Juegos lesivos
ACOMÓDESE en su lugar favorito, en su sillón preferido o en el lado del sofá en que acostumbra a recostarse. Ahora, concéntrese. Puede cerrar los ojos si lo desea. Piense en su vecino, ese elegante payasete peinado con gomina. A continuación sitúelo en el parque: está paseando al perro y se ha sentado. En ese momento llega su mujer, la de usted, y entabla una breve conversación con él, una conversación cotidiana que poco a poco va complicándose, sobre todo para usted. Porque su mujer ríe y se lleva la mano a la boca, o se estira del vestido como cuando se pone un poquitín nerviosa. Acompáñelos ahora con el pensamiento, acompañe su conversación afinando el oído. Parece que ambos han quedado para otro día, ¿no?
Vale, deje de pensar. Ya está todo preparado. Ahora, salga a la calle y diríjase hacia el parque, o, ¿para qué gastar tiempo?, espere en casa tranquilamente a su confiada mujer.
ÁCS
Jajajaja... hoy le ha quedado un relato políticamente muy incorrecto, ¿se ha dado cuenta o soy yo?
ResponderEliminarEs políticamente correctísimo si se entiende rectamente. Piense.
ResponderEliminarNo disimule. Hay dos interpretaciones posibles, desde mi punto de vista.
ResponderEliminarEn una vendría a decirse "Sigue en el sofá pensando en la mujer, y esta buscará cariño con el primero que le haga compañía", es decir, fomenta con ese "sal a la calle y dirígete al parque" que te conviertas en el que hagas reír a tu esposa antes de que otro usurpe tu lugar.
Pero luego está la lectura insana, políticamente incorrecta, povocadora, la que me gusta -como interpretación, ojo, no como comportamiento real-, reforzada por lo de "todo preparado" y por ese "confiada", la que te está diciendo "Seguro que esa zorra está con el capullo del vecino. Dale su merecido cuando regrese".
No, si no disimulo, jajaja. La lectura es la b, la insana, peeero ¡cuidado! No hay que confundir al narrador con el autor. O mejor, no hay que confundir al ángel malo que habita a veces en nuestras conciencias y nos hace actuar como maltratadores irracionales con el pobre autor que solo intenta poner esto mismo de manifiesto sirviéndose de un mecanismo narrativo.
ResponderEliminarNunca confundo al narrador con el autor... por experiencia. A lo largo de mi vida he escrito y dibujado las más grandes aberraciones y he tenido que justificarme ante la cortez de miras de algunos. Todas esas escenas están en la mente humana. Lo cuerdo es discernir que existe una línea entre realidad e imaginación -de imagen- y saber lo que ética o legalmente no es realizable.
ResponderEliminarP.D. No tenía que haber dicho cual era la lectura correcta, siempre hay que dejar que el lector se forme su propia idea. :)
Ah, amigo, pero es que yo doy MI lectura (correcta), y cada uno dará la suya. Yo hablo como lector. Da lo mismo que, como autor, yo haya pergeñado o perseguido una intención. Cada lector hará su propia lectura. Cunda la libertad también en estos terrenos.
ResponderEliminarHola, Ángel.
ResponderEliminarYo solo encuentro una lectura, la b, de ahí el título ¿o no? Y ese "confiada" del final tiene muy mala baba en boca del hipnotizador o lo que sea...
Me gusta porque hay una tercera lectura, la c, que nos muestra que los hombres (muchos hombres) son corderillos en manos de otros hombres más listos y que la cizaña es muy mala. Creo que, en esto, las mujeres somos más astutas y no nos dejamos embaucar.
Me encanta tu micro, Ángel. Menudo crack eres...
Unos besos.