por ÁCS
Nos venden a menudo que para hacer una buena lista de música (en realidad, el aserto vale para cualquier categoría), una lista que se precie, hay que ser un especialista, un profesional en la materia. Yo no lo soy, desde luego, ni lo uno ni lo otro, pero os voy a decir otra cosa: no estoy, condicionado por nada que, externamente, pueda influir en mis decisiones -y esto es lo que impera siempre en las listas que uno ha hecho personalmente-: no existen ni productoras ni jefes ni nada por el estilo que ejerza presión para marcarme, para exigirme, qué grupos o qué discos han sido los mejores del año por prescripción médica.
Pero sigamos con unas preguntas retóricas: ¿Los mejores? ¿Con qué base? ¿Mejor "mis favoritos"? (parece más políticamente correcto). ¿Pero mis favoritos con base en qué razones? Pues la respuesta se supone sencilla: son parte de los que he escuchado y, entre ellos, han sido los que han respondido a mis gustos actuales. Sin embargo, todo el mundo sabe que los gustos de uno son variables y dependen mucho del momento en que uno escuche un disco concreto: del ambiente, del estado de ánimo, de la hora del día, de quién te lo recomienda... Todos esos detalles cuentan. Y alguien, alguno de ustedes, podrá decirme que un disco, para decidir si nos gusta más o menos, habrá que escucharlo varias veces, hasta que entre de verdad en vena. No suele suceder en los tiempos que corren que alguien escuche un disco una y otra vez... salvo de manera excepcional.
Vivimos, amigos lectores, en la edad del picoteo: me pongo este disco, lo quito a medias, ahora me pongo este otro. ¿Qué poso queda de todo eso? Pues un popurrí inconexo, un tutifruti, un cocido montañés de música variada: lo nuevo conviviendo con lo reciente, el rock con lo electrónico y con la moda del momento, lo que nos sugieren y lo ya eterno, todo un potaje o mezcolanza que si lo metiésemos en una olla gigante y lo dejásemos cocer a fuego lento mientras le damos vueltas y vueltas resultaría un rancho incomible al que tendríamos que añadir mucho avecrem.
Y pese a todo, uno quiere creer que de verdad (de la buena) su lista recoge lo mejor que ha dado la música durante el año. Yo, al menos, lo creo, aun siendo consciente de todo lo anterior, que lo mismo es simple retórica retorcida y vana. Siendo consciente de que no he escuchado ni una mínima parte de lo que la música rock y derivados nos ha dejado este 2023 que se nos marcha hacia ninguna parte porque ya ha dejado de existir, y tan solo es ya un sueño, por aquí dejo mi lista con lo mejor del año, que es como decir nada... Eso sí, os animo a pincharos algunos de estos discos (ni me he molestado en ordenarlos) que llamaron mi atención por el motivo que sea y los fui apuntando. Van sin orden ni concierto.
Vuestros.
Vuestro.
Feliz año.
LOS MEJORES DISCOS DE ROCK DE 2023
(lista oficial de Zeppelin Rock)
Gov't Mule - Peace... like a River
Lucinda Williams - Stories from a Rock N Roll Heart
Iggy Pop - Every Loser
Danko Jones - Electric Sounds
Army of Noise - Down to Road
Foo Fighters - But Here We Are
Kenny Wayne Shepherd - Dirt on my Diamonds, vol. 1
Shamus - The Shepherd and the Wolf
Enforcer - Nostalgia
Luback - Miles Away
Tyger of Pan Tang - Bloodlines
Revolution Saints - Eagle Flight
Vandenberg - Sin
The Zombies - Different Game
Scar Symmetry - The Singularity (Phase II - Xenotaph)
Metallica - 72 Seasons
Jag Panzer - The Hallowed
Vargas Blues Band - Stoner Night 1 y 2
Black Stone Cherry - Screamin' at the Sky
Ne Obliviscaris - Exul
Alice Cooper - Road
Girlschool - WTFortyfive?
KK's Priest - Sinner Rides Again
Ann Wilson & Tripsitter - Another Door
La Chinga - Primal Forces
Texas Hippie Coalition - The Names Lives On
Heavy Load - Riders of the Ancient Storm
Van Morrison - Accentuate the Positive
Angelus Apatrida - Aftermath
Robe - Se nos lleva el aire
Tangerine Flavour - Empty Fantasies
Dispyria - The Story of Marion Dust
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