Y es aquí, piltrafillas, cuando entra en juego la doble versión –tres en este caso- que en aquellos años se acostumbraba a rodar de este tipo de cintas. En la española Al otro lado del espejo, el profesor se suicida la noche antes de la boda y se aparece a partir de entonces por los espejos provocando que Annette –que, por supuesto, anula la ceremonia- quite la vida de los hombres que la seducen. Se trata de un argumento que nos habla de un amor que tiende a incestuoso entre el profesor y su hija. Sin embargo, en la versión francesa, Le miroir obscène, que coprotagoniza Lina Romay como Marie –la hermana de Annette-, es esta la que se suicida y quien se aparece a través del espejo cambiando el trasfondo de la historia por un amor lésbico incestuoso entre hermanas. Esta versión contiene diversas escenas softcore protagonizadas por Lina y algunos desnudos de la Cohen, pero aún existe una tercera versión italiana titulada Lo specchio del piacere –la que he visto yo- que se basa en la copia francesa, con añadidos pornográficos de dudosa calidad –primeros planos de sexo- que escaparon al control del realizador madrileño. En resumen, olvidaos de estas escenas que no aportan nada y disfrutad de esta obra de terror psicológico que es uno de esos títulos quizás poco conocidos de la obra de Franco, pero muy reivindicables, gracias –en gran parte- a la turbadora presencia de la preciosa Emma Cohen, perfecta para ese tipo de personajes.
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