DC, aunque uno se viene arriba bebiéndola (célebre ha sido mi interpretación guitarrístico-vocal del himno "Highway to Hell"). Me encantaría poder decir que es la hostia, que qué sabor y qué todo, pero la realidad es que en este caso, el continente ha resultado ser más importante que el contenido; la lata, claro está, se conserva. Habrá que catar la de Iron Maiden y, cuando eso pase, si el dueño de este siñó bló me deja, pues les volveré a deleitar con mi prosa.
©Ángel (@Stratocangel)
Joder, pues mira que he ido yo al Carrefour y no la pillo o_O
ResponderEliminarCoincido con usted en lo de la Cruzcampo. En botella es pasable, pero en lata es imbebible.
No entiendo esa mania a la cruzcampo, gente que bebe esa aberración llamada Meahou y se queda tan pancha. En fin.
ResponderEliminarLa Mahou está buena, no es Alhambra ni Heineken pero es bastante decente, la verde más que la roja
EliminarSe lo he comentado a mi tocayo. Este verano compré dos botes (más que nada por las latas y porque a mis vástagos les hacía ilusión) y tengo que decir que el contenido no me maravilló, muy normalita la cerveza. Yo creo que tienen claro que lo compramos por el continente más que por el contenido, pero, jolines, si se lo curran un poco (y al precio que está) pues quizá podría comercializarse a más escala y perpetuarse. Na, se ve que no interesa.
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