
Piltrafillas, hay pocas películas de posesiones satánicas que me pongan nervioso. La mayoría de las que he visto y me han gustado –obviando la mítica El exorcista a la que tengo en un pedestal- lo han hecho por su acción y por la espectacularidad de los efectos especiales. Pero en esta El ente no hay ni lo uno ni lo otro y lo que siempre me ha turbado de ella es precisamente la falta de espectáculo y fuegos de artificio, la violencia de los ataques y –sobre todo- que nadie cree a la pobre Clara y que esta, además de ser una víctima, se siente culpable por ello y es tratada como una enferma psíquica... hasta que unos parapsicólogos aceptan ayudarla. Poco más hay que decir de una película que seguramente pocos tenemos entre nuestras mejores cintas de la historia, pero que merece un sitio entre las obras imperdibles del cine de terror ochentero ¿no creéis?
Totalmente de acuerdo. Esta, junto con "Muertos y Enterrados" y algunas joyas más de esa época, nos marcaron a todos, que tiempos...
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