by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
Vuelvo con The Runaways, piltrafillas. Y es que he de explicaros que, con afán completista, y porque estaba bien de precio –bueno, bien en relación con el resto de precios, porque en Dinamarca nada es barato– también me compré en su día en Copenhague este Waitin’ for the night pese al estropicio en la portada sobre la parte de la foto de Vicki Blue. Por eso costaba menos, evidentemente. Se trata del tercer álbum de estudio de las discípulas de Kim Fowley que se editó después del estupendo Live in Japan –visto aquí– tras la marcha de Jackie Fox y Cherie Currie. En mi caso, tengo la edición noruega del 78 impresa en Oslo para el mercado escandinavo, sin letras en la funda interior.
Grabado en los Larrabee sound studios con Kim Fowley a la producción, el line up quedó formado por Sandy West a la batería y coros, Lita Ford a la guitarra y coros, Vickie Blue al bajo y coros –fue el único álbum en el que participó de principio a fin y años después la podéis encontrar haciendo coros a las Girlschool, otra mítica all female band– y Joan Jett a la guitarra rítmica y voces. Precisamente ese aspecto es el que le dio al disco un sonido más hard glam y punkero que el de sus predecesores ya que Jett no fue únicamente la voz solista sino que compuso la práctica totalidad de los temas. Entre la falta de interés de Fowley, las diversas adicciones de las chicas y los problemas internos –Ford y West no congeniaban con Jett– lo cierto es que este Waitin’ for the night marcó el principio del fin de una banda que con los años ganaría mayor importancia y que aún tuvo energía para sacar un último elepé al año siguiente, que fue todo un despropósito.
El track list del disco que hoy me ocupa fue:
A
Little sister
Wasted
Gotta get out tonight
Wait for me
Fantasies
B
School days
Trash can murders
Don’t go away
Waitin’ for the night
You’re too possessive
Little sister sienta las bases de lo que será el sonido del álbum, una mezcla de hard rock setentero con un punk rock algo light. Wasted es otra de mis preferidas de la carrera del grupo, en la senda de la anterior pero más rockera, con un trabajo de guitarras por parte de Ford cada vez más maduro. Gotta get out tonight tiene desde su entrada un ambiente muy glam rock y Wait for me es un hard rock suave en el que incluso la voz de Jett se dulcifica y que en algunos momentos me recuerda a unos primerizos Kiss. Y la primera cara, bastante aceptable, finaliza con Fantasies –uno de los dos temas firmados por Ford–, un hard rock de sonido arrastrado y sabbathiano que rompe del todo con el espíritu glam punk de los temas anteriores.
En la cara B encontramos School days, un tema con el sonido típico de la banda, un hard glam con tintes punkarras que esta vez Ford adorna con unos guitarrazos a lo Townsend, salvando las distancias claro. Hablando de Ford, la cara continúa con Trash can murders, el segundo tema con música de la londinense, un hard rock rapidito y con ritmo. Del mismo estilo aunque más glammy es Don’t go away, un tema algo repetitivo en el que Jett lleva su voz al límite. Le sigue la canción que da título al álbum en la que, además de las dos líderes del grupo, colaboraron Fowley y Kari Krome. Es un temazo que comienza muy suavecito aunque luego eleva el tono. Y el disco termina con You’re too possessive, un tema en el que en mi opinión fallan las voces de Jett y que tiene un buen solo de Ford.
En resumen, un disco irregular en el que se plasma el momento bajo por el que pasaba la banda y que –pese a ser bastante recomendable– hubiese podido quedar mucho mejor con algo de ilusión y ganas. Tendría que haber sido el último de The Runaways para poner fin a su corta carrera con el pabellón más alto del que el siguiente elepé lo dejó. Pero eso, como se acostumbra a decir, es ya otra historia.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
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