ZEPPELIN ROCK: Eduardo Benavente: Nacido para dominar - Sus cinco mejores canciones

jueves, 1 de noviembre de 2018

Eduardo Benavente: Nacido para dominar - Sus cinco mejores canciones


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos




Este pasado martes nacía uno de los músicos más talentosos que hemos podido disfrutar en este país. Ah, pero ¿realmente hemos disfrutado de él?

Que tire la primera piedra el que esté libre de haber escuchado los famosos términos de “movida madrileña”. Sin ánimo de intentar encontrarle la lógica a considerar que nombres como Mecano, Burning o Nikis formaran parte de un mismo movimiento, cuando lo cierto es que nada más lejos de la realidad, profundicemos en lo que realmente importa. Y es que ya va siendo hora de darle al César lo que es del César: Eduardo Benavente es uno de los músicos clave para entender por qué los 80 en España fueron mucho más que, como en demasiadas ocasiones nos han intentado vender, la edad de oro del pop español. Es absurdo hablar exclusivamente de pop en una década donde destacan nombres propios como Antonio Vega, el propio Eduardo Benavente, Enrique Urquijo, Santiago Auserón o Jorge Ilegal, por citar los que primero me vienen a la cabeza.


Dicho eso, y volviendo a la figura de Eduardo, realmente su caso puede ser denominado, sin miedo al error, como único e irrepetible. Con una habilidad enorme, descrito fielmente por los que tocaban codo con codo con él, tanto para las baquetas como para las seis cuerdas, lo extraordinario de su caso no radica solo en lo que grabó: ese disco-demo en el grupo Plástico que afortunadamente recuperó el sello Subterfuge Records, los dos singles en Pegamoides o, evidentemente, El Acto de los imprescindibles Parálisis Permanente. Recordamos que cuando Eduardo murió, hace ya 35 años, contaba con solo 20. Precisamente, el haber grabado todo ese material tan joven contribuye, aún más si cabe, a valorar una carrera legendaria.

Normalmente, una muerte temprana en el rock es sinónimo de fama y reconocimiento desorbitados. No obstante, en el caso de Eduardo no ha sucedido así. Propongo el mejor remedio que conozco contra la ignorancia: música. 5 canciones, a modo de EP. No será necesario nada más para caer, sin remedio, adictos a la lujuria:

- Yo No, Parálisis Permanente, Los Singles: con una letra insuperable de Nacho Canut, hay vida más allá de El Acto dentro del universo de Parálisis Permanente. “Los cuervos observan, y nunca se acercan.”

- Tengo Un Pasajero, Parálisis Permanente, El Acto: hay quien interpreta esto como un guiño a la heroína. Yo me limito a disfrutar de ese sello inconfundible suyo. “La sangre me está ardiendo, algo se me mueve dentro”.

- Reacciones, Alaska y Los Pegamoides, single La Línea Se Cortó: una de las mejores caras b que he escuchado. Con un riff de guitarra para enmarcar.

- Necesito Rock And Roll, Plástico, Plástico: una guitarra muy Ariel Rot y un ritmo frenético y adictivo. ¿No es eso el rock and roll?

- Quiero Ser Santa, Parálisis Permanente, Los Singles: letra adelantada a su época, compuesta junto a Olvido, Nacho y la esencial Ana Curra. Es un himno.



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